La Oficina de Rendición de Cuentas de EU realizó un estudio sobre los daños que dejó la construcción de más de 724 kilómetros de muro, no tuvo estudios ambientales previos y desatendió las preocupaciones de comunidades indígenas.
Por Anita Snow
Phoenix, 7 de septiembre (AP) — La construcción del muro en la frontera de Estados Unidos con México durante el Gobierno de Donald Trump causó que numerosos saguaros en Arizona fueran derribados, agravó los riesgos para la población de ocelotes en Texas y alteró cementerios de indígenas estadounidenses, dijo este jueves una oficina del Congreso.
Un informe difundido por la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO por sus siglas en inglés) ofrece la primera valoración independiente de los daños que acarreó la construcción de más de 724 kilómetros (450 millas) de muro, la cual fue eximida de estudios ambientales profundos y desatendió en gran medida las preocupaciones de comunidades indígenas estadounidenses en la premura por terminar la barrera.
Ahora, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) y el Departamento del Interior deben trabajar en conjunto para paliar los daños, dijo la GAO.
Recomendó que las agencias se coordinen para que decidan cuánto costarán los trabajos de reparación, cómo financiarlos y su duración.
Un portavoz de la CBP dijo el miércoles que la agencia elabora una respuesta al informe. Una portavoz del Departamento del Interior dijo que la agencia no tenía comentarios.
«Lo que hace tan atroz el muro fronterizo de Trump es que su Gobierno se eximió de decenas de leyes ambientales, de salud pública, de preservación cultural e incluso de licitaciones para construirlo», dijo el representante federal Raul Grijalva, un demócrata del sur de Arizona que solicitó la revisión a la GAO. «Incluso antes de que comenzara la construcción, comunidades, tribus y otras partes interesadas estaban sonando las alarmas sobre el colosal daño que causaría la omisión de esas protecciones fundamentales».
Grijalva dijo que ha exhortado a sus colegas legisladores a que en el próximo presupuesto transfieran por lo menos 225 millones de dólares del Departamento de Seguridad Nacional al Departamento del Interior y al Servicio Forestal para acciones de restauración.
Trump y sus simpatizantes han argüido que una barrera física fuerte a lo largo de la frontera es necesaria para impedir el ingreso ilegal de personas y de drogas en Estados Unidos.
«Aplicamos un enfoque de sentido común equilibrado con el fin de atender las preocupaciones ambientales y priorizar nuestro principal objetivo de garantizar la seguridad de la frontera del país a fin de reducir el ingreso de un vasto conjunto de amenazas complejas en Estados unidos», afirmó Mark Morgan, comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza durante el Gobierno de Trump.
«A título personal diré que me parece bien que alteremos el hábitat de una mariposa o si mueren algunos cactus a cambio de que desbaratemos la capacidad operativa de un cártel para amenazar la protección y la seguridad nacional de nuestro país», dijo Morgan, profesor visitante en la Fundación Heritage, un centro de estudios conservador con sede en Washington. «El muro ha salvado vidas y anulado la capacidad de los cárteles para aumentar su control operativo de las fronteras de nuestro país».
Diversos grupos ambientales dijeron que el informe de la GAO confirmó sus quejas iniciales. Dijeron que los futuros trabajos de restauración podrían beneficiarse de una mayor participación del Departamento del Interior, un gestor principal de las tierras federales donde ocurrieron gran parte de los daños.
«Esperamos que este informe ayude a la gente a comprender el grado de destrucción que el muro ha infligido de verdad «, dijo Laiken Jordahl, defensor conservacionista del suroeste en el Centro para la Diversidad Biológica, uno de los grupos consultados.
Un aspecto crucial del informe fue «identificar el hecho de que el Departamento del Interior necesita tener un papel más importante en la restauración de los daños», dijo Michael Dax, director del programa Oeste para la Wildlands Network, que también brindó su opinión a la GAO.
Emily Burns, directora de programas del grupo ambientalista Sky Islands Alliance, dijo que «es refrescante ver la rendición de cuentas del Gobierno federal».
La frontera sur de Estados Unidos se extiende unos tres mil 200 kilómetros (dos mil millas) por California, Arizona, Nuevo México y Texas. Diversos tramos de lo que Trump describió como su «muro grande y bello» fueron instalados de enero de 2017 a enero de 2021 por contratistas para la CBP y el Departamento de Defensa.
El Presidente Joe Biden suspendió la construcción cuando asumió el cargo en enero de 2021.
Para la elaboración del informe, la GAO consultó con las agencias federales y con grupos ambientalistas no gubernamentales. También buscó la opinión de la tribu Tohono O’odham, que tiene una extensa reserva que abarca partes de Arizona y Sonora, en México; y de la comunidad Viejas Band of Kumeyaay Indians, en California.
Las personas consultadas dijeron a la GAO que la construcción en partes del Rio Grande Valley, en Texas, fragmentó el hábitat de los ocelotes al impedirles cruzar la frontera y los puso en riesgo de extinción.
Se indicó a la GAO también que el alumbrado a lo largo de la frontera perjudica la migración de aves y los hábitos de alimentación de algunas especies. Animales de mayor talla como felinos y los berrendos que antes cruzaban la frontera por las barreras para vehículos, que tenían aperturas más amplias, ahora no lo pueden hacer debido a los bolardos de acero de gran altura que fueron erigidos con sólo unos centímetros (pulgadas) de separación unos de otros.
Muchos saguaros en el desierto de Sonora, en Arizona, fueron derribados durante la construcción, y en algunas zonas murieron al menos la mitad de los que fueron trasplantados a otras partes.
También se informó de daños en Quitobaquito Springs, un oasis ubicado a unos cientos de metros (yardas) de la frontera dentro del Parque Nacional Cactus de Órgano. La zona abarca cementerios sagrados del pueblo Tohono O’odham.
La GAO dijo que la CBP abordó después los peligros a la seguridad causados por la construcción, como el levantamiento de barreras de concreto para reparar los diques de tierra en Rio Grande Valley.
Sin embargo, el organismo dijo que se requieren más acciones.