Benjamin Netanyahu detuvo el proceso en marzo ante una intensa presión de protestas y huelgas que paralizaron los vuelos de salida del país y paralizaron parte de la economía. Cuando las conversaciones para buscar un acuerdo fracasaron, dijo que su Gobierno seguiría adelante con la reforma.
Por Tia Goldenberg
TEL AVIV, Israel (AP).— El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se recuperaba el domingo en un hospital tras una intervención cardiaca de emergencia, mientras la oposición a la controvertida reforma judicial de su Gobierno alcanzaba un punto álgido con protestas en el país.
Los médicos del mandatario dijeron el domingo que se le había colocado un marcapasos sin incidentes y que Netanyahu, de 73 años, se encontraba bien. Se esperaba que recibiera el alta a lo largo del día, según su oficina. Pero la tensión iba en aumento el domingo tras el inicio de un maratónico debate parlamentario sobre la primera pieza de la reforma, antes de una votación en la cámara que la convertiría en ley el lunes.
Se esperaba que las protestas masivas continuaran. Cientos de miles de personas tomaron las calles en todo Israel el sábado por la noche, mientras miles de personas marchaban a Jerusalén y acampaban cerca de la Knesset, o parlamento, antes de la votación del lunes.
La repentina hospitalización de Netanyahu añadía otro giro vertiginoso a una sucesión de eventos ya dramática y trascendental para el futuro de Israel. El mandatario que más tiempo ha gobernado Israel enfrentaba el mayor desafío a su liderazgo, así como la peor crisis interna del país que remecía la economía, abría fracturas en el ejército y ponía a prueba el delicado tejido social que mantiene unido al país.
Los legisladores iniciaron el debate pese a la hospitalización de Netanyahu. En un encendido discurso para abrir la sesión, Simcha Rothman, principal impulsor del plan, arremetió contra las cortes y dijo que dañaban los cimientos democráticos de Israel al revocar decisiones del Gobierno de forma arbitraria.
“Esta pequeña cláusula pretende restaurar la democracia al estado de Israel”, afirmó Rothman. “Pido a los miembros de la Knesset que aprueben la propuesta”.
Aun así, la hospitalización del Primer Ministro afectó a la rutina del Gobierno. La reunión semanal del Gabinete prevista para el domingo por la mañana fue aplazada, y la Radio del Ejército indicó que también se había eliminado de la agenda del Primer Ministro una evaluación de seguridad sobre el efecto de la disputa legal en el ejército.
La oficina del mandatario dijo que se le había sedado durante la operación y que un miembro destacado del Gobierno, el Ministro de Justicia, Yariv Levin, le había sustituido durante el proceso. Levin, una persona cercana al Primer Ministro, es el ideólogo de la reforma judicial.
En un breve video antes de la intervención, Netanyahu dijo que se sentía “excelente” y que tenía previsto seguir adelante con la reforma judicial en cuanto recibiera el alta, algo que esperaba a tiempo para acudir al Knéset (parlamento) para la votación del lunes.
Desde el hospital, Netanyahu dijo que seguirá tratando de buscar un acuerdo con sus rivales y que había en curso esfuerzos de última hora para llegar a una solución. Pero no quedaba claro si tales esfuerzos darían fruto.
Netanyahu fue trasladado al hospital a toda prisa en mitad de la noche una semana después de ser hospitalizado por lo que los médicos describieron como deshidratación. Recibió el alta tras colocarle un dispositivo para vigilar su corazón, pero fue ingresado de nuevo el domingo porque había mostrado anomalías, lo que mostró la necesidad de un marcapasos.
Los legisladores tenían previsto votar una pieza de la reforma que limitaría los poderes de supervisión de la Corte Suprema al impedir que los jueces deroguen decisiones del Gobierno con el argumento de que son “poco razonables”. La votación del lunes podría suponer la aprobación de la primera parte importante de la reforma.
Netanyahu y sus aliados de ultraderecha anunciaron el plan de reforma en enero, días después de asumir el cargo. Afirman que el proyecto es necesario para limitar lo que consideran el poder excesivo de jueces que no han sido elegidos en las urnas. Sus detractores afirman que el plan destruirá el sistema del país controles y garantías y lo pondrán en una senda hacia el autoritarismo. El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha instado a Netanyahu a detener el plan y buscar un amplio consenso.