Los símbolos de apoyo a Ucrania abundaban en Vilna, donde la bandera azul y amarilla del país ondeaba en edificios y asomaba en ventanas. Un cartel maldecía al Presidente de Rusia, Vladímir Putin. Otro instaba a los líderes de la OTAN a “darse prisa” en su ayuda a Ucrania.
Por Chris Megerian, Lorne Cook y Seung Min Kim
VILNA, Lituania (AP).— Los líderes de la OTAN se reunían el miércoles para presentar un nuevo foro que simbolizaba sus lazos con Ucrania, tras comprometerse a dar más ayuda militar a Kiev para combatir a Rusia, pero ofrecer sólo vagas promesas sobre su futura membresía.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus homólogos de la OTAN se reunirían con el Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en el nuevo Consejo OTAN-Ucrania, un organismo permanente en el que los 31 aliados y Ucrania se sentarían como iguales y podrían iniciar conversaciones de crisis.
El plan formaba parte de los esfuerzos de la OTAN de acercar a Ucrania todo lo posible a la alianza militar, pero sin llegar a incluirla en el grupo. Los líderes dijeron el martes que Ucrania podría sumarse “cuando los aliados acuerden que se cumplen las condiciones”.
“Hoy nos reunimos como iguales”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa con Zelenksyy. “Deseo que llegue el día en el que nos reunamos como aliados”.
El ambiguo plan sobre la membresía de Ucrania refleja los desafíos de alcanzar un consenso entre los miembros actuales de la alianza mientras continúa la guerra, y ha frustrado a Zelenski. Sin embargo, el mandatario agradeció el material militar prometido por el Grupo de los Siete países más industrializados.
“Los resultados de la cumbre son buenos, pero si hubiera un invitación, eso sería ideal”, dijo Zelenski a través de un traductor.
Pese a su decepción, el líder ucraniano se mostró más conciliador que el día anterior, cuando criticó la falta de un calendario concreto de entrada a la OTAN como “absurdo y sin precedentes”.
“La OTAN nos necesita tanto como nosotros necesitamos a la OTAN”, dijo junto a Stoltenberg.
La membresía futura de Ucrania era el tema más divisivo y con más carga emocional en la cumbre de este año. En definitiva, los países occidentales están dispuestos a seguir enviando armas para ayudar a Ucrania a hacer el trabajo para el que se creó la OTAN -mantener la línea ante una invasión rusa- pero no a permitir que Ucrania se sume a sus filas y se beneficie de su seguridad mientras continúe la guerra.
“Debemos mantenernos fuera de esta guerra, pero poder apoyar a Ucrania. Hemos logrado ese equilibrio muy delicado durante los últimos 17 meses. Va en beneficio de todos que mantengamos ese equilibrio”, dijo el Primer Ministro de Bélgica, Alexander de Croo, a su llegada a la cumbre.
El Primer Ministro de Letonia, Krisjanis Karins, cuyo país está en el flanco oriental de la OTAN y tiene una larga y accidentada historia con Rusia, dijo que habría preferido conseguir más para Ucrania.
“Siempre habrá diferencias en cuanto a cómo de rápido quiere ir uno. Pero (...) al final, lo que consigue todo el mundo, incluida Ucrania, y lo que ve Moscú es que estamos todos muy unidos”, dijo.
Amanda Sloat, directora de asuntos europeos en el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, defendió las decisiones de la cumbre.
“Yo estaría de acuerdo con que el comunicado no tiene precedentes, pero lo veo de forma positiva”, dijo a la prensa el miércoles.
Sloat señaló que Ucrania no tendrá que presentar un “plan de acción de membresía" en el proceso para unirse a la OTAN, aunque dijo que “aún hay reformas de gobernanza y del sector de seguridad que se van a requerir”. El plan de acción suele ser un paso clave en el proceso, que incluye recomendaciones y asistencia a los países que quieren unirse.
Sin embargo, en la cumbre ha predominado la prudencia, especialmente de Biden, que ha dicho específicamente que no cree que Ucrania esté lista para entrar en la OTAN. Hay preocupaciones sobre que la democracia del país sea demasiado inestable y la corrupción esté demasiado arraigada.
El Artículo 5 de la carta de la OTAN indica que los miembros están obligados a defenderse de un ataque, algo que podría situar rápidamente a Estados Unidos y otros países en un conflicto directo con Rusia.
Sin embargo, definir cuándo han terminado las hostilidades no es una tarea sencilla. Las autoridades han declinado definir el objetivo, lo que podría suponer un cese el fuego negociado o que Ucrania recupere todo el territorio ocupado. En cualquier caso, Putin prácticamente tendría poder de veto sobre la membresía ucraniana en al OTAN al prolongar el conflicto.
Entre los actos programados para el miércoles también había un encuentro del Grupo de los 7 en paralelo a la cumbre para establecer un marco de seguridad de largo plazo para Ucrania.
En un comunicado, el Ministerio británico de Exteriores dijo que la declaración conjunta del G7 “establecerá cómo apoyarán los aliados a Ucrania en los próximos años para poner fin a la guerra y disuadir y responder a cualquier ataque futuro. Es la primera vez que tantos países han acordado un acuerdo exhaustivo de seguridad de largo plazo de esta clase con otro país”.
Moscú respondió con dureza al plan del G7.
“Lo consideramos extremadamente imprudente y posiblemente muy peligroso”, dijo a periodistas el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov. “Al proporcionar garantías de seguridad a Ucrania están infringiendo la seguridad rusa”, añadió.