Alejandro Calvillo
25/11/2023 - 12:05 am
¿Por qué un sistema patológico nos gobierna?
Mencionar que vivimos gobernados por un “sistema patológico” no es una invención personal, no es el resultado de una posición ideológica, es la definición que se hace de nuestro mundo desde la que es una de las más prestigiadas revistas científicas de medicina.
La magnitud de los retos que enfrentamos como especie nos obligan a abordarlos desde una visión sistémica y dejar de lado la visión miope de las especialidades. No se puede entender el sistema patológico que nos gobierna si no lo hacemos desde una visión que permita analizar todos los determinantes y el porqué de su existencia.
Mencionar que vivimos gobernados por un “sistema patológico” no es una invención personal, no es el resultado de una posición ideológica, es la definición que se hace de nuestro mundo desde la que es una de las más prestigiadas revistas científicas de medicina, The Lancet, a través de su recientemente publicada serie sobre los “Determinantes Comerciales de la Salud”. Esta revista académica está cumpliendo 100 años y es, actualmente, la más prestigiada en medicina.
Esta serie de The Lancet es también el mejor ejemplo de que los científicos expertos en salud pública, en nutrición, en epidemiología, etc., libres de conflicto de interés, que no han sido cooptados por las corporaciones, se ven obligados a ampliar su visión, a hablar del sistema que nos gobierna como un determinante del deterioro de nuestra salud y del estado crítico del Planeta.
Decir que el neoliberalismo ha permitido a las grandes corporaciones transnacionales tomar el poder sobre los gobiernos, transferir sus graves externalidades a la salud de la población y convertirse en una de las principales causas del deterioro del planeta, no es un discurso ideológico, es la evidencia que muestra la ciencia pero que los grandes intereses económicos niegan y quieren ocultar cooptando a los gobiernos, los medios de comunicación, desviando la atención a través de campañas publicitarias en las que se maquillan como social y ambientalmente responsables, así como comprando a científicos e instituciones académicas para tratar de imponer su narrativa de que no son la causa del problema pero si son parte de la solución.
Así lo dice The Lancet: “el cambio hacia el fundamentalismo del mercado y las corporaciones transnacionales cada vez más poderosas ha creado un sistema patológico en el que los actores comerciales están cada vez más capacitados para causar daño y externalizar los costos de hacerlo. En consecuencia, a medida que aumentan los daños a la salud humana y planetaria, aumenta la riqueza y el poder del sector comercial, mientras que las fuerzas compensatorias que tienen que sufragar estos costos (en particular, los individuos, los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil) se empobrecen y pierden poder o son capturadas por los intereses comerciales”.
Y se añade: “Este desequilibrio de poder conduce a la inercia política; aunque hay muchas soluciones, no se están implementando. Los daños a la salud están aumentando, dejando a los sistemas de salud cada vez más incapaces de hacerles frente. Los gobiernos pueden y deben actuar para mejorar, en lugar de seguir amenazando el bienestar de las generaciones futuras, el desarrollo y el crecimiento económico”.
La serie The Lancet sobre “Los Determinantes Comerciales de la Salud” muestra las prácticas de estas corporaciones globales y los severos daños que están provocando, transfiriendo sus externalidades a la sociedad y el Planeta, con el único fin de obtener crecientes ganancias. La serie explica: “el enfoque en las ganancias daña la salud, independientemente del sector industrial”.
Las externalidades, los daños, generados por estas prácticas, señalan, son más graves en las naciones de ingresos medios y bajos donde es mayor la cooptación de los gobiernos por las corporaciones, donde logran establecer legislaciones a modo y corromper a los funcionarios, como ocurre con el destino de los desechos tóxicos y plásticos que van de las naciones de altos ingresos a los de bajos ingresos, como ocurre con medicamentos, agroquímicos y otros productos que están prohibidos en naciones del llamado Norte pero siguen exportándose al Sur o produciéndose por estas corporaciones globales en esos territorios.
La serie de the Lancet, que será presentada este lunes en México, estima que solamente cuatro sectores industriales (tabaco, alcohol, alimentos ultraprocesados y combustibles fósiles) son responsables de “al menos un tercio de las muertes mundiales”. La penetración de los intereses de grandes corporaciones en la toma de decisiones, en la elaboración de leyes, en planes de desarrollo, se impone sobre el bienestar público. Se trata de: “un sistema político y económico global que privilegia a una élite cada vez más rica a expensas de muchos”.
Este sistema patológico no sólo daña y agrava la salud de la población y el planeta también agudiza las desigualdades: “La equidad se destaca deliberadamente porque el sector comercial (incluido cada vez más el sector financiero) desempeña un papel importante, aunque a menudo se pasa por alto, en el impulso de la inequidad social y de salud tanto dentro de los países como entre ellos”. Son las poblaciones más vulnerables las que sufren los mayores impactos de las prácticas corporativas ya sea porque sus entornos están más contaminados, porque son espacios donde lo que prevalece y domina es la comida chatarra, donde el consumo de alcohol y tabaco inicia desde muy temprana edad, es decir, donde los daños en salud y ambientales son mayores. Eso al interior de los países. Entre los países también es común ver el doble estándar, menores regulaciones y prácticas más depredadoras y extractivas en las naciones de medios y bajos ingresos.
The Lancet explica: “Las prácticas transnacionales (y el fracaso gubernamental para abordarlas) son tales que el sistema ya no opera en el interés del público sino cada vez más en el interés de las corporaciones transnacionales”. Los diversos sectores productivos cada vez más están en menos manos, la concentración ha creado megacorporaciones con un poder económico muy superiores a de la mayoría de las naciones y un poder al cual sirven los países más poderosos.
La serie de The Lancet sobre los “Determinantes Comerciales de la Salud”, que podríamos llamar también “Determinantes Corporativos de la Enfermedad”, plantea soluciones. Para enfrentar este sistema patológico se requieren de controles sociales, de gobiernos progresistas que pongan el interés público sobre el privado, de estructuras internacionales gobernadas por el interés de la especie y la sustentabilidad de los recursos naturales, el impulso de la producción regenerativa que reestablezca la fertilidad de la tierra y la calidad del agua y el aire, modelos de producción dirigidos a la protección de la salud y el ambiente y la movilización social para el cambio sistémico y transformador.
Termino con esta última frase de la serie de The Lancet: “Desde nuestro punto de vista, la pregunta más básica de salud pública no es si el mundo tomara estas medidas, sino si la humanidad puede sobrevivir si no hace este esfuerzo”.
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