El Presidente volvió a criticar la postura antimigratoria del Gobernador Greg Abbott, a quien acusó de violar la soberanía de México, así como los acuerdos internacionales.
Ciudad de México, 1 de agosto (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió esta mañana contra Greg Abbott, Gobernador de Texas, por su política antimigratoria y la colocación de boyas en el Río Bravo, las cuales impiden que personas ingresen a Estados Unidos desde México.
López Obrador señaló que las acciones de Abbott son un "acto publicitario" para convencer a "ciertos sectores" que tienen una "idea errónea" de lo que es la migración.
“Es una demanda de respeto a nuestra soberanía y a los acuerdos internacionales porque sí es una violación a nuestra soberanía. Es un acto publicitario, propagandístico del Gobernador de Texas. No se inscribe en la política de buena vecindad que debe prevalecer entre nuestros pueblos, entre nuestros países", dijo.
"Él [Greg Abbott] está actuando de manera politiquera. Está queriendo quedar bien con ciertos sectores de ciudadanos estadounidenses que no poseen toda la información de lo que realmente significa la migración, y que tienen una idea errónea", agregó.
Además, el Presidente defendió que la migración es por una condición de necesidad, y recordó que hasta en la Biblia se habla de cuidar al forastero.
"Se les olvida el humanismo, la fraternidad universal. [...] Estados Unidos es un país de migrantes, gracias a los migrantes se convirtió en una gran Nación", aseguró.
DISPUTA EN LA FRONTERA MÉXICO-EU
Un muro flotante en el Río Bravo se ha convertido en el nuevo motivo de disputa entre el Gobierno federal de México –que ha sumado como aliado al Presidente estadounidense Joe Biden– y el Gobernador texano Greg Abbott, quien a lo largo de su mandato ha implementado medidas antimigrantes criticadas por demócratas y la administración de Andrés Manuel López Obrador.
De los 305 metros de boyas que separan el territorio de Eagle Pass, Texas, de Piedras Negras en Coahuila, unos 230 están en suelo mexicano, motivo por el cual el Gobierno federal mandó dos notas diplomáticas a Abbott para reclamar las violaciones a los tratados binacionales de 1994 y 1970 que regulan la zona fronteriza del Río Bravo.
La Canciller mexicana Alicia Bárcena Ibarra aprovechó la conferencia matutina presidencial del pasado miércoles 26 de julio para exponer el tema: “Vimos que se están construyendo terraplenes que provocan obstrucción y desviación del flujo del río”, detalló sobre el tema. “[Y] contenedores metálicos de carga dentro de la zona de inundación y una malla con, incluso, como púas para evitar el paso, y las boyas plásticas flotantes”.
Incluso, el mismo Gobierno de Biden sumó una demanda a través del Departamento de Justicia estadounidense contra la administración de Texas por la colocación “ilegal” de las boyas, por lo que analistas asomaron que si bien el muro flotante puede ser motivo de tensión entre los dos países, la verdadera conflictividad sería con Abbott más que con el Presidente Biden.
Por parte de México, la respuesta ha sido clara. Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Bárcena envió una misiva en la cual alegó la violación del Tratado de Límites de 1970 al instalarse “líneas de cerco en espiral tipo serpentina de alambre de navajas”, barriles y boyas “sin haberse sometido a revisión y aprobación de la CILA (Comisión Internacional de Límites y Aguas)” y provocando la “obstrucción y desviación de los escurrimientos del Río Bravo hacia territorio mexicano”.
La demanda que presentó el Gobierno federal estadounidense contra Texas indica que la medida no obtuvo autorización federal que es requerida, por lo que el estado deberá de removerla. “Este muro flotante es una amenaza a la navegación, la seguridad pública y alza preocupaciones en el ámbito humanitario. Adicionalmente, la presencia del muro flotante ha atraído quejas diplomáticas por parte de México y podría dañar la política exterior de EU”.
-Con información de Tamara Mares Rivera