En entrevista con Mayra González y Jorge Alberto Gudiño, la autora explicó que la apuesta inicial de su último libro era hacer un duelo y exponer el cambio constante de emociones a las que una persona se enfrenta cuando pierde a alguien tan cercano como son los padres.
Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).- La escritora mexicana Aura García-Junco se enfrenta al duelo que le dejó la muerte de su padre, Juan Manuel García-Junco, en su más reciente libro titulado Dios fulmine a la que escriba sobre mí (Sexto Piso).
"Yo en este libro tuve que hacer dos procesos simultáneos a la vez [...] Era como el delicado equilibrio entre concebir una historia lo suficientemente poderosa y, al mismo tiempo, hacer que fuera el proceso real del duelo porque también me interesaba que el libro me sirviera para asentar el duelo", compartió la autora en La Tertulia, programa ahora se transmite en Estudio B, el nuevo canal de YouTube de SinEmbargo.
"Este libro también es una búsqueda de esa narradora que va a contar un duelo, siendo ella misma quien lo vive, pero al mismo tiempo constituyéndose en un personaje que haga que la lectura sea la de una obra literaria", agregó.
En entrevista con Mayra González y Jorge Alberto Gudiño, la autora de 35 años de edad explicó que la apuesta inicial de la escritura de Dios fulmine a la que escriba sobre mí era hacer un duelo y exponer el cambio constante de emociones a las que una persona se enfrenta cuando pierde a alguien tan cercano como son los padres.
En este sentido, abundó que el libro lo comenzó a escribir un año después de la muerte de su padre, el promotor cultural también conocido como H. Pascal, en una etapa donde ya no "tenía las emociones a flor de pecho", pero al mismo tiempo seguía lidiando con los cambios que conlleva vivir un duelo.
"El gran reto era hacer que hubiera un arco en el libro, que eso era lo que podía fallar porque yo no quería mentir, no quería decir 'ay, estoy increíble' porque eso sería una farsa, pero sí quería que hubiera ese arco narrativo que tiene pues toda novela –esto no es propiamente una novela–, pero sí que hubo ese cambio en mí. Entonces me posibilitó subidas, bajadas, idas y un final diferente al inicio".
Al ser cuestionada por las diferencias que se encontró respecto al padre sobre el que escribió y el padre que conoció, García-Junco replicó que al principio fue consciente de que se podía encontrar con cosas que no querría saber sobre H. Pascal. Y, como era de esperarse, se llevó tanto buenas como malas sorpresas.
Asimismo destacó que al final de escudriñar, incluso con gente de la que no sabía de su existencia, terminó con un escenario bastante balanceado, sin dejar de lado que su papá, al igual que ella, era una persona difícil.
"Entonces este era un libro, más que de él, de un enfrentamiento entre dos personalidades que se llamaban mucho".
"Hay cosas que yo no quería saber, pero la gente igual me contaba y aunque no estuviera investigando. O sea, mi papá murió y día tres, ya me estaban contando cosas que no quería saber. Entonces también había una necesidad de acomodar eso de lo que igual me enteraba y cosas que viví con él. Entonces fue un proceso más vivo de lo que se puede controlar", añadió.