La obra del escritor oaxaqueño cuenta con dos cuentos que son autobiográficos, Zoom y Muerte de Pedro. “Son los únicos que tienen algún sentido autobiográfico, el de la Muerte de Pedro es algo que sucedió tal cual, la primera persona que conocí se murió en el campo, en Oaxaca”, recordó.
Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).- Al hablar sobre su obra Olor a lluvia, el escritor oaxaqueño Adán Ramírez Serret compartió sus reflexiones sobre el proceso creativo: “Cuando empiezas a escribir te conviertes en otras personas, te vuelves loco aunque seas una persona cuerda o te vuelves loco racionalmente o la razón de la sinrazón”.
Ramírez Serret habló en “La Tertulia”, programa que se transmite en Estudio B, el nuevo canal de YouTube de SinEmbargo, sobre la creación de los cuentos que conforman su obra editada, de lo cuales resaltó el que lleva el título de Yeguas de la noche.
“Tuve una relación muy fuerte siempre con maestros muy importantes, desde mi abuela que fue una persona que era muy culta, desde Francisco Toledo con quien trabajé muchísimo, con Emilio Carballido también, entonces pensé en este cuento cuando eres el alumno cómo te puedes empezar a convertir y cómo él quisiera también ser tú”, expresó.
“Creo que cuando eres alumno se mueven tensiones muy interesantes, al menos para mí, y es que tú tienes la juventud y la vida por delante, y ellos tienen todo el conocimiento y el prestigio del mundo”, añadió el escritor oaxaqueño.
Asimismo, detalló que su obra cuenta con dos cuentos que son autobiográficos, el que lleva el título de Zoom y Muerte de Pedro. “Son los únicos que tienen algún sentido autobiográfico, el de la Muerte de Pedro es algo que sucedió tal cual, la primera persona que conocí se murió en el campo, en Oaxaca”, recordó.
“Ese día que se murió me hablaron mis vecinos, salimos al campo, y empezaron a caer truenos, y un amigo de al lado dijo ‘es porque se murió tal persona’, yo dije ‘¿acaso eso sucede cada que alguien muere?’, ese es el primer relato, esos dos primeros que tienen autobiográfico, todos los demás son completamente ficticios”, añadió.
Ramírez Serret también compartió que para escribir sus obras se inventa alter egos “que ni siquiera yo sabía que existían hasta que existieron esos cuentos, es decir, tres personajes son los narradores allí que son los que luego pueden estar en otras novelas, no se dice explícitamente que son, pero ahí, sobre todo, uno es un narrador en especial, digamos, uno es oaxaqueño, otro es chilango”.
“Son los que se mueven allá adentro, de alguna forma tuve que desplegarme yo después de vivir 16-17 años en la Ciudad de México, ya hay una nueva persona que es chilanga, ya no solo soy oaxaqueño. Creo es esta forma de desplegarte, de ser como otros tú que te ayuden a narrar historias que se te ocurrieron por completo, que son plena imaginación, sin embargo, son parte de ti, parece”, explicó.
Además, habló sobre la imaginación con la que cuentan los personajes de sus obras: “La mayor de las virtudes de la lectura, es que te hace tener un imaginario que es igual de real que el que está aquí enfrente, creo que gracias a eso no conoces el aburrimiento y es tan real lo que te puede suceder en un sueño, lo que te puede suceder imaginándolo, o platicando con alguien, de aquello que pudiste haber hecho o que quieres hacer, que lo que sucede”.
“Esta parte de tener un universo interior es de las grandes riquezas que uno puede tener en la vida. Precisamente eso a mí me hace muy feliz y siempre me han gustado esos dos lados de la realidad, de la vida, que no se contradicen aunque pareciera que sí (...) esos dos mundos del sueño y de la realidad, esa oposición que no se niegan y los dos los puedes disfrutar, tanto estar con alguien que fue tu pareja por tanto tiempo, aquella persona con la que soñaste toda tu vida, o el país, o lo que sea’”, concluyó.
La obra de Ramírez Serret, Olor a lluvia, reúne diversas historias en forma de breves cuentos. El libro, además, cuenta con un prólogo de Gastón García Marinozzi.