Rubén Martín
29/10/2023 - 12:04 am
Crímenes de guerra en Gaza
Se debe encontrar una salida negociada, respetuosa de todas las partes, como acaban de proponer tanto los zapatistas como las mujeres de las organizaciones democráticas kurdas.
Hace tres semanas la organización fundamentalista palestina Hamas provocó el mayor ataque contra población civil de Israel en décadas, dejando al menos mil 400 muertos y casi 250 rehenes. En un sorpresivo ataque, militantes de esa organización atacaron indiscriminadamente a población civil y a algunos soldados en puestos militares ubicados en la frontera con Gaza. Los ataques de Hamas, sin duda condenables, provocaron que el Estado de Israel lanzara la mayor ofensiva bélica contra la población de Palestina, al menos desde el año 2000 cuando los palestinos se levantaban contra la ocupación en la llamada Segunda Intifada.
Pero la respuesta de Israel no solo ha sido implacable y devastadora, también es a todas luces desproporcionada pues no se está atacando solo a objetivos militares, como declaró el vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), sino que se está atacando masiva y cruelmente a la población civil, a la vez que se impone un cerco que ha cortado el suministro de alimentos, agua, energía eléctrica, insumos médicos e internet a 2.3 millones de personas que viven en la Franja de Gaza. Hasta el viernes, los ataques de Israel sobre Gaza habían dejado 7 mil 500 muertos, y casi la mitad, menores de edad.
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el viernes por amplia mayoría una resolución no vinculante que pide una “tregua humanitaria” en Gaza que conduzca al cese de las hostilidades entre Israel y Hamás.
En lugar de ello, justo el viernes el ejército de Israel intensificó los ataques y al parecer inició la intervención terrestre, lo que claramente escalará el conflicto no sólo contra Hamas, la organización que ha jurado destruir, sino contra la población civil. El sábado el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo: “Hemos pasado a la nueva fase de la guerra. Anoche, tembló el suelo en Gaza. Atacamos sobre tierra y bajo tierra... Las fuerzas tienen instrucciones claras”.
Para muchos, Israel tiene derecho a defenderse tras los crueles ataques de Hamas a la población civil, sin embargo, como han denunciado organizaciones desde Gaza, entre ellos LA Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por siglas en inglés), la respuesta israelí no solo es desproporcionada, sino ilegal.
Para Amnistía Internacional, se trata no sólo de graves violaciones al derecho internacional sino incluso de crímenes de guerra. En una investigación que llevó a cabo sobre los primeros bombardeos a la población en Gaza, entre los días 7 y 12 de octubre, Amnistía Internacional (AI) documentó que Israel está cometiendo crímenes de guerra contra la población civil.
Basada en este reporte sobre el terreno, la directora de AI, Agnès Callamard, afirmó: “Nuestra investigación concluye que existen pruebas irrefutables de crímenes de guerra en la campaña de bombardeos israelí que deben investigarse con urgencia. Décadas de impunidad e injusticia, sumadas al grado de destrucción y muerte sin precedentes de la ofensiva actual, sólo pueden dar lugar a más violencia e inestabilidad en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados”, declaró en un pronunciamiento publicado el pasado 20 de octubre (se puede consultar aquí: https://cutt.ly/gwEAcnsO).
De entre los cientos de bombardeos desarrollados en los primeros días la organización de derechos humanos investigó cinco casos donde confirmó estas violaciones. Uno de ellos ocurrió el 10 de octubre: “un ataque aéreo israelí contra una vivienda familiar mató a 12 miembros de la familia Hijazi y a cuatro de sus vecinos en la calle Al Sahaba de la ciudad de Gaza. Entre las víctimas mortales había tres menores de edad (…) Amnistía Internacional habló con Kamal Hijazi, quien perdió en el ataque a su hermana, sus dos hermanos junto con sus esposas, cinco sobrinas y sobrinos, y dos primos. Dijo: “La casa de nuestra familia, de tres plantas, fue bombardeada a las 5:15 de la tarde. Ocurrió de repente, sin previo aviso; por eso estaban todos en casa”. Otra vez se repitió el patrón de que no hubo notificación de por medio y que el edificio no era objetivo militar.
Amnistía Internacional cita casos de bombardeos de la aviación de Israel incluso contra campo de refugiados, como el ocurrido el 8 de octubre en Nuseirat; y otro ataque a un mercado público. “Alrededor de las 10.30 de la mañana del 9 de octubre, ataques aéreos israelíes alcanzaron un mercado en el campo para personas refugiadas de Jabalia situado unos kilómetros al norte de la ciudad de Gaza y causaron la muerte de al menos 69 personas. Según las fuerzas armadas israelíes, el objetivo era ‘una mezquita en la que había presencia de miembros de Hamás’ cuando atacaron el mercado de Jabalia, pero no han aportado pruebas que lo demuestren. Conforme a los relatos de testigos, las imágenes de satélite y los vídeos verificados, el ataque, que causó gran número de víctimas civiles, fue indiscriminado y debe investigarse como crimen de guerra”, pidió AI.
En este caso, los colaboradores de AI recogieron el testimonio de un familiar que perdió a su hijo: “Ziyad describió las escenas de horror que había visto en el depósito donde encontró el cadáver de su hijo junto a otros muchos. “’Los cuerpos estaban quemados, tenía miedo de mirar. No quería mirar, me daba miedo ver la cara de Imad. Los cadáveres estaban amontonados en el suelo. Todo el mundo buscaba a sus hijos entre los montones. Pude reconocer a mi hijo por los pantalones. Quise enterrarlo inmediatamente, así que lo tomé en brazos y lo saqué de allí’”.
Testimonios como este se reproducen por miles desde entonces y todo indica que el dolor de los padres de perder a más hijos aumentará en las próximas semanas. Estamos ante un caso de graves violaciones al derecho humanitario, algunos hablan de genocidio, que debería cesar de inmediato.
El dolor de los israelíes por los masacrados por Hamas el pasado 7 de octubre no debe convertirse en una respuesta vengativa que afecta gravemente los derechos y las vidas de 2.3 millones de gazatíes. Uno de ellos escribió para 972 Magazine (reproducido por el portal español Ctxt): “No puedes planear lo que harás ni siquiera en las próximas horas, porque tu vida está en manos de un soldado israelí que reduce tus sueños a escombros (…) Los incesantes ataques aéreos de Israel son un recordatorio constante de que estamos luchando por sobrevivir. La pregunta que se cierne sobre nuestras cabezas como una nube oscura es: “Si sobrevivimos a esta guerra, ¿cómo continuaremos viviendo con normalidad?’”, escribió Mahmoud Mushtaha.
Pero no es sólo desde el lado Palestino que se pide parar esta masacre, esta deshumanización contra los pobladores de Gaza y Palestina. Michael Sfard, un conocido abogado de derechos humanos de Israel pide a su país y a sus gobernantes no precipitarse hacia el abismo moral, tras los injustificados ataques del 7 de octubre. Escribió en el diario liberal Haaretz: “Para nosotros los israelíes, la condición de refugiados que hemos impuesto a millones de palestinos durante 75 años, la ocupación que hemos impuesto a otros millones durante 56 años y el asedio que hemos impuesto a los millones de palestinos de Gaza durante 16 años han erosionado nuestros principios morales. Han normalizado una situación en la que hay personas que valen menos. Mucho menos”. Y añadió: “Cuando los dirigentes políticos y militares pierden toda moderación y aprueban ideas para asestar un golpe brutal a la población civil, estamos creando una sociedad en la que se ha completado el proceso de despojar de su humanidad a las personas que están al otro lado de la frontera. Y cuando eso ocurre, el infierno está cerca. El 8 de octubre dimos un salto de gigante en nuestra campaña de corrupción moral, y ahora estamos peligrosamente cerca del agujero negro”.
Los bombardeos indiscriminados, el cerco contra 2.3 millones de palestinos, y el desplazamiento forzado de 1.4 millones de ellos es una respuesta vengativa de la clase gobernante y militar de Israel, pero no será la solución para un conflicto que justo se alimenta de la violencia y del odio al otro. Se debe encontrar una salida negociada, respetuosa de todas las partes, como acaban de proponer tanto los zapatistas como las mujeres de las organizaciones democráticas kurdas. De otro modo, los niños palestinos atacados con bombas ahora, se convertirán en los próximos milicianos que pensarán que tienen derecho a la venganza.
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