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El Instituto Nacional de Antropología e Historia dio a conocer ayer que arqueólogos hallaron restos humanos y utensilios de uso ritual y doméstico en la cueva prehistórica La Morita II, en Nuevo León, como parte del proyecto “Prehistoria y Arqueología Histórica del Noreste de México”. Foto: Moisés Valadez, INAH

Vestigios de un entierro

El INAH halla restos de bebé y adolescentes de hace 2,500 años en cueva de Nuevo León

05/01/2024 - 9:50 am

Tanto los restos humanos hallados como los artefactos pudieron haber sido parte de una práctica funeraria, dijeron los expertos.

Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer que arqueólogos hallaron restos humanos y utensilios de uso ritual y doméstico en la cueva prehistórica La Morita II, en Nuevo León, como parte del proyecto “Prehistoria y Arqueología Histórica del Noreste de México”.

Durante la exploración efectuada por la Secretaría de Cultura federal, a través del INAH y el Centro INAH Nuevo León, el equipo de investigadores halló restos humanos cuya antigüedad se estima entre dos mil 500 y tres mil años antes del presente (a.p.), los cuales se localizaron entre fragmentos de cestería, textiles y fibras.

“Los restos humanos se descubrieron en la cámara sur de la cueva, a 1.65 metros de profundidad; es probable que hayan sido desmembrados y depositados exprofeso en aquel sector apartado de la oquedad como parte de una práctica funeraria”, explicó el arqueólogo, Moisés Valadez Moreno, responsable de la excavación.

De acuerdo con el arqueólogo, de los restos humanos se identificaron falanges de la mano y metatarsianos de los pies, así como un cúbito y un húmero, además de varias costillas y piezas dentarias sueltas, los cuales pudieron ser de un bebé y dos adolescentes, por tratarse de huesos cortos.

Según comenta Valadez Moreno, las costumbres funerarias en sociedades autóctonas del noreste de México refieren a una clara intención de estos grupos de disimular los sitios de enterramiento. “De acuerdo con las crónicas, cuando la madre fallecía durante el parto o minutos después, el infante era sacrificado y acompañaba el enterramiento de la occisa; en otros casos, por ejemplo, en un parto gemelar, el hecho era concebido como un mal augurio, por lo que se procedía a escoger al neonato de mejores condiciones y separar al segundo para enterrarlo vivo, detalló el especialista.

Además de los restos humanos, los cuales serán llevados a la Dirección de Antropología Física del INAH para su análisis, el equipo de investigadores recuperó alrededor de mil 500 artefactos de uso ritual y doméstico, como puntas de lanza, punzones y cantos pulidos cuya antigüedad se estima entre cuatro mil 500 a dos mil 500 años a.p., así como materiales perecederos, entre los que sobresalen fragmentos de cordeles y cestería, de alrededor tres mil años a.p.

Dichos materiales se unen a los casi 30 mil restos culturales y ecofactos (materiales orgánicos encontrados en sitios arqueológicos) recuperados en la cueva La Morita II desde el año 2003, cuando inició el proyecto, y hasta la fecha.

El arqueólogo Moisés Valadez Moreno añadió que, de 2003 a 2018, se han retirado los sedimentos de un área aproximada de 50 metros cuadrados (m2) de la cámara principal de la cueva, y de 2019 a la fecha, 24 m2 de la cámara sur.

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