La negativa tiene sus raíces en el temor de que Israel desee forzar una expulsión permanente de palestinos hacia sus países y nulificar las exigencias palestinas de tener su propio Estado.
Por Jack Jeffery y Sam Magdy
El Cairo (AP).- Mientras los desesperados palestinos en Gaza intentan guarecerse de los bombardeos que efectúa Israel en represalia por el brutal ataque de Hamas del 7 de octubre, muchos se preguntan por qué los países vecinos Egipto y Jordania no los acogen.
Ambas naciones, que flanquean a Israel desde puntos opuestos y comparten fronteras con Gaza y la Cisjordania ocupada, respectivamente, se han negado terminantemente. Jordania ya tiene una numerosa población palestina.
El Presidente egipcio Abdul Fatá El Sisi efectuó sus declaraciones más severas a la fecha el miércoles, al señalar que el objetivo de la guerra actual no sólo es combatir a Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, “sino también un intento de obligar a los habitantes civiles a… emigrar a Egipto”. Advirtió que esto podría arruinar la paz en la región.
El rey Abdalá II de Jordania dio un mensaje similar un día antes, afirmando: “No habrá refugiados en Jordania, no habrá refugiados en Egipto”.
Su negativa tiene sus raíces en el temor de que Israel desee forzar una expulsión permanente de palestinos hacia sus países y nulificar las exigencias palestinas de tener su propio Estado. El Sisi también sostuvo que un éxodo masivo generaría el riesgo de que arriben militantes a la península egipcia del Sinaí, desde donde podrían atacar a Israel, poniendo en riesgo el tratado de paz entre ambas naciones alcanzado hace 40 años.
A continuación exponemos qué motiva las posturas de Egipto y Jordania.
UNA HISTORIA DE DESPLAZAMIENTO
El desplazamiento ha sido un tema central en la historia palestina. En la guerra de 1948 en torno a la creación de Israel, se estima que 700 mil palestinos fueron expulsados o huyeron del territorio que hoy es Israel. Los palestinos denominan a este suceso la Nakba, “catástrofe” en árabe.
En la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel se apoderó de Cisjordania y la Franja de Gaza, otros 300.000 palestinos huyeron, sobre todo a Jordania.
En la actualidad, los refugiados y sus descendientes suman casi 6 millones, la mayoría de ellos establecidos en campamentos y comunidades en Cisjordania, Gaza, Líbano, Siria y Jordania. La diáspora se ha extendido más lejos: muchos refugiados han hecho sus vidas en los países árabes del Golfo Pérsico o en Occidente.
Luego de que concluyeron los combates de la guerra de 1948, Israel se negó a permitir que los refugiados regresaran a sus hogares. Desde entonces, Israel ha rechazado la exigencia de los palestinos de que los refugiados retornen como parte de un tratado de paz, bajo el argumento de que ello amenazaría a la mayoría judía del país.
Egipto teme que la historia se repita, y que una población considerable de refugiados palestinos de Gaza termine quedándose en territorio egipcio definitivamente.
SIN GARANTÍA DE QUE PODRÁN VOLVER
Lo anterior se debe, en parte, a que no hay un escenario claro de cómo terminará esta guerra.
Israel asegura que pretende destruir a Hamas debido a la embestida sangrienta que lanzó en sus poblados del sur. Pero no ha dado indicios de qué podría pasar después y quién gobernaría Gaza. Eso ha generado preocupación de que volverá a ocupar el territorio durante algún tiempo, lo que azuzaría mayores conflictos.
Las fuerzas armadas israelíes dijeron que a los palestinos que atendieron su orden de huir del norte de Gaza a la mitad sur de la franja se les permitirá regresar a sus hogares tras el fin de la guerra.
Egipto no está convencido de ello.
El Sisi dijo que los combates podrían prolongarse años si Israel alega que no ha aplastado lo suficiente a los militantes. Propuso que Israel acoja a los palestinos en el desierto del Néguev, que limita con la Franja de Gaza, hasta que concluya sus operaciones militares.
“La falta de claridad de Israel con respecto a sus intenciones en Gaza y la evacuación de la población son problemáticas en sí mismas”, afirmó Riccardo Fabiani, director de proyectos en África del Norte del Crisis Group International, una organización independiente que trabaja para prevenir guerras. “Esta confusión alimenta los temores en la región”.
Egipto ha presionado a Israel para que permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, e Israel dijo el miércoles que lo haría, pero no especificó cuándo. De acuerdo con las Naciones Unidas, Egipto, que enfrenta una creciente crisis económica, ya alberga a cerca de 9 millones de refugiados e inmigrantes, incluidos unos 300.000 sudaneses que llegaron este año tras huir de la guerra en su país.
Pero los países árabes y muchos palestinos también sospechan que Israel podría aprovechar esta oportunidad para imponer cambios demográficos permanentes con el fin de echar por la borda las exigencias palestinas de tener su propio Estado en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, que Israel también capturó en 1967.
El Sisi repitió sus advertencias el miércoles de que el objetivo de un éxodo desde Gaza es “eliminar la causa palestina… la causa más importante de nuestra región”. Argumentó que, si hace tiempo se hubiera creado un Estado palestino desmilitarizado en negociaciones, no habría una guerra hoy.
“Todos los precedentes históricos apuntan al hecho de que, cuando se obliga a los palestinos a salir de territorio palestino, no se les permite regresar”, dijo H.A. Hellyer, investigador sénior asociado del Fondo Carnegie para la Paz Internacional. “Egipto no quiere ser cómplice de una limpieza étnica en Gaza”.
Los temores de los países árabes se han visto azuzados por el ascenso en el Gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu de partidos de extrema derecha que hablan abiertamente de expulsar a los palestinos. Desde el ataque de Hamas, la retórica se ha vuelto menos contenida, y algunos políticos de derecha y comentaristas de los medios de comunicación han exigido a las fuerzas armadas demoler Gaza y expulsar a sus habitantes. Un legislador declaró que Israel debía realizar una “nueva Nabka” en Gaza.
PREOCUPACIONES EN TORNO A HAMAS
Al mismo tiempo, Egipto dice que un éxodo masivo desde Gaza llevaría a militantes de Hamas u otros a su territorio. Eso podría desestabilizar el Sinaí, donde las fuerzas armadas egipcias lucharon durante años contra militantes islámicos, y en un momento dado culparon a Hamas de apoyarlos.
Egipto ha respaldado el bloqueo que Israel le impuso a Gaza desde que Hamas se apoderó del mando del territorio en 2007, controlando estrictamente la entrada de materiales, así como la entrada y salida de civiles. También ha destruido la red de túneles bajo la frontera que Hamas y otros palestinos utilizaban para contrabandear mercancías a Gaza.
Con la insurgencia en el Sinaí aplastada en gran medida, “El Cairo no quiere tener un nuevo problema de seguridad en sus manos en esta región problemática”, señaló Fabiani.
El Sisi advirtió de un escenario todavía más desestabilizador: el naufragio del tratado de paz de 1979 entre Egipto e Israel. Dijo que, con la presencia de militantes palestinos, el Sinaí «se convertiría en una base de ataques contra Israel. Israel tendría el derecho a defenderse… y atacaría territorio egipcio”.
“La paz que hemos logrado se nos esfumaría de las manos», advirtió, «y todo en nombre de la idea de eliminar la causa palestina”.