En toda economía de mercado moderna, la calidad de vida de una buena parte de la población está ligada al nivel del salario que percibe.

La humanidad aún no inventa un tipo de sociedad en la que se cree riqueza sin que existan empleados asalariados que realicen un trabajo. Incluso, en las economías donde hay más emprendedores independientes, quienes laboran y perciben un sueldo constituyen un grupo importante de la población.

En cierto sentido, México sería uno de esos países, cuya población emprendedora es de las más grandes. Hay que decir, sin embargo, que este carácter emprendedor del mexicano pervive en un contexto más bien tóxico: la informalidad.

Aunque se requiere más espacio para explicar todas las razones por las que muchos mexicanos deciden integrarse al sector informal, lo cierto es que, muy probablemente, esto tenga alguna conexión con los bajos salarios en México comparado con otras naciones.

Afortunadamente, esto lo han visto no sólo varios analistas de la economía mexicana, sino también el propio sector empresarial, o una parte de él.

Efectivamente, fue a iniciativa de la Coparmex el hecho de que se comenzara seriamente a pensar en aumentar los salarios mínimos como una forma de impulsar el mercado y de promover el bienestar de los mexicanos más vulnerables. Es de reconocer al Presidente, Andrés Manuel López Obrador, el que haya sido sensible a la propuesta vertida por la Coparmex.

Es de celebrarse también que esta política de aumentos salariales continúe implementándose en el tiempo. Tan sólo recientemente el Consejo de Representantes de la Conasami acordó un incremento significativo de los salarios mínimos en 2024. Se trata de un acuerdo benéfico para el país.

Así el salario mínimo aumentará de 207.44 a 248.93 pesos diarios en la mayor parte del país y de 312.41 pesos diarios a 374.89 en la Zona Libre de la Frontera Norte. El aumento también ocurrirá en el caso de los salarios mínimos profesionales. Es la quinta vez en que hay un consenso entre los tres sectores de la Conasami para incrementar el salario mínimo, en este sexenio.

Se espera que la medida beneficie a 8.9 millones de personas trabajadoras en el país, de tal manera que el incremento cubra en 1.73 veces  la Línea de Pobreza por Ingresos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Es este aspecto el que impacta más claramente en un mejor nivel de vida de quienes reciben salarios mínimos.

Aunque todavía falta mucho para que los salarios de los mexicanos se puedan acercar al nivel de los países de la OCDE, lo cierto es que el cambio de perspectiva de que habría que hacer algo más de lo que tradicionalmente se hacía, es un paso fundamental en el camino correcto.

Un México libre, próspero y democrático sólo es posible si quienes producen bienes y servicios a través de su esfuerzo reciben lo justo por su trabajo. Esto continúa siendo uno de los grandes desafíos del país hacia el futuro.

Gustavo de Hoyos Walther

https://www.sinembargo.mx/author/gustavodehoyos/

Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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