El sino del escorpión se mantiene atento a lo sucedido en la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB), pues la renuncia el 23 de agosto pasado de la Comisionada Karla Quintana Osuna —quien presidía la Comisión desde febrero de 2019—, exige una revisión de esta institución fundamental, creada en marzo de 2018 a partir de la Ley General de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición cometida por particulares y del Sistema de Búsqueda de Personas, aprobada un año antes. Casi al tiempo de la renuncia, el portal de la CNB publicó cifras de la base de datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), mismas que se había resistido a publicar por desacuerdos con la administración lopezobradorista, lo que parece ser uno de los motivos de la renuncia.

Según el portal adondevanlosdesaparecidos.org, la base completa cuenta con 292 mil 525 casos de desaparición, de los que 111 mil, 045 personas continúan sin ser localizadas, 168 mil 56 fueron encontradas con vida y 13 mil 224 se determinó que habían fallecido. Parece que el desacuerdo al interior del gobierno surgió cuando se dio a conocer que el sexenio actual superaba ya la cifra de desapariciones de cada una de las dos administraciones anteriores. Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, impulsó entonces una revisión de los casos de desaparición, cifras que, en efecto, tienen varios errores, según coinciden los defensores de derechos humanos, los organismos civiles y los mismos familiares de los desaparecidos. Finalmente, el pasado 9 de junio, el Presidente López Obrador anunció la realización de un “censo”, en el cual participan todas las autoridades, como lo confirmó esta semana luego de la misiva de Quintana Osuna, donde la funcionaria justifica su renuncia “en virtud de los contextos actuales”.

Según lee el escorpión en la prensa y los portales digitales, son sabidas las diversas fallas del RNPDNO, entre ellas, no incluir cuántas personas desaparecidas fueron encontradas vivas o muertas; tampoco presenta un censo de fosas clandestinas y comunes ni de los cuerpos ahí hallados, además de que existen registros duplicados, errores en nombres, edades y fechas de desaparición. Se habla asimismo de una base genética en poder de la Fiscalía General de la República, pero ésta no se conoce. Algunos de los familiares de desaparecidos califican también al registro como mera plataforma estadística sin acceso a los nombres de las víctimas, lo que sólo se logró cuando el INAI determinó la pertinencia de mostrar esta información.

No obstante, también se han dado a conocer aportes importantes de Karla Quintana al frente de la Comisión, como el haber denunciado penalmente al comisionado anterior, Roberto Cabrera —por entregar ilegalmente a laboratorios privados la base genética de datos de los familiares de personas desaparecidas—, así como por la realización de “visitas de campo a fosas y centro de exterminio, por la creación de una base de datos de fosas comunes, por apoyar la creación de infraestructura forense en los estados de la República y por la creación de un Centro Nacional de Identificación Humana”, destaca el portal adóndevanlosdesaparecidos. Otro de sus logros fue la elaboración y posterior publicación en marzo de 2023 del Programa Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas (PNBP), aunque su desarrollo tomó más tiempo del esperado.

Una de las críticas principales a la gestión de Quintana Osuna fue siempre su desacuerdo y alejamiento de la Fiscalía General de la República, con la que al parecer nunca hubo una buena coordinación (¿se coordinará con alguien el señor Fiscal?). Fue criticada también por restringir el acceso al RNPDNO aunque, como ya mencionó el alacrán, poco antes de su renuncia se comenzaron a publicar extractos del Registro en el portal de la Comisión. Importa señalar que la hoy ex Comisionada se opuso al nuevo censo en tanto no se tuviera clara la metodología, pues se corre el riesgo de revictimizar a las familias con falsas esperanzas, aseguró. Esto ha sucedido en varios estados de la República, donde avisan a las familias que según los registros de vacunación del Covid-19, su familiar fue vacunado aún en fechas posteriores a su desaparición. Esto generó confusión y mayor incertidumbre hasta que finalmente fue reconocido como un error de los participantes en el censo, quienes, se ha documentado, muchas veces llegan a buscar a los familiares del desaparecido acompañados de la Guardia Nacional, provocando también desconfianza.

En su matutina rueda de prensa, el presidente López Obrador insistió en el avance que significa la realización del nuevo censo y aseguró, escueto, desconocer las razones de la renuncia de Quintana Osuna: “yo creo que cerró un ciclo..., somos libres”. Luego señaló a la actual titular de Segob, Luisa María Alcalde, como responsable de nombrar a quien dirigirá a partir de ahora la Comisión y, casi de inmediato, la Secretaria anunció la emisión de una convocatoria para determinar quién será esa persona.

Con todo, tanto desde los medios de comunicación convencionales como desde los organismos civiles de defensa de Derechos Humanos, los Comité de búsqueda de personas desaparecidas, las organizaciones de madres buscadoras y otros colectivos, se teme la posibilidad de que el nuevo censo sea una forma de “rasurar” el registro de desaparecidos en los años que atañen a la administración actual, posibilidad ante la que se mantendrán atentos.

Como atestigua el lector, más de una década y media después continúa la prolongada pesadilla de los desaparecidos por la “guerra contra el narco”, y continúan asimismo la angustia, el pesar y la incertidumbre de los familiares de las víctimas. Eso, más el temor de hombres, mujeres y jóvenes de nuestro país, que, como vemos a diario, afrontan el riesgo de “desaparecer”.

@Aladelagarza

Alejandro De la Garza

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Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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