Las renuncias de jefes operativos, las recientes disputas entre los altos funcionarios —Consejeros electorales en el INE y Magistrados en el TEPJF— podrían resultar en la pérdida de confianza por parte de la ciudadanía en los órganos electorales, al momento que inicia el año clave para las elecciones de 2024.
Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo).– Los comicios más grandes de la historia de México, que tendrán lugar este 2024, se aproximan justo cuando al interior del Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los órganos electorales encargados de organizar y supervisar el proceso, han sido ventiladas diferencias entre sus integrantes.
En las semanas previas al cierre de 2023, se desataron una serie de momentos clave para la operatividad de las instituciones: la renuncia de múltiples mandos de unidades técnicas del INE, la marcada división de los Consejeros electorales en dos bandos.
Incluso, dentro del Tribunal Electoral recientemente el entonces Magistrado Presidente Reyes Rodríguez Mondragón fue orillado por tres de sus compañeros magistrados a presentar su renuncia después de que se le acusara de permitir injerencias externas en asuntos del órgano electoral, misma que surtió efecto el pasado 31 de diciembre.
“[Ambas instituciones] están dejando una imagen de conflicto, una imagen de intereses ajenos que se están colando al interior de las instituciones, que tendrían que ser absolutamente impermeables ante incidencias políticas de cualquier lado”, analizó la doctora Karolina Gilas, exasesora en la Coordinación General de Asesores de la Presidencia del TEPJF.
Para 2024 se renovará no sólo la Presidencia de la República, sino más de 20 mil cargos entre senadurías, diputaciones federales y algunas locales, gobernadores en nueve estados, y presidencias municipales.
Las implicaciones de que predomine una percepción pública negativa de las instituciones a la luz de las recientes tensiones en el INE y TEPJF podría ser de alto costo al momento de definirse sentencias clave durante el proceso electoral, o “quizá algunos resultados electorales llegarán a ser altamente cuestionables”, consideró la politóloga.
Por su parte, el analista Marco Arellano Toledo indicó que sí hay un establecimiento de dos bandos que refleja algo que en general está pasando en todo el país, una polarización que ha sido propiciada desde la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
«Se ha transferido esa esa polarización también en esos cuerpos colegiados, y esto es grave porque los cuerpos colegiados –sobre todo el INE y el Tribunal Electoral, y también en el Poder Judicial, en la integración de la Sala Superior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación– debieran estar ajenos a las pugnas políticas y a las estrategias políticas».
ACUSAN INJERENCIA DE PANISTA
“Hemos perdido la confianza en el Magistrado Reyes Rodríguez Mondragón para dirigir este pleno”, sentenció el Magistrado Felipe de la Mata Pizaña durante la sesión del pasado 7 de diciembre, en la cual estuvo ausente el titular de la Sala Superior del TEPJF. Entre los motivos, indicó que Rodríguez Mondragón, se encontraban una falta de capacidad para dirigir el órgano colegiado, y “una extraña intervención de algunos despachos de abogados en la vida del Tribunal”.
El Magistrado Presidente ha sido vinculado con el grupo político del expresidente Felipe Calderón, además de que su mentor es Roberto Gil Zuarth, secretario particular del expanista durante su sexenio.
Los magistrados Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata exigieron la renuncia de Rodríguez Mondragón, quien finalmente anunció su retiro de la titularidad, a tomar efecto el 31 de diciembre próximo. En su lugar quedará Mónica Soto Fregoso.
La politóloga Karolina Gilas recordó, sobre los señalamientos, que aún no se han presentado pruebas al momento de que Rodríguez Mondragón haya permitido este tipo de injerencias. El simple hecho de que se haya hecho la acusación, dijo, es «una señal de gran preocupación», pero al mismo tiempo acotó:
«Las garantías institucionales que pueden existir para que las personas que ocupen los cargos se conduzcan con autonomía, con independencia, sirven mientras que las personas que integran esos órganos quieran y tengan el compromiso de conducirse con independencia y con autonomía».
A ello, sumó el hecho de que la percepción pública del TEPJF y del INE puede deteriorar en tanto estos conflictos sigan trascendiendo a un ámbito público, lo cual a su vez podría traducirse en una falta de confianza ciudadana en los órganos electorales.
«Lo que más necesitan las instituciones es esa solidez, esa buena imagen y una gran confianza ciudadana, que la han tenido hasta hace poco», señaló Gilas. «Si baja la confianza en el Tribunal, eso lo van a mostrar los sondeos de opinión de las próximas semanas y meses, pero al final de cuentas, es una de las preocupaciones importantes que creo que nos dejan estas dos crisis por las que están pasando tanto el Tribunal como el INE».
INE SUFRE MÚLTIPLES RENUNCIAS
Y si bien en el Instituto Nacional Electoral no se ha puesto en duda la presidencia de la Consejera Guadalupe Taddei, la reciente discusión sobre el nombramiento del encargado de la Secretaría Ejecutiva y otras áreas operativas definió claramente dos bandos de las y los funcionarios electorales que integran el Consejo.
Por un lado, la Consejera Presidenta con afinidad al partido gobernante, Morena, quien entró en funciones este 2023 una vez terminado el encargo de Lorenzo Córdova Vianello. A ella le han respaldado cuatro consejeros: Norma Irene De La Cruz, Uuc-kib Espadas Ancona, Rita Bell López Vences y Jorge Montaño Ventura, quien además llegó al órgano colegiado en el mismo proceso de insaculación que Taddei.
Esto deja del otro lado a seis consejeros, un número de mayoría decisiva en caso de algunas votaciones, afines al exconsejero presidente Lorenzo Córdova y quienes avalaron en una sesión reciente forzar a la Consejera Presidenta a nombrar al encargado de la Secretaría Ejecutiva y otras áreas operativas, de acuerdo con plazos y un mecanismo para agilizar los nombramientos: Carla Humphrey, Claudia Zavala, Dania Ravel, Martín Faz, Jaime Rivera y Arturo Castillo.
El asunto discutido en sesión a mediados de diciembre provocó un reclamo por parte de Taddei, quien refutó que el acuerdo era «ilegal» e «incorrecto». «Es como un llamado a violentar la ley”, aseveró en aquella ocasión. Sin consenso aún días después, se determinó llenar el cargo de la Secretaría Ejecutiva hasta este enero.
A la par, se produjo una segunda renuncia masiva de funcionarios operativos del INE, entre ellos de Jorge Humberto Torres, titular de la Unidad Técnica de Servicios de Informática, misma que se encarga del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP); y Carmen Pumarino, encargada de despacho de la dirección ejecutiva del Servicio Profesional Electoral Nacional.
«Hoy sí nos empiezan a surgir dudas sobre el porqué muchas personas con una trayectoria, con experticia enorme, han estado saliéndose de la institución», consideró la politóloga Gilas.
«Yo creo que es una señal muy preocupante, porque mucha parte del trabajo del INE es muy técnico, no hay mucho margen para grillas e interpretaciones, y disidencias políticas, los procesos son lo que son: muy estables, muy firmes, pero que requieren que las personas que los implementan tengan un alto grado de conocimiento técnico, entonces cuando se pierde ese conocimiento técnico, ese expertise en el manejo de los sistemas computacionales, por ejemplo, y eso nos genera cierta preocupación, sin duda, y finalmente también es señal de que las cosas no se están dando de la manera más idónea al interior de la institución».
A la vez, el exconsejero Electoral Distrital Marco Arellano Toledo reflexionó que las renuncias incluso podrían poner en riesgo los tiempos y los plazos que tiene que cumplir el Instituto en cada etapa del proceso electoral, lo cual se reflejaría en riesgos importantes en el tema de la fiscalización y en el tema de las prerrogativas.
«La democracia electoral mexicana sufre riesgos significativos cuando el Tribunal Electoral tiene un alto nivel de conflictividad. Los egos le ganaron a las posiciones en el Tribunal Electoral, y parece ahora que en el INE los egos y las posiciones individuales, o de un grupo, o facciones, le está ganando a la altura de mirar a la responsabilidad, política y Estado», indicó. «Hoy, la democracia electoral sufre un agravio que no vine de los partidos, no viene de trastocar los temas».