Los efectos a corto plazo de la COVID-19 pueden ser como los de la influenza, pero incluso los casos leves pueden conducir la COVID prolongada, una constelación de problemas que pueden persistir durante semanas o meses.
Por Michael Merschel, American Heart
Washington, 17 de enero (AP).- Es fácil dormirse en los laureles con la COVID-19. La mayoría de las personas sólo experimentan problemas leves, como fiebre y tos, o quizás congestión y falta de aire.
Pero el coronavirus tiene la capacidad de causar mucho más que una simple enfermedad respiratoria y afecta a muchos órganos del cuerpo, señalan los expertos.
"Vemos personas cuyos síntomas van de los pies a la cabeza en términos de cómo se sienten, cómo funcionan y qué pueden hacer", dijo el Dr. Adrián Hernández, cardiólogo y director del Duke Clinical Research Institute en Durham, Carolina del Norte.
El año nuevo comenzó con un aumento en las hospitalizaciones debido a la COVID-19 en los Estados Unidos, lo que llevó a Hernández y otros expertos a aconsejar precaución, especialmente para aquellas personas con alto riesgo.
La COVID prolongada ha sido relacionada con más de 200 síntomas, dijo Hernández, quien ha supervisado muchos estudios sobre COVID-19.
”El virus y la respuesta inmunológica pueden tener diversos efectos sobre el cerebro", dijo McAlpine, autora principal de un estudio del 2021 que examinó los derrames cerebrales en personas con la COVID-19, publicado en la revista Stroke. Ella está investigando los problemas relacionados con la COVID-19 y la niebla cerebral, que ella denominó "un síntoma muy común".
Las causas exactas de los problemas relacionados con el cerebro no están claras, pero McAlpine dijo que no parece que el virus esté atacando directamente al tejido cerebral. Más bien, parece que la intensificación de la respuesta inmunológica conduce a coágulos que podrían causar problemas cerebrales.
"Muchos pacientes describen que esto se siente como si tuvieran una conmoción cerebral", dijo McAlpine. "Y que puede persistir durante varios meses después de la COVID", incluso si el caso inicial fue leve.
"Además del deterioro cognitivo, vemos empeoramiento o nuevas apariciones de migrañas", dijo ella. "Vemos nuevas neuropatías en piernas y brazos –entumecimiento, hormigueo y dificultad para caminar debido a la neuropatía".
La COVID-19 también podría estar desenmascarando otras afecciones neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson, dijo ella. McAlpine ha diagnosticado nuevos casos de enfermedad de Alzheimer en personas que, antes de la COVID-19, funcionaban bien y después desarrollaron síntomas. "No sabemos por qué", dijo ella.
EL CORAZÓN Y LOS VASOS SANGUÍNEOS
La investigación muestra que la infección por COVID-19 puede aumentar el riesgo de problemas relacionados con el corazón, como una inflamación rara del corazón llamada miocarditis y un latido irregular conocido como fibrilación auricular.
El riesgo de coágulos peligrosos –incluso trombosis venosa profunda (coágulos en venas grandes) y embolismos pulmonares (coágulos en los pulmones)– es reducido, pero se mantiene elevado hasta por un año después de la infección, según investigación realizada antes de que estuvieran disponibles las vacunas.
Son muchos los factores que pueden influir sobre los problemas cardíacos relacionados con la COVID, dijo Viswanathan, incluso los microcoágulos –coágulos sanguíneos diminutos– o una respuesta autoinmune dirigida a las células del músculo cardíaco. Un reciente estudio en Nature Cardiovascular Research muestra que el virus puede infectar las arterias coronarias, haciendo que la acumulación de placa se inflame y se rompa, lo cual puede provocar un ataque cardíaco.
EL SISTEMA GASTROINTESTINAL
“Curiosamente, el mecanismo del sistema gastrointestinal tal vez sea un poco diferente del que afecta al corazón", dijo Viswanathan.
Una teoría sugiere que el virus halla un escondite mientras el resto del cuerpo lo combate. "Y ahora hemos encontrado en múltiples estudios que la COVID puede permanecer en nuestro sistema gastrointestinal durante semanas y meses después de haber sido resuelto en el resto del cuerpo".
Está por determinar el lugar exacto donde podría ocultarse el virus, dijo Viswanathan. Pero Hernández dijo que los síntomas gastrointestinales son claros. "Las personas pueden tener náuseas, vómitos y diarrea".
Un vasto estudio con veteranos publicado el año pasado en Nature Communications encontró que las personas con COVID-19 tenían un mayor riesgo de enfermedad por reflujo gastroesofágico, síndrome del intestino irritable y otros problemas gastrointestinales más de 30 días después de la infección, en comparación con las personas sin COVID-19.
El riesgo fue elevado incluso entre las personas que tuvieron casos leves de la enfermedad.
LOS RIÑONES
Los problemas renales fueron comunes en un estudio del 2023 publicado en The Lancet Respiratory Medicine que examinó daños a los órganos después de una infección con COVID-19.
Los investigadores no saben necesariamente si los problemas renales se deben a que las personas enferman con fiebres altas y beben menos fluidos o a que "con un virus que puede ir a cualquier lugar y causar inflamación en cualquier lugar, pueden presentársete todo tipo de problemas", dijo Hernández.
QUÉ HACER
No todos los que adquieren COVID-19 tendrán estos problemas, dijo Viswanathan. Pero las personas que experimenten síntomas pueden consultar con su médico de atención primaria o con una clínica de COVID prolongado.
Lo que todos pueden hacer, dijo ella, es adoptar medidas para protegerse a ellos mismos y a quienes les rodean.
El primer paso es ser cauteloso si hay un aumento de la COVID-19 en tu región. Ten en cuenta el uso de una máscara en lugares públicos congestionados.
“Muchas personas tienen COVID ahora, y puede pasar cierto tiempo antes de que den positivas", dijo Viswanathan.
"Lo segundo es vacunarse", dijo ella. "En verdad, parece ofrecer bastante protección". Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que todas las personas mayores de 5 años reciban la vacuna actualizada contra la COVID-19 para evitar enfermarse gravemente debido al virus.
"Lo tercero es controlar tus factores de riesgo cardiovascular", dijo ella. Esto significa mantener bajo control la presión arterial, la diabetes y otras afecciones médicas crónicas. "Todo esto reducirá tu riesgo".
McAlpine agregó que, si tienes síntomas de la COVID-19, te mantengas alejado de otras personas para evitar ponerlas en riesgo.
Hernández enfatizó la importancia de las vacunas en general para las personas con enfermedad cardíaca o pulmonar, cáncer o sistemas inmunológicos suprimidos. "Las personas que ya tienen afecciones de salud no necesitan una más", dijo él. "Y si puedes evitar una enfermedad como la COVID o la influenza, ¿por qué no lo harías?"