No podemos transformar nuestra sociedad si no comprendemos su realidad. Es nuestra responsabilidad reconocer la violencia que infligimos, ya sea directa o indirectamente y esforzarnos al máximo por detenernos, promoviendo cambios tanto a nivel personal como colectivo para reducir nuestro impacto negativo hacia los animales lo más posible.
En Igualdad Animal hemos trabajado incansablemente para sacar a la luz lo que permanece oculto dentro de granjas y mataderos, una realidad llena de maltrato y sufrimiento, donde los animales ni son criados en libertad en verdes pastos, ni viven en granjas paradisíacas siendo cuidados como han querido que creamos.
La realidad que viven los animales dentro de la industria ganadera son escenas peores que cualquier película de horror, donde el maltrato es la norma, sin importar en qué parte del mundo sea.
Para ejemplo, el trabajo realizado recientemente por nuestro equipo de investigación en España, quienes lograron introducirse a 5 granjas españolas y en las 5 sin excepción se hallaron animales con heridas sin atención veterinaria, con cojeras, compartiendo espacio con cadáveres, dentro de instalaciones con deficiencias higiénico-sanitarias. Por si esto fuera poco, nuestras cámaras pudieron captar a varias cerdas con prolapsos de útero por la presión de los embarazos y partos, pues son inseminadas artificial varias veces al año para forzarlas repetidamente a dar a luz a lechones destinados a morir para saciar al mercado de carne; también se encontraron cerdos con prolapsos de ano por la presión abdominal ya que los animales son engordados hasta pesar 120 kilos para ser enviados al matadero.
Estas escenas descritas son sólo algunas de la realidad horrible en la que viven estos animales, en lugares faltos de higiene con gusanos, cadáveres de ratas y de los mismos cerdos que mueren por la falta de bienestar.
Sin duda alguna lo que filmamos en España deja en evidencia una vez más que el maltrato animal es inherente a la industria cárnica. Con esta nueva investigación en granjas de cerdos mostramos que la palabra compasión no tiene lugar en la industria ganadera, que los animales son vistos como máquinas de producción y tratados como tal.
No se trata de una sola granja con malas prácticas en un país, sino de una industria que opera igual en todo el mundo y tristemente esto que sucede en España, no está nada lejano con lo que sucede en México.
En 2014, nos infiltramos en granjas y rastros de México para mostrar en 360 grados lo que vive un cerdo, usando un visor de realidad virtual dimos a conocer la brutalidad con la que operan estos lugares y por primera vez la sociedad pudo experimentar el terror y la desolación que los animales viven. A esto le siguió la investigación “Rastros de México” en 2016, que mostraba que antes de llegar a nuestra mesa, a los animales de granja que se matan en los rastros del país se les aplican choques eléctricos, los golpean, los encadenan, los abren a cuchilladas y los sumergen en agua hirviendo aun estando conscientes.
Una investigación presentada en 2021, realizada en el rastro no. 22 investigado, evidenciamos que las condiciones de crueldad e ilegalidad no son una excepción, sino una regla en la industria.
En 2022 lanzamos una nueva investigación, que muestra que los cerdos destinados para consumo son violentados desde su nacimiento, teniendo vidas miserables hasta el día de su matanza.
Cada una de estas investigaciones son en realidad una denuncia pública y ciudadana que defiende el derecho al consumidor a estar informado sobre un sistema cruel, insostenible y negligente que no sólo mantiene a los animales viviendo un infierno, sino también pone en riesgo la salud de los consumidores.
Las investigaciones detonan cambios estructurales y de comportamiento en favor de los animales. Mostrar la terrible realidad que padecen los animales en la ganadería industrial nos permite tomar decisiones compasivas y justas hacia ellos.
Ayudar a los cerdos es ahora más sencillo que nunca. Hoy en día podemos ver en los supermercados muchas más variedad de productos de origen vegetal. Reducir tu consumo de productos animales es una manera sencilla pero efectiva de reducir su sufrimiento, ayudar al planeta y mejorar tu salud.
Los cerdos, al igual que los otros animales encerrados en granjas y mataderos, deberían poder disfrutar de sus vidas, libres de crueldad, sin embargo, la ganadería industrial y el consumo de carne se los niega. Cambiemos su realidad hoy, cambiando nuestras elecciones al comer, eligiendo sacarlos de nuestro plato.
