Alrededor de una casa en Lomas Verdes, una colonia de clase media alta en el Estado de México, operó el despojo de un cártel inmobiliario presuntamente conformado por autoridades mexiquenses, de la CDMX y de una casa de reposo de Tultitlán, todo en detrimento del patrimonio de dos adultos mayores. Uno de ellos, de 78 años, víctima de secuestro exprés y robo. Nadie ha sido detenido.
Ciudad de México, 14 de octubre (SinEmbargo).– En vísperas del Día del Padre de este año, de un momento a otro, dos adultos mayores perdieron lo que construyeron durante toda su vida.
Un cártel inmobiliario, coludido presuntamente con una casa de reposo en Tultitlán, abogados, jueces del Juzgado Tercero de Tenango del Valle y funcionarios del DIF Tultitlán del Estado de México, así como notarios de la Ciudad de México, secuestraron a José de 78 años, como acusa su familia. Luego lo despojaron de su casa en Lomas Verdes, una de las colonias de clase media alta de la entidad, y también le robaron documentos de identificación, dinero de cuentas bancarias y todos los muebles.
En los documentos del Instituto de la Función Registral del Estado de México (IFREM), los dos adultos aparecen como los únicos dueños de la casa, incluso aparece un gravamen hipotecario derivado del crédito con el que se adquirió y que, aunque fue liquidado en 1994, no se ha dado notificación al IFREM.
Por lo anterior, en el terreno de la legalidad, la casa no pudo ni puede ser vendida ni hipotecada desde 1990. Sin embargo, esta red delictiva detectó el inmueble y, entre fabricación de identidades y documentos falsos, comenzó una «historia de terror» costosa tanto económica como psicológicamente vivida por la familia de ambos adultos mayores, ambos con el azúcar y presión alta, como compartió en entrevista su hija Dinorah.
Ninguna persona ha sido detenida hasta el momento. Las autoridades están rebasadas o están coludidas, lo atribuyó. Pero nadie investiga.
«Este caso llegó muchísimo más lejos en cuanto a que no se detuvieron a tiempo a las personas porque no están capacitados. Podría resumir todo en que falta mucha capacitación, están rebasados completamente, yo llegaba buscando a mi papá, pero había gente buscando a sus hijas, a sus mamás», compartió respecto a su experiencia en la Fiscalía de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Naucalpan, donde la atendieron tres ministeriales por cambios de turnos.
«En cara de todos lo hicieron y lo siguen haciendo», agregó. «No solo quisieron robarnos la casa, es algo mucho más grande. Es algo turbio, todos están metidos y al parecer el más maldito es el que va ganar».
SECUESTRO EXPRÉS
«Al parecer no hay nadie», escuchó José dentro de su casa en la quinta sección de Lomas Verdes el jueves 15 de junio. Ese día, con autorización del vecino “Luis N”, los sujetos “Jorge N” (presunto líder del cártel), “Jorge A N” y “Sin nombre” ingresaron a la privada en varios vehículos y se dirigieron al domicilio.
“Jorge N” le dijo al señor de 78 años que era policía, que él era «un delincuente y que estaba invadiendo su propiedad». Al recibir como respuesta que debía ser un error y que se saliera de ahí, el judicial sacó un arma, lo amenazó de muerte y le pidió que no pusiera resistencia, de acuerdo con la denuncia que presentaron después ante las autoridades de la Fiscalía para la Búsqueda de Personas Desaparecidas en Naucalpan.
Luis «N», un vecino adulto mayor de la calle aledaña, cuya casa da a espaldas de la casa de José, simuló no conocerlos y le preguntó al señor si todo estaba bien.
–¡Todo bien, siga caminando!, le contestó “Jorge N” y el vecino siguió caminando. A los demás vecinos de la privada, Luis «N» dijo que se habían llevado a José por «un pleito familiar» y porque no era el verdadero propietario.
Acto seguido, comenzó el secuestro exprés en modalidad de robo. Subieron a José a un vehículo en contra de su voluntad y lo llevaron a una casa de reposo para adultos mayores, ubicada en Tultitlán, Estado de México. En el trayecto, “Jorge N”, “Jorge A N” y “Sin nombre” le quitaron documentos de identificación, dinero en efectivo, tarjeta de crédito y celular.
Personal de la casa de reposo ingresó al señor identificado por el cártel como un «indigente». Aunque él trató de explicar lo sucedido y –ya sin celular– solicitó comunicarse con su familia, no recibió respuesta.
La puerta de la entrada de la casa de las Lomas Verdes quedó abierta completamente toda la noche del jueves 15 de junio de 2023 y el señor pasó la noche en la casa de reposo.
CASA DE REPOSO COLUDIDA
El viernes 16 de junio, la víctima de secuestro exprés y despojo pidió hablar con la encargada de la casa de reposo: Ariadna «N”. Pero más que auxiliarlo, le retuvieron sus tarjetas de débito y le solicitaron los NIPs para “comprarle ropa mientras estuviera ahí”. No hubo ropa, medicamento que toma cotidianamente ni contacto con su familia durante los cinco días que permaneció ahí.
“Ariadna N”, dueña ante el SAT de la casa de reposo coludida, grabó en video al señor José dentro del asilo junto con la foto del INE que le habían quitado previamente en el carro para decirle a los vecinos –a través del chat de la privada administrado por el jefe de la calle Alejandro «N»– que “estaba bien y se encontraba en una casa de retiro”. Donde, por cierto, le hizo firmar dos hojas en blanco y, en su momento, José dijo a su familia que se sintió «en una casa de seguridad».
A la par, en el chat de los vecinos comenzaron a reportar al vecino Luis «N” saliendo de la propiedad sustrayendo objetos de la casa. Los policías de COPACI (de la privada) y los policías municipales de Naucalpan buscaron al vecino para indagar y les argumentó que todo era un «tema familiar» y les dio el celular de “Jorge N,” el «policía» que amenazó con un arma al señor y a quien identificó ahora como el «representante legal del pleito». Vía telefónica, «Jorge N» les responde que José ya estaba en libertad y «se había ido con sus familiares».
Pero hasta el domingo 18 de junio, cuando celebraría el día del Padre, Dinorah no sabía del secuestro exprés y despojo del que había sido víctima su papá. Cuando no le contestó las llamadas ni sus 15 miembros de la familia sabían sobre él, comenzó a alarmarse.
«Me dirigí, en compañía de mi mamá, al domicilio de mi papá. Esperaba que sólo fuera un problema con su celular, incluso llevaba su regalo», narró.
Pero solo encontró en la entrada de la casa un cambio de reja con mayas y candado.
DESPOJO ANTE OJOS DE VECINOS
La mañana del sábado 17 de junio llegaron los «nuevos inquilinos» a ocupar la casa despojada de las Lomas Verdes. El vecino Luis N”, Lupita «N”, en compañía de un niño, el policía/representante legal “Jorge N”, “Jorge A N” y “Guadalupe N” arribaron a bordo de vehículos, motos y un camión de mudanza para reemplazar la reja de la casa por una de malla y, de paso, llevarse los artículos de valor del inmueble. La vaciaron, aseguró Dinorah.
Guadalupe «N” se presentó ante los vecinos como la “jueza” que se encontraba dando fe de los hechos, alegó que el señor que ahí vivía «estaba invadiendo» la propiedad y por ello fue «desalojado» (diferente al delito de despojo).
Al retirarse el grupo de «nuevos inquilinos», dejaron la casa cerrada con una nueva reja, una cadena y un candado. Todo el tiempo que estas personas permanecieron en la casa, una patrulla y un policía de la privada estuvo acompañándolos.
El domingo 18 de junio, tras la alerta que hizo Dinorah a toda la familia, un familiar se brincó la reja, revisó toda la casa, hizo notar su preocupación de que esta se veía saqueada. “Ni colchón había”, comentó.
Con base en lo narrado por los vecinos de la privada, la familia de José acudió con Luis «N», el vecino al que vieron saqueando y merodeando, y quien los «alertó» de que el señor fue llevado por judiciales por ser el presunto invasor.
«Me dijo que era un tema familiar y que mi papá estaba invadiendo una propiedad privada, que lo habían llevado al MP, pero ya lo habían soltado y que se fue pidiendo aventón hacia Azcapotzalco (norte de la CDMX) con unos familiares», evocó Dinorah. Además, los canalizó con el «judicial» o «representante legal» de los «dueños», Jorge «N».
–Busco al señor «José Luis»… –le dijo vía telefónica a Jorge «N», el líder del cártel inmobiliario.
–Se fue solo…
–¿A dónde?
–Pidió aventón hacia (dato censurado por juicio), vive en la dirección de su INE, estaba invadiendo la casa… –repitió al igual que la versión del vecino Luis «N».
–Me presento, soy su hija, esta casa es nuestra y la dirección del INE es de otra propiedad que tenemos.
–¿Su hija? –contestó Jorge «N» muy sorprendido. Inmediatamente le pidió a Dinorah que le marcara al día siguiente, lunes 19 de junio, antes del mediodía para que le diera más información sobre su padre y la casa, y colgó.
FISCALÍA DE DESAPARECIDOS DE NAUCALPAN
En la Fiscalía de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Dinorah presentó la denuncia formal con la Elsa García Naranjo, Agente del Ministerio Público en turno de la Fiscalía Regional de Naucalpan de Juárez, Estado de México.
La denuncia quedó configurada como desaparición forzada en manos de particulares. La denuncia por despojo y secuestro exprés, le indicaron las fiscalías de Naucalpan, debía ser presentada por José.
Como Jorge «N» le prometió, el teléfono de Dinorah recibió su llamada el lunes 19 de junio a las 10:33 de la mañana. Pero era «Sin nombre», como se autodescribió para que Dinorah lo identificara en el encuentro. Él participó en el secuestro exprés. La citó en un restaurante para hablar del asunto. Ella acordó con la Fiscalía de Búsqueda acudir con ellos y se le cambió el lugar.
Aproximadamente a las 11:15 hrs vecinos vieron que «Sin nombre» llegó a la propiedad a bordo de un coche blanco.
–¡Lupita!, ¡Lupita! –gritó afuera de la casa a una de las «nuevas inquilinas».
Ante los gritos, un vecino le cuestionó por el señor José, el propietario legítimo. Le comentó que el problema era que el señor estaba «ocupando indebidamente» la casa y que “en cuanto se resolviera el problema harían el intercambio con la familia». Que el señor estaba bien. Y se fue sin decir su nombre.
Minutos después, arribó al inmueble “Jorge A N” y los vecinos lo escucharon hablar por teléfono:
–Yo no me quiero meter en problemas… ya mejor dile al señor que ahí está su casa y ya… Nadie me dice nada de estar aquí parado. Ya llevo un rato y nadie me ha preguntado nada… ya ven… no me vayas a dejar solo, no me quedes mal.
Al poco tiempo, llegó el «policía/abogado» Jorge «N”. Ambos entraron a la propiedad y, ante la presencia de policías, Jorge «N» se retiró. Al regresar, se sorprendió de conocer a la hija y esposa de la víctima. Se presentó como el representante legal del «nuevo dueño» Arturo Gutiérrez Bernal con base en un «expediente» del juzgado Tercero de Tenango del Valle que se inició un día después del secuestro exprés del legítimo dueño.
«Jorge A N» le dijo a Dinorah que él sólo fue contratado por Jorge «N» para cambiar la reja y que, a cambio de cuidarle la casa despojada, le ayudaría «con un caso de 100 mil pesos». Más adelante, el señor José reconoció a “Jorge A N” como la persona que iba manejando el vehículo en el que fue secuestrado.
“Jorge N”, “Jorge A N” y Dinorah fueron llevados a la Fiscalía de Personas Desaparecidas. Durante el trayecto, “Jorge N” intentó escapar sin éxito. En un cuarto aparte, el comandante Villafuerte recabó entrevista de “Jorge A N” y después fue dejado en libertad.
A “Jorge N” y a Dinorah los llevaron con Alberto Reséndiz Álvarez, Agente del Ministerio Público, quien estaba en turno de la Fiscalía Regional de Naucalpan de Juárez, Estado de México. “Jorge N” dice que no dirá nada con ella presente.
El agente ministerial le requirió a Dinorah las escrituras que demostraran que la casa de Lomas Verdes era de sus padres porque “Jorge N” traía “buenos papeles” del juzgado de Tenango del Valle que lo acreditan como quien compró la propiedad «en 2010».
Sobre la víctima, el señor José, el «judicial/abogado» Jorge «N» le comentó que lo había ingresado en un asilo de Tultitlán por 15 mil pesos por lo que la Fiscalía desplegó a sus elementos de la célula de búsqueda.
Nunca le mostraron el documento que lo probaba como dueño, aunque lo solicitó. Al salir de la Fiscalía de Desaparición, vio al judicial “Jorge N” en la calle comiendo una torta.
REENCUENTRO CON PAPÁ
A partir del dato de que el señor José estaba «en un asilo de Tultitlán», los familiares buscaron por redes sociales y encontraron uno que coincidía con el piso visto en los videos grabados por Ariadna «N», dueña del asilo «Alfa y Omega».
Marcaron al número registrado ante el SAT, “Ariadna N” contestó y les comentó que José se encontraba ahí, «muy asustado».
Según su versión, apenas había visto el boletín de búsqueda emitido por la Fiscalía de Naucalpan. Un «comando armado», narró, había intentado llevarse al señor un par de horas antes: era la Policía de la célula de búsqueda.
Ante esta situación, por un lado le dijo a Dinorah que se vieran en el DIF Tultitlán Cabecera Municipal, donde tenía funcionarios conocidos. Por el otro, les marcó a los de la Fiscalía de Búsqueda par decirles que les entregaría al señor en el DIF Naucalpan, pero durante el operativo de rescate y detención de ese municipio no llegó nadie. Luego dejó de contestar llamadas hasta que se le marcó a su número directo privado.
–Necesito que me entregues al señor… se está calentando la cosa… solo dame al señor– le dijo el Agente Ministerial Alberto Reséndiz a la dueña de la casa de reposo. Aceptó, pero pidió verse en el DIF Tultitlán Cabecera Municipal.
El MP Alberto Reséndiz le pasó el teléfono a Dinorah aún con Ariadna «N» en la línea, por lo que le pidió hablar con su papá. «En ese momento me regresó el alma, comencé a llorar, era mi papá del otro lado de la línea», recordó.
–¿Cómo estás, papá? ¿Te lastimaron?
–Estoy bien, quiero verte. Pensé que me iban a desaparecer.
–Por favor tranquilízate, iré a buscarte –le pidió.
–¿Cómo está mi hermana? Quedé de verla.
–Estamos bien, te estamos esperando en la Fiscalía…
Pero al llegar al DIF Tultitlán, se les informó que sí había llegado un adulto, pero que ya lo habían llevado al Centro de Justicia para las Mujeres de Cuautitlán Izcalli, Edificio Rosa.
Y ahí, en Cuautitlán Izcalli, Dinorah entró a buscarlo y encontró a su papá en un cubículo sentado junto a Ariadna «N”, dueña de la casa de reposo donde se le tuvo secuestrado, y también estaba la asesora jurídica María de los Ángeles Huerta Luis, del DIF Tultitlán.
La Agente ministerial Jazmín Sámano Mondragón les informa que Ariadna «N” y la asesora jurídica María de los Ángeles Huerta Luis habían iniciado una carpeta por el «abandono» del adulto mayor, aunque en la Fiscalía de Naucalpan ya existía una denuncia previa por privación ilegal de la libertad y una cédula de desaparición.
A petición de María de los Ángeles Huerta Luis del DIF Tultitlán, conocida de Ariadna «N», la MP Jazmín Sámano dejó bajo los cuidados del DIF Tultitlán al señor José a pesar de que él insistió en que se quería ir con su familia y que fue secuestrado. Se les dijo que ante la necesidad de un proceso de reintegración familiar, si Dinorah se llevaba a su padre, se estaría incurriendo en un delito. Ante la amenaza, José cedió quedarse bajo los cuidados del DIF y fue ingresado al Centro de Cuidados y Desarrollo Humano “ISA” en el Municipio de Tultitlán, Estado de México.
Hasta el miércoles 21 de junio, a casi una semana del secuestro exprés y despojo, Héctor Manuel Trejo Gómez, coordinador de adultos Mayores y Desarrollo Comunitario del DIF Tultitlán, y la asesora jurídica María de los Ángeles Huerta, entregaron a José en el MP de Naucalpan, donde se había levantado la denuncia por desaparición forzada.
Ambos funcionarios del DIF Tultitlán son conocidos de Ariadna «N», coludida con el cártel inmobiliario a través de su casa de reposo. En el DIF, la familia tiene cita en octubre para comparecer.
«YA NI MODO, VÁMONOS»
La carpeta de investigación fue transferida a la Fiscalía Regional de Naucalpan para perseguir el delito de “despojo”, obviando el secuestro exprés con modalidad de robo, robo a casa habitación, tentativa de homicidio, fraude, robo, entre otros, con el agravante de ser una persona de la tercera edad, señalados por el abogado de la familia.
El 31 de agosto, el cártel inmobiliario regresó al inmueble de Lomas Verdes, para terminar de saquearlo y ya sin que José viviera ahí. “Jorge N”, en compañía de un “actuario” y “patrullas de Naucalpan”, ejecutaron un “Exhorto de Otorgamiento y Firma de Escritura correspondiente al Juicio Civil Ordinario con número 623/2022 Oficio301220C00/3171/2023”.
La verdadera dueña, mamá de Dinorah, con la presión muy alta y llorando, intentó detener el último proceso de despojo. El «actuario» le solicitó las escrituras de la propiedad y le dio el “número de expediente: 244/2023” como documento probatorio de la ejecución del “exhorto”. A la par, un grupo de personas seguía sacando muebles de la casa sin detenerse.
–¡Ya ni modo!, ¡vámonos!– respondió el «actuario» de Naucalpan entre los muebles y cosas tirados en la calle, justo cuando arribó el abogado de la familia para señalar que ese exhorto era probablemente ilegal y a unos minutos de que el señor José probara con las escrituras que ellos eran los legítimos dueños.
Al arribar y ver sus cosas tiradas en la calle, con una reja ajena en la entrada, el señor suplicó a su hija vía telefónica que le ayudara a recuperar su casa, esa que había terminado de pagar en los noventa y que una red de delincuentes le arrebató a sus 78 años.