La nueva fase de la campaña israelí comenzó el viernes por la noche con bombardeos que cortaron las comunicaciones en la sitiada Gaza y aislaron a sus 2.3 millones de residentes del mundo exterior. Por su parte, el vocero del ala militar de Hamás dice que el grupo está dispuesto a un intercambio de rehenes.
Por Isabel Debre, Julia Frankel y Sam Magdy
JERUSALÉN (AP) — Israel anunció el sábado la ampliación de su campaña terrestre en la Franja de Gaza con infantería y vehículos blindados respaldados por ataques "masivos" por mar y aire, incluyendo el bombardeo de túneles de Hamás, un objetivo clave en su ofensiva para aplastar al grupo insurgente que gobierna el enclave luego de su sangrienta incursión en el sur de Israel hace tres semanas.
Por su parte, el vocero del ala militar de Hamás dice que el grupo está dispuesto a efectuar el intercambio de las decenas de rehenes que mantiene por todos los presos palestinos en Israel.
El ejército difundió imágenes granuladas de columnas de tanques que avanzaban lentamente por zonas abiertas en Gaza y apuntó que su aviación alcanzó docenas de túneles y búnkeres subterráneos de Hamás.
"Las fuerzas siguen sobre el terreno y continúan con la guerra", afirmó el sábado el portavoz del ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, que indicó el comienzo de la siguiente fase de lo que se espera que se convierta en una ofensiva terrestre total sobre el norte de Gaza.
Desde hacía días, Israel acumulaba cientos de miles de soldados a lo largo de la frontera. Hasta ahora, sus tropas habían realizado breves incursiones nocturnas antes de regresar al país.
Hagari explicó que las tropas terrestres estaban respaldadas por lo que describió como ataques masivos aéreos y navales. Además, dos destacados comandantes militares de Hamás murieron durante la noche, añadió alegando que Israel se enfrentaba a un enemigo "debilitado". Hamás no confirmó las bajas de inmediato.
La nueva fase de la campaña israelí comenzó el viernes por la noche con bombardeos que cortaron las comunicaciones en la sitiada Gaza y aislaron a sus 2.3 millones de residentes del mundo exterior.
El apagón casi total de la información procedente de Gaza permitió al ejército controlar en gran medida la narrativa durante una nueva fase clave en los combates. La población palestina está aislada, apiñada en casas y refugios, y se está quedando sin agua y alimentos. Israel ya había cortado la electricidad en las primeras fases de la guerra.
La pérdida de la conexión a internet y de las líneas telefónicas supone un nuevo revés para un sistema médico y de ayuda que, según los trabajadores humanitarios, estaba ya al borde del colapso por el sitio impuesto por Israel hace tres semanas. Más de 1.4 millones de personas han huido de sus hogares y casi la mitad se cobijan en escuelas y albergues de Naciones Unidas. Los cooperantes apuntan que el goteo de ayuda humanitaria que Israel ha dejado entrar al enclave desde Egipto en la última semana es una pequeña fracción de lo que se necesita.
Los hospitales de Gaza han buscado combustible para los generadores de emergencia que alimentan las incubadoras y otros equipos vitales.
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, que gestiona una amplia red de albergues y escuelas para casi la mitad de los desplazados que residen en el territorio, ha perdido el contacto con la mayoría de sus empleados, dijo su vocera, Juliette Touma, el sábado.
Los ataques aéreos nocturnos fueron "los peores y más intensos hasta la fecha", agregó apuntando que la coordinación de los esfuerzos de ayuda era ahora "extremadamente complicada".
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, indicó que el apagón ha hecho "imposible que las ambulancias lleguen a los heridos".
"Seguimos sin tener contacto con nuestro personal e instalaciones sanitarias. Estoy preocupado por su seguridad", escribió el jefe de la OMS en X, la red social antes conocida como Twitter.
La intensificación de la campaña aérea y terrestre generó nuevas preocupaciones acerca de la seguridad de las docenas de rehenes que fueron llevados a Gaza tras el asalto insurgente. El sábado, familiares de los rehenes se congregaron en una plaza del centro de Tel Aviv para exigir una reunión con el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y con el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
Piden que Israel presione para que se libere a los cautivos antes de seguir adelante con su campaña contra Hamás.
El vocero militar, Hagari, apuntó el sábado que la cifra de rehenes confirmada es ahora de 229 personas, tras la liberación de cuatro mujeres en los últimos días gracias a la mediación de Egipto y Qatar.
En su conferencia de prensa, rechazó los reportes de prensa sobre un posible acuerdo para un alto el fuego a cambio de la liberación de los rehenes, calificándolos de "explotación cínica", sobre todo por parte de Hamás, de la ansiedad de las familias afectadas.
Israel sostiene que sus ataques se dirigen contra los combatientes y la infraestructura de Hamás y que los militantes operan entre civiles poniéndolos en peligro.
HAMÁS ESTÁ DISPUESTO A INTERCAMBIO DE REHENES
El vocero del ala militar de Hamas dice que el grupo está dispuesto a efectuar el intercambio de las decenas de rehenes que mantiene por todos los presos palestinos en Israel.
El vocero, que se identificó por su seudónimo Abu Obeida, dijo en un discurso televisado el sábado que el acuerdo se podría concretar por etapas, pero que los israelíes “deben conocer el precio que deberán pagar”.
Cientos de familiares de rehenes se concentraron en una plaza céntrica en Tel Aviv para exigir que el gobierno dé prioridad al regreso de sus seres queridos sobre los objetivos militares.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu preveía reunirse con las familias de los rehenes en las próximas horas. Oficiales han dicho que intentan derribar a Hamas y rescatar a los rehenes, pero no han explicado cómo piensan cumplir los dos objetivos al mismo tiempo.
Las familias temen que la escalada de la ofensiva en Gaza ponga en peligro a los cautivos.
El número de palestinos muertos en Gaza ha superado los 7 mil 300, de los cuales más del 60 por ciento son mujeres y niños, según el Ministerio de Salud gazatí. El bloqueo israelí sobre el territorio ha reducido los suministros y Naciones Unidas advirtió que sus operaciones para ayudar a cientos de miles de personas se estaban "desmoronando" debido a la falta de combustible.
Más de 1,400 personas murieron en Israel durante el ataque de Hamás del 7 de octubre, de las cuales al menos 310 eran soldados, según el gobierno.
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Magdy informó desde El Cairo, Egipto.