Es común ver platillos y preparaciones con huevo en la dieta de las y los mexicanos. Muchas personas lo asociamos a momentos de convivencia familiar, por ejemplo, en los desayunos en donde se disfruta el tan tradicional huevo con chorizo y tortillas. También se nos ha dicho que es un alimento saludable e indispensable en nuestra dieta. Hoy quiero compartirte algo de información que en su momento también llegué a desconocer. La publicidad engañosa quiere esconder la triste e injusta realidad.
Información brindada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural revela que en nuestro país se producen alrededor de 163 millones de huevos por día. Esta cifra tan alta se debe a que México es el país con el mayor consumo de huevo per cápita en el mundo y a su vez es el quinto productor más grande a escala mundial. Se estima que cada persona mexicana consume entre 22 y 26 kilogramos de huevo anualmente, más de 350 huevos cada año.
¿Sabes lo que pasa antes de que el huevo llegue a los supermercados mexicanos? Actualmente, más del 90 por ciento de la producción de huevo proviene de sistemas «convencionales» o «tradicionales». Personalmente considero que estos sistemas son anticuados y crueles, se utiliza a las gallinas a conveniencia hasta que sus cansados cuerpos no pueden más. En México se siguen utilizando prácticas que ya son obsoletas en otros países, como el hacinamiento de aves en pequeñas jaulas de batería, el recorte de picos con cuchillas calientes y la muda forzada, en esta última se les priva de agua y comida hasta por una semana para que las aves cambien de plumas y su ciclo productivo se acelere.
Los sistemas tradicionales son aquellos en donde las gallinas permanecen toda su vida en jaulas muy reducidas. Cada una alberga a más de 5 gallinas que tienen que vivir apretadas, paradas sobre el doloroso alambre. Imagina lo que sería vivir toda tu vida en un espacio tan pequeño como una hoja de papel tamaño carta. Las gallinas viven en promedio 2 años cuando la producción de huevo baja debido a la sobreexplotación, son obligadas a producir alrededor de 300 huevos al año. Durante todo este tiempo no salieron de la jaula, no pudieron extender sus alas ni realizar sus comportamientos naturales como caminar, tomar baños de polvo, anidar o disfrutar del sol. Esta experiencia podría compararse a vivir en un asiento de un avión por 2 años o estar en un elevador junto a más de 5 personas, sin espacio suficiente para moverse, sin limpieza, luchando por sobrevivir hasta que decidan que es más rentable matarte, si es que no te enfermaste y te moriste antes.
Ya habiendo abarcado parte de la cuestión ética, el siguiente mito es sobre la nutrición. Los huevos no son tan saludables como nos lo hicieron creer. Estos pueden contener salmonella, además, la grasa y el colesterol pueden provocar daños a la salud del corazón, pueden provocar diabetes e incluso cáncer de próstata y colorrectal. Un estudio de la base de datos de la National Center for Biotechnology Information reveló que la ingesta de huevos y el colesterol se asoció con una mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer. El aumento de la mortalidad asociado con el consumo de huevos estuvo influenciado en gran medida por la ingesta de colesterol. El equipo de ciencias de este estudio sugiere reemplazar los huevos enteros por sustitutos de huevo u otras fuentes alternativas de proteínas.
Cada persona es autónoma y tiene la capacidad de decidir qué apoyar y qué rechazar. Tomemos decisiones mejor informadas y más respetuosas con los animales. Considera dejar de apoyar a estas industrias que causan tanto dolor.