La elección de rector en la UNAM sigue estando marcada por la influencia de diversos grupos de élite en la Máxima Casa de Estudios. A pesar de los cambios políticos en el país, la influencia priista parece perdurar en la universidad, según explica la Doctora María Esther Navarro Lara, profesora de sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y quien ha sido catedrática durante al menos 40 años.
Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encuentra en un momento decisivo con la apertura del proceso de elección del Rector y el registro de 17 aspirantes. Sin embargo, diversos sectores académicos, consideran que es poco probable que haya cambios inmediatos en la elección, un proceso en el que a lo largo de la historia han existido grupos influyentes que han ejercido presión en la designación de rectores.
La elección de Rector en la UNAM sigue estando marcada por la influencia de diversos grupos de élite en la Máxima Casa de Estudios. A pesar de los cambios políticos en el país, la influencia priista parece perdurar en la universidad, según explica la Doctora María Esther Navarro Lara, profesora de sociología en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y quien ha sido catedrática durante al menos 40 años.
"La UNAM sigue teniendo un enorme peso político y cultural tradicional, conservador, muy ligado a estructuras ya anquilosadas como las del PRI”, señaló en entrevista con SinEmbargo.
La profesora Navarro menciona la vinculación entre el actual Rector, el doctor Enrique Graue, y el exrector José Ramón Narro Robles, Secretario de Salud en el sexenio de Enrique Peña Nieto, sugiriendo una continuidad en la influencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la UNAM.
Se considera que la influencia del actual Rector puede tener un amplio peso en la decisión de la Junta de Gobierno de la UNAM, que es la encargada de elegir al sucesor de Graue.
"Sigue siendo fuerte la presencia en términos de lo que significa la posibilidad de votar por algún personaje mucho más cercano al Rector. Sigue estando fuerte la presencia del propio Rector en la Junta de Gobierno, ya que tiene esa característica presidencialista del rectorado, donde el rector sigue teniendo una enorme fuerza política al interior de la Universidad. Por lo tanto, seguramente influirá de manera decisiva en esta tendencia e inclinación del actual rector hacia alguno de los candidatos", señaló la académica.
Dentro de la comunidad universitaria, existen opiniones que señalan la existencia de dinámicas internas marcadas por mafias y grupos elitistas, los cuales influyen significativamente en la toma de decisiones. En este contexto, el profesor de economía en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Alfredo Bravo Olivares, aseguró que los aspirantes a la rectoría y los integrantes de la Junta de Gobierno, aunque algunos son de diferentes disciplinas, "no son grupos distintos".
Bravo Olivares destacó que la elección de Rector, más que un proceso de empoderamiento colectivo tiende a consolidar el poder de ciertos grupos preexistentes, como el grupo de medicina o del área de la salud, y mantener una continuidad en el liderazgo bajo la dirección del actual rector, Enrique Graue.
"Son parte de un mismo grupo. Basta con ver quiénes están. Casi todos los nombres que aparecen, desde el Secretario General hasta el Desarrollo Institucional, son funcionarios de la Universidad. Todos y todas ocupan cargos que se nombran entre sí, es decir, no son nombramientos que provengan de la comunidad estudiantil o de profesores. Nada", dijo.
Y añadió como ejemplo: "Mira, al Rector lo nombra la Junta de Gobierno, y a la Junta de Gobierno la nombra el Consejo Universitario a propuesta del Rector, que a su vez lo ratifica. Los miembros del Consejo Universitario son directores de escuelas y facultades, los cuales son nombrados por la Junta de Gobierno a propuesta del Rector, quien les presenta una terna. Es un círculo en el que ellos se nombran entre sí".
El pasado 6 de septiembre, la Junta de Gobierno de la UNAM dio a conocer la lista oficial de las 17 personas que entregaron la documentación y cumplieron con los primeros requisitos para suceder a Enrique Graue Wiechers al frente de la Rectoría de la entidad educativa.
Del total de los aspirantes, al menos siete son funcionarios y funcionarias actuales de la UNAM: Leonardo Lomelí Vanegas, Secretario General; quien en 2015, junto con el ingeniero Sergio Alcocer; Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria, Secretario de Administración; Imanol Ordorika Sacristán, director general de Evaluación Institucional y quien fue dirigente del Consejo Estudiantil Universitario (CEU); Patricia Dolores Dávila Aranda, Secretaria de Desarrollo Institucional y exdirectora de la Facultad de Estudios Sociales (FES) de Iztacala (2012 a 2020); Guadalupe Valencia García, Coordinadora de Humanidades; William Henry Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica; y Domingo Alberto Vital Díaz, director del Centro de Enseñanza para Extranjeros y excoordinador de Humanidades.
También destacan los directores de facultades Germán Fajardo Dolci, de la Facultad de Medicina, y Raúl Juan Contreras Bustamante, de la Facultad de Derecho.
En la lista también se encuentra la directora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de León, Laura Susana Acosta Torres; el director del Centro de Enseñanza para Extranjeros, Alberto Vita; el exdirector de la FES Cuautitlán, Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz; Héctor Hernández Brigas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias; Sergio Alcocer, investigador del Instituto de Ingeniería, quien junto con Lomelí buscaron en 2015 la rectoría que finalmente Graue ganó.
Otros de los aspirantes son Ambrosio Velasco, del Instituto de Investigaciones Filosóficas y exdirector de la Facultad de Filosofía y Letras; Luz del Carmen Vilchis Esquivel, primera directora de la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas; la científica bioquímica más citada en México, María Esperanza Martínez Romero; y Daniel Trejo Medina, profesor de asignatura en la Facultad de Contaduría y Administración.
El profesor de economía en la FES Aragón, Alfredo Bravo Olivares, indicó que entre los nombres más destacados y perfilados se encuentran Leonardo Lomelí, quien desde 2015 ocupa la Secretaría General de la UNAM y fue director de la Facultad de Economía, y Luis Álvarez Icaza, Secretario administrativo, coordinador de Eléctrica y Computación, y hermano del senador independiente Emilio Álvarez Icaza.
“Los dos ocupan dos de las secretarías más importantes dentro de la UNAM. Son académicos sobresalientes, y eso lo puedo decir sin problemas. Sin embargo, se han dedicado más a la administración de la UNAM en los últimos tiempos, específicamente como Director de la Facultad de Economía y después como Secretario General. Ocupan secretarías con una fuerte influencia debido a sus vínculos, uno de ellos siendo hermano de un senador que lidera un grupo de oposición llamado plural en la comisión de derechos humanos”, explicó.
Germán Fajardo, actual Director de la Facultad de Medicina y presidente de la Academia Nacional de Medicina de México, es otro de los aspirantes que también destaca pues fue subsecretario de Salud en el sexenio de Felipe Calderón. Dado a que los últimos tres rectores de la universidad, Raúl Graue, José Narro y Juan Ramón de la Fuente, han sido médicos, también se ha perfilado como un fuerte candidato.
En el actual proceso de sucesión del Rector de la UNAM, tiene una significativa participación de mujeres, donde cinco buscan el cargo. Sin embargo, la Doctora y profesora María Esther Navarro Lara señaló que, a pesar de que la Junta de Gobierno cuenta con una mayoría de mujeres, esto no garantiza necesariamente la elección de una rectora.
La académica explicó que aún persiste un patrón patriarcal y presidencialista en la universidad, lo que limita las oportunidades de las mujeres para ocupar puestos de liderazgo. Aunque las mujeres constituyen el 45 por ciento de los académicos en la UNAM, la mayoría de los investigadores de alto nivel son hombres.
“Desafortunadamente, y siendo yo mujer y académica, siento que no tienen mayores oportunidades debido a las tendencias que se han dado a nivel universitario".
AUTONOMÍA COMO CENTRO DE DEBATE
Enrique Graue Wiechers, actual Rector de la UNAM, se despidió el 11 de agosto ante el Consejo Universitario, al cual pidió rechazar “intereses ajenos” así como “ánimos desestabilizadores” que quieran vulnerar el proceso de elección de quien será su relevo, en un discurso en el que se destacaba la importancia de mantener la autonomía.
“En los tiempos que están por venir, es posible que sigamos escuchando voces que quisieran moldear, a su manera, la forma en que la UNAM toma decisiones y se gobierna a sí misma [...] Una casa de tolerancia, de respeto a las diferencias y apegada a los principios y valores que rigen, con autonomía, nuestra vida interna”, señaló en ese momento.
La Junta de Gobierno dio a conocer la lista de los 17 aspirantes a la rectoría y, publicó sus respectivos planes y proyectos de trabajo, en la que la mayoría de los aspirantes abordan el tema de la autonomía de la UNAM, destacando que se debe perseverar.
La autonomía de la UNAM ha estado en el centro del debate luego de que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticara en diversas ocasiones que no se debe utilizar la autonomía para solapar la corrupción.
El mandatario en diversas ocasiones ha insistido en que la Universidad se ha derechizado y requiere un cambio, sin embargo, según ha aclarado, no busca ir contra la autonomía.
Apenas el pasado 23 de julio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado en la conferencia matutina sobre su opinión en cuanto a cómo debe ser el perfil de la rectora o rector de la UNAM para “romper con la derechización que se dio durante el periodo neoliberal", que él ha estado denunciando a lo largo de su sexenio.
Al respecto, el mandatario respondió aclarando que no debe meterse porque “es un asunto que corresponde a los universitarios”. Sin embargo, posteriormente reveló que sí le gustaría que la Universidad fuera reformada en favor de la democratización.
“Sí me gustaría que la universidad, la UNAM, se reformara, que se acercara más a la gente, más al pueblo, porque se ha ido derechizando en los últimos tiempos, pero eso lo tienen que lograr, esa transformación, los universitarios, alumnos, maestros, investigadores y no permitir la corrupción y otros vicios: el amiguismo, el influyentismo, el nepotismo y también el sectarismo, porque hay facultades en donde las sectas dominan; el caso de Economía, un grupo se apoderó de Economía, y muy retrógradas”, destacó.
López Obrador insistió en que hace falta una modificación, más profundidad en el análisis, reflexión y que, las élites y los grupos que han controlado a la UNAM en los últimos años, dejen de hacerlo, pero recordó que eso tiene que darse desde la comunidad universitaria.
“Y se tiene que respetar la autonomía de la universidad y de todas las universidades. Nosotros no vamos a meternos en nada, en nada, los universitarios van a decidir”, dijo.
Sobre la autonomía, aclaró que se debe de respetar también por parte de los grupos de poder en el interior de la UNAM, pues aseveró que la autonomía es para decidir pensando en la educación que transforma, en la educación como práctica a la libertad, no el tener el control para tener influencias políticas y hasta hacer negocios al amparo de los cargos universitarios.
“Lo importante es que ya no decida Narro porque dicen ‘somos autónomos’; sí, es como los candidatos independientes, son independientes del pueblo, no del poder”, dijo.
LOS PLANTEAMIENTOS DE LOS ASPIRANTES
Es así como la autonomía se convierte en uno de los puntos que más énfasis se abordó en los proyectos de los aspirantes a Rector, en donde incluso varios de los interesados retoman el argumento de Enrique Graue señalando que hay intereses que buscan mermar la autonomía de la UNAM.
Una de ellas es Laura Susana Acosta, quien señaló en su proyecto que es “imperante cuidar y defender la autonomía universitaria, ante cualquier embate e intento de desestabilización, así como ejercer transversalmente la democracia con una amplia participación y escucha de la comunidad universitaria”.
Sergio Manuel Alcocer Martínez de Castro destaca en su plan de trabajo que la Universidad se encuentra en una posición idónea para seguir fortaleciéndose y aborda la necesidad de que se renueve e innove el quehacer universitario que conduzca a la generación de nuevos métodos, soluciones, propuestas, diseños y procesos.
La evolución de la UNAM, propuesta por el aspirante, se plantea sobre la base de los principios de autonomía, laicidad, igualdad e inclusión, innovación, flexibilidad, gobernabilidad, gobernanza, identidad, colaboración y administración austera: al servicio de las tareas sustantivas de la Universidad.
En cuanto a la autonomía, señaló que debe de preservar la capacidad y el derecho de la institución a definir desarrollo académico y de producción intelectual.
Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria destaca el papel de la autonomía universitaria como elemento clave para el fortalecimiento de la UNAM poniendo énfasis en la necesidad de preservarla.
Álvarez Icaza aborda el debate y la solicitud que se ha realizado en cuanto a la “democratización” de la Máxima Casa de Estudios y en la elección de su gobierno, el cual, señala que está bien y no propone un cambio sustancial.
“En el centro de esta disputa por la 'democratización' está la elección de autoridades unipersonales, es decir, de los titulares de la Rectoría y las Direcciones de las Entidades Académicas. Creo que el sistema actual de elección indirecta, donde el Consejo Universitario elige a los integrantes de la Junta de Gobierno y estos a su vez designan a estas autoridades, funciona bien, por lo que no sugeriría cambiarlo, independientemente del complejo proceso político que esto podría implicar”, señala.
En su proyecto plantea que quizá sea posible introducir “algunos cambios que, sin quitar la decisión final de la designación a la Junta de Gobierno”, tomen en cuenta algunos aspectos de la evolución de la UNAM en los últimos 80 años, periodo aproximado de vigencia de la actual Ley Orgánica.
Raúl Juan Contreras Bustamante, Director de la Facultad de Derecho, ya en su segundo periodo, aborda en su proyecto que la autonomía es el principal atributo que tiene la Universidad, y parte esencial del espíritu y la operación de nuestra institución de educación.
El Director de Derecho coincidió en que “hoy existen señales que hacen temer por la libertad de cátedra y de pensamiento”, por lo que –destaca su proyecto– la UNAM debe saber cómo defender y, al mismo tiempo, ejercerla de manera responsable, pues de su salvaguarda depende su correcto funcionamiento.
“La Universidad no debe ni abdicar a su autogobierno, ni apostar por la confrontación con las autoridades gubernamentales, pues cualquiera de ambas posiciones afectaría el cumplimiento de sus objetivos”, afirmó el también columnista del Periódico Excélsior, Investigador Honorario en el Colegio de Veracruz y Presidente de la Comisión de Legislación Universitaria del Consejo Universitario.
Germán Fajardo, Director de Medicina, también destaca que la autonomía es uno de los principales baluartes de la Universidad y recuerda que su autonomía se logró a partir de importantes luchas estudiantiles.
“Defender la autonomía universitaria nunca es una opción, siempre es una obligación. Por esta razón, se establecerá un diálogo respetuoso, tolerante y constructivo con las instituciones gubernamentales, organizaciones sociales, políticas y económicas diversas, grupos culturales, organismos nacionales y trasnacionales, que afianzan a la universidad como el máximo espacio en el que se construye el presente y el futuro del país”, señala.
Patricia Dolores Dávila Aranda apuntó, en cuanto a la autonomía, que el artículo 3º, fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, modificado por última vez el 5 de marzo de 1917, señala que las universidades y demás instituciones de educación superior a las que la Ley otorga autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas, por lo que considera –de acuerdo a su proyecto– que “es posible definir y desarrollar nuestras tareas docentes y de investigación con total libertad, en un entorno crítico y respetuoso enraizado en los múltiples cuerpos colegiados que examinan y cuidan el quehacer de las diferentes entidades académicas”.
La académica destaca el quehacer de los cuerpos colegiados, principalmente el de la Junta de Gobierno, la cual, dijo, “le ha dado estabilidad a la UNAM”.
El Secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, destaca en el capítulo “Democracia y gobernanza académica” la idea de un compromiso con la democracia universitaria, en la que se extiendan las oportunidades de acceso a la institución a todos los sectores sociales. En ese sentido, el aspirante afirma que se compromete para que la UNAM pueda participar, junto con el Estado y de manera institucional, en el fortalecimiento del sistema nacional de educación superior.
Lomelí aborda también el tema de “la democracia universitaria”, la cual define como el fortalecimiento de la participación de los universitarios en las decisiones que les competen.
“La presencia de los distintos sectores universitarios en las decisiones estará caracterizada por el principio de pertinencia académica de dicha participación”.
Sin embargo, Lomelí subraya que la colegialidad constituye la base de las decisiones universitarias, por lo que también plantea fortalecer sus estructuras con la revisión de los criterios de representatividad y legitimidad.
“La Universidad Nacional tiene un compromiso hacia el futuro también en términos de su gobierno. Se pueden revisar las estructuras actuales abriendo nuevos canales de participación. [...] En los últimos años hemos dado importantes pasos para fortalecer a nuestros cuerpos colegiados, mediante la ampliación del Consejo Universitario y la incorporación de los técnicos académicos a éste, a los consejos académicos y a los consejos técnicos. Considero que es importante fortalecer también a los Consejos Académicos de Área y del Bachillerato, en particular en las funciones de planeación y evaluación, así como crear nuevos cuerpos colegiados en materia de internacionalización y de integración entre docencia e investigación”, destacó.
La profesora Guadalupe Valencia García, señaló que la autonomía es a los universitarios como el agua a los peces y el imperativo ético de todo lo que hacemos. No obstante, la académica plantea tres problemas que se deben enmendar: el bajo porcentaje de participación para votar y elegir representantes ante órganos colegiados, la sub o sobre-representación de sectores de la comunidad y la distancia entre representantes y representados.
Por lo que propone la creación de campañas para fomentar la vinculación entre ambos sectores y ampliar el número de integrantes de la Junta de Gobierno a 21 integrantes, guardando proporcionalidad de áreas y disciplinas, e incluyendo sedes foráneas.
En tanto que los aspirantes Daniel Trejo Medina, Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz y Héctor Hiram Hernández Bringas mostraron mayor apertura en sus proyectos.
Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz, quien lleva 47 años como Profesor de carrera, quien se ha desempeñado dentro de la UNAM como Coordinador de la Carrera de Médico Veterinario Zootecnista en la FES Cuautitlán y como Jefe de la División de Ciencias Agropecuarias y fue Consejero Universitario, destaca “la UNAM no es un ente aislado”, sino que requiere de la interacción con pares educativos y con los diferentes órdenes de gobierno.
“Desde luego, está obligada a actuar en función de las leyes y reglamentos vigentes en materia educativa”.
Héctor Hiram Hernández Bringas coincidió en que, si bien un gobierno renovado debe defender con firmeza la autonomía, ello no debe conducir al aislamiento, ya que en la actualidad México vive momentos de grandes cambios y la UNAM no puede permanecer al margen.
“La UNAM debe estar abierta al establecimiento de relaciones de colaboración con las instituciones del Estado mexicano. Debemos ser proactivos frente al Estado y los tres órdenes de gobierno”.
En tanto, Daniel Trejo destaca que es mandatorio promover y divulgar la apropiación y el ejercicio indisoluble de la autonomía universitaria. No obstante, el profesor de asignatura también propone promover una actualización a la legislación universitaria la cual calificó como necesaria.
“Esta actualización también debe considerar la ética que sancione firmemente el plagio académico, atender la violencia de género de manera objetiva y la discriminación, tres elementos que cada vez ante una evidente asimetría de poder ejercen funcionarios o académicos en contra del alumnado, sin ser sancionados adecuadamente”, detalla en su proyecto.