Hay vidas que nunca se cuentan

30/07/2023 - 12:02 am

La vida para la mayoría de los seres vivos es un regalo para disfrutar, pero para los animales matados para la alimentación, su vida tan corta es tan sólo la antesala de su muerte, una muerte que nunca se contabiliza, dejando en total desconocimiento la cantidad de millones de animales que mueren para ser convertidos en comida.

Es un hecho que no hay animal criado para consumo humano que se salve de la muerte, el rastro o matadero en su mayoría es el destino final de estos seres vivos, sin embargo, existen muchos otros que mueren antes.

En México no hay datos precisos y exactos sobre el número de animales que se crían para fines alimenticios, ya que las autoridades sólo recopilan y reportan datos de los animales que llegan a los rastros al final de lo que se conoce como ciclo productivo, sin tomar en cuenta a todos los animales que murieron en otras etapas como la crianza y el transporte.

Durante su estancia en las granjas industriales los animales se enfrentan a condiciones totalmente alejadas a lo considerado bienestar, que les pueden causar la muerte o en otros casos, se mata a una gran cantidad de animales por considerarlos desecho. Este desconocimiento de información nos pone ante un escenario donde el maltrato animal es mucho peor de lo que imaginamos; la falta de datos, consecuencia de la escasa regulación, es un problema para entender la magnitud de sufrimiento de los animales.

La información es poder para el cambio, esa ha sido una de las banderas de Igualdad Animal y con la cual hemos logrado ayudar a millones de animales. En esta ocasión y ante tal panorama falto de información real sobre la mortalidad de los animales, nos dispusimos a colaborar con un grupo de investigadores para determinar con mayor precisión la cantidad de animales utilizados para obtener carne de pollo y huevos, incluyendo cuántos mueren antes de ser enviados al rastro.

El resultado fue un reporte que parte del análisis de información oficial disponible para convertirse en una fuente de consulta confiable. Decidimos empezar con la industria que explota pollos y gallinas ya que es en la que muere un mayor número de animales. Los hallazgos obtenidos, son resultado de los problemas de bienestar a los que se enfrentan estos animales, es decir, las prácticas a las que son sometidos pollos y aves durante su etapa de cría, define la mortalidad de estos.

 

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Se encontró que más de 100 millones de pollos mueren en granjas donde se engordan para carne, más de 130 millones de pollitos macho se matan por considerarse desecho en la industria del huevo y más de 14 millones de gallinas mueren en jaulas. Para entender estos números, es necesario conocer cómo es la vida de pollos y gallinas en nuestro país, matados por su carne. Los pollos son los animales terrestres que más se matan para obtener su carne. En México más de 2 mil millones mueren anualmente por la ganadería industrial.

En nuestras investigaciones “Pollo hecho en México” y “Carne de pollo, la cruel y violenta muerte para millones de animales” expusimos la serie de prácticas crueles a las que son sometidas estas aves en las granjas, donde se hace una selección de los animales que crecen más para obtener mayores beneficios económicos de sus cuerpos, este crecimiento es tal que les causa problemas en los huesos, enfermedades cardiovasculares y pulmonares, lo cual provoca millones de muertes, impidiéndoles levantarse y moverse para tener acceso a alimento y agua, además les genera problemas en la piel por el contacto directo con el suelo sucio de sus propias heces y orina. La falta de movilidad por enfermedades y lesiones también interfiere con la libertad de manifestar comportamientos naturales y aumenta sus niveles de agresividad, por lo que se pueden generar heridas que se infectan y causan sufrimiento.

Los pollos que sobreviven a estas condiciones son normalmente matados en rastros antes de cumplir dos meses de edad. En estos lugares se les sumerge en agua electrificada y después se les desangra.

Como otros animales sintientes, los pollos que se crían para obtener su carne, son capaces de sentir dolor y miedo, por ello debemos protegerlos y cuestionar la forma en la que viven y mueren en la ganadería industrial.

El panorama de las gallinas usadas para obtener huevos, no es muy diferente, México es el país en el que más se consumen huevos per cápita, esto necesariamente implica que millones de gallinas son explotadas cada año.

La producción de huevo mantiene a las gallinas en jaulas con un espacio tan pequeño para cada una que no pueden estirar sus alas o realizar comportamientos naturales como subir a perchas o darse baños de arena. Además de las condiciones incompatibles con su bienestar en el alojamiento, las gallinas son sometidas a ayuno para forzar un segundo e incluso tercer ciclo de postura, esto provoca problemas en los huesos y, al ser tan estresante, las hace más susceptibles a enfermedades, además de aumentar las agresiones. Una medida que se ha tomado para contrarrestar las lesiones que se provocan por el estrés es cortar parte del pico de las gallinas, lo cual puede ser sumamente doloroso. Todas estas condiciones tienen como consecuencia una alta mortalidad, por lo que es común encontrar gallinas muertas en las jaulas donde se encuentran las que aún sobreviven.

Un dato que te dejará impactado es que la industria del huevo es responsable de la matanza de todos los pollitos machos que nacen, ya que son considerados desecho por no poner huevos y no crecer lo suficientemente rápido como para ser matados por su carne. Estos pollitos, en su mayoría, son triturados vivos estando plenamente conscientes.

Te invito a conocer nuestras investigaciones sobre la industria del huevo “La vida en una jaula” y “Pelecha, el cruel ayuno de las gallinas enjauladas”, para que lo veas con tus propios ojos.

Repito, aunque esta información sin duda es desoladora, también nos llena de poder, con estos datos como evidencia, estamos trabajando en una iniciativa que regule las prácticas dolorosas y crueles a las que son sometidos los animales criados para consumo humano durante su estancia en granjas industriales, buscamos que se apruebe en todo el país.

Hemos sido testigo de cómo miles de personas al conocer esta realidad, que permanecía oculta en granjas y mataderos y que ahora es visible gracias a las investigaciones que hemos realizado y a reportes como este que ahora presentamos, han optado por tener una alimentación compasiva, dejando a los animales fuera de su plato, que sin duda es lo más inmediato y mejor que podemos hacer por ellos, por que sus vidas también cuentan.

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