Pese a las múltiples impugnaciones judiciales y denuncias de activistas sobre el impacto social y ambiental, este 15 de diciembre el Presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará el primer tramo del Tren Maya el cual, asegura el Gobierno federal, traerá desarrollo socioeconómico y turístico a la región.
Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).— El Tren Maya, denominado en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 «el más importante proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo del presente sexenio”, empieza sus operaciones este viernes en un primer tramo que conectará la ciudad de Palenque, Chiapas, con Cancún, Quintana Roo.
Pese a las críticas por su devastación ecológica, y el impacto social en pueblos indígenas de la región, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se concentró en la creación de empleos y mejora económica del megaproyecto, y con ello dio marcha el controvertido transporte.
Los boletos se agotaron en tiempo récord.
«Se ha generado expectativa, no sólo por la cuestión de [la presencia del] Presidente en el arranque, pero sí hay mucha gente que está dispuesta a conocer por primera vez el sureste gracias al tren», opinó el economista Mario Campa. «Gente que nunca ha podido viajar, ahora lo quiere hacer gracias al Tren Maya».
Además del turismo, el Gobierno federal aseguró que el megaproyecto ha traído, y traerá en cuanto esté en completa operación, crecimiento económico y empleos a la región.
A mediados de septiembre del año en curso, (Banxico) dio a conocer que la región Sur –compuesta por los estados de Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Guerrero– tuvo una variación positiva prevista de 2.4 por ciento en actividad económica, por encima de los 1.1 puntos del Centro, 1.2 del Centro Norte y -0.2 del Norte del país.
En gran medida, analistas como Campa atribuyeron el crecimiento en indicadores a la construcción de megaproyectos como el Aeropuerto de Tulum, el Corredor Interoceánico, y el Tren Maya. “Buena parte del proyecto directo, que es el tren, se financia con la tarifa del tren en sí, del costo del boleto; pero por otro lado se empiezan a generar otras actividades alrededor”, expuso Campa.
Esto se puede observar en los comercios formales e informales que surgen y crecen en las inmediaciones de las estaciones del Tren Maya, que aunque no sean directamente dependientes de la operación del tren, crean empleos debido al turismo generado por el flujo de pasajeros.
«Una vez que empieza la operación, está todo lo que tiene que ver con empleos relacionados a la operación del tren: en las estaciones, quienes conducen los trenes, personal de limpieza al interior de las estaciones, operadores técnicos», ejemplificó. «Alrededor de las estaciones empieza a haber comercios formales e informales que van empleando a gente, y no necesariamente están directos en la operación del tren (…), pero definitivamente dependen del turismo que se va generando por ese flujo de pasajeros».
DENUNCIAN ECOCIDIO Y ABUSOS A PUEBLOS INDÍGENAS
El megaproyecto emblemático de la administración lopezobradorista fue criticado por ambientalistas por su impacto ecológico de devastación de suelos forestales y por la falta de atención a los llamados de pueblos indígenas aledaños que exigieron un alto a la construcción del Tren Maya.
«Desde el anuncio de la construcción del tren pudimos ver todas las amenazas que implicaban para el pueblo maya y para todo el territorio por donde el tren se construiría, y con el paso del tiempo, a partir de su construcción que inició en mayo durante la pandemia, y a lo largo de estos años, hemos visto cómo el impacto es muy grave desde el momento de la construcción y los impactos que vendrán después», advirtió el activista Ángel Sulub, originario de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
A lo largo de 2022, organizaciones como la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal interpusieron amparos ante el Poder Judicial para paralizar las obras de diversos tramos del Tren Maya bajo el argumento de violaciones al derecho a un medio ambiente sano, así como violaciones a los derechos de pueblos indígenas tales como a una consulta informada para la aprobación de proyectos que pueden afectar el territorio, la comunidad y a los recursos naturales.
También se promovieron amparos por parte de asociaciones como el Consejo Nacional de Litigio Estratégico, que tiene como Presidente de su Consejo Consultivo al empresario Claudio X. González, artífice del bloque opositor que han integrado en el plano político y electoral el PRI, PAN y PRD.
Con respecto a la labor de activistas que no pertenecen a estas organizaciones, Sulub recordó que si bien hubo una generación de empleos, como ha informado el Gobierno federal, hubo impactos desde el momento de la construcción a la naturaleza, tal como la devastación de la selva debido a la construcción y ampliación de vías del tren, afectaciones a cenotes, y la fragmentación del territorio maya.
«La generación de empleos está ahí; para la construcción se necesitaron miles de personas trabajando, y la generación de dinero estará ahí. Es decir, es un gran negocio para los inversionistas y para todas las empresas que se beneficiarán del tren, todo esto que menciona el Gobierno es real, pero no tiene que ver con la vida digna del pueblo maya o que esos beneficios sean para las comunidades», acusó el activista.
«Éste es un proyecto turístico que va a beneficiar al turismo, es un proyecto de carga que va a beneficiar a la agroindustria, es un proyecto que va a requerir energía y por lo tanto beneficiará a las empresas energéticas sean eólicas o fotovoltaicas, y para eso desde luego que se generarán muchos empleos, la mayoría de ellos precarizados para la gente local. Todo esto es parte de este modelo de desarrollo que se está imponiendo en el territorio, que desde luego es un modelo de desarrollo que funciona para la economía global, que funciona para el sistema desarrollista capitalista urbanista, pero que trae profundos impactos a las comunidades y en general al a los pueblos sean urbanos o rurales», remarcó Sulub.
Sobre los efectos que ya se han comenzado a observar en las comunidades, se encuentra la elevación de costos de renta y la especulación inmobiliaria en la región, que ha vuelto la vivienda en un bien costoso para los habitantes.
EL SOBRECOSTO DEL TREN
La construcción del Tren Maya comenzó en junio de 2020, durante la pandemia de COVID-19, en un primer tramo que abarcaría de Palenque, Chiapas, a Cancún, Quintana Roo. Los restantes seis tramos, los cuales siguen en obra, estarán listos para el 2024, de tal manera que el proyecto finalizado tenga un total de mil 525 kilómetros de longitud y atravesará los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Inicialmente, el Gobierno de López Obrador estimó una inversión de 156 mil millones de pesos entre la infraestructura férrea, material rodante, señalización, la adquisición del derecho de vía, entre otros aspectos.
Sin embargo, el monto ascendió a unos 472 mil millones de pesos. Durante la comparecencia del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, ante el Senado de la República con motivo del Quinto Informe del Gobierno federal, el funcionario refirió que el costo proyectado de los proyectos, en un primer planteamiento, se vio afectado debido a la tasa de inflación que había afectado a nivel mundial.
Y ante la Cámara de Diputados, el funcionario indicó: «El incremento de inversión, que es el más significativo, es porque la obra civil de los siete tramos pasó de 108 mil millones de pesos a 394 mil millones de pesos. Hay inversión en talleres y cochera, que pasó de mil 473 millones a 10 mil 570 millones, y hay derecho de vía que no estaba contemplado originalmente porque no estaban totalmente agotadas las gestiones de este derecho, de 647 millones de pesos a 17 mil millones de pesos».
En ese momento, Ramírez de la O explicó que el tramo de la obra cambió y se amplió en longitud debido a «descubrimientos arqueológicos, descubrimientos de cenotes, de manglares» que se tenían que preservar.
«En general, está más que justificada la ampliación de la obra del Tren Maya, como lo está el resto de las obras», dijo ante las y los legisladores.
Para el economista Mario Campa, después de la inauguración del transporte la siguiente administración tendrá que hacerse cargo de darle continuidad al proyecto.
«Ya una vez hecha la primera inversión, el [costo del] mantenimiento después de eso es bastante menor, porque el proyecto sobre todo requería para el paso del tren, liberar las vías, construir las vías, y eso ya va a quedar. Entonces, después ya se vuelve una cuestión del gasto operativo, que sí es alguno porque hay que tener personal empleado para la venta de boletos, el mantenimiento regular, pero es muy bajo comparado con la inversión inicial», señaló.