La indignación social puede ser la chispa que encienda el fuego del cambio en la protección animal, pero sólo a través de acciones concretas y comprometidas podemos transformar esa indignación en resultados positivos y reales. Tenemos la responsabilidad de canalizar esa indignación en acciones efectivas que generen un impacto real en la protección y bienestar de los animales.
En los últimos años, hemos sido testigos de un creciente interés y conciencia sobre la protección animal en todo el mundo. Las personas están cada vez más preocupadas por el bienestar y los derechos de los animales, reconociendo su capacidad para sufrir y experimentar emociones.
La sociedad civil organizada tiene el poder de mover al mundo, la dirección correcta será aquella en la que la integridad, la estrategia y la convicción nos permitan ayudar al mayor número de animales posible, construyendo una sociedad respetuosa y ética hacia ellos y para quienes trabajan por ellos.
El movimiento por los derechos animales, es un movimiento de justicia social, en el que sus víctimas siguen siendo invisibilizadas en los marcos legales de protección legal y no priorizadas de los discursos éticos y libertarios. En este contexto, no podemos permitir que la rabia se quede en la indignación pasiva, debemos canalizarla en un compromiso activo y trabajar incansablemente, porque juntos podemos lograr avances significativos y construir un futuro donde los animales sean tratados con la compasión y el respeto que se merecen.
También es fundamental que los gobiernos y las autoridades locales asuman sus omisiones y responsabilidades en la tarea de proteger a los animales, de tal manera que de verdad desempeñen un papel activo y efectivo.
Desde Igualdad Animal hemos estado desempeñando un papel fundamental en el impulso de legislaciones que promuevan el bienestar y la protección de los animales en distintos estados del país, pero sobre todo, hemos trazado una ruta estratégica que nos permitirá lograrlo.
Sabemos que la implementación de leyes sólidas y efectivas es esencial para garantizar la protección de los animales y promover un trato ético hacia ellos. Por eso hemos estado trabajando arduamente para lograr avances significativos en materia legislativa. Hidalgo, Puebla y Jalisco, son sólo algunos de los estados donde ya hemos avanzado y hemos conseguido grandes pasos a favor de los animales.
Uno de los aspectos más destacados de este trabajo legislativo es la modificación de artículo 73 de nuestra Constitución Mexicana, con la que se busca facultar al congreso a legislar en materia de protección animal, esto es de vital importancia, ya que permite crear un marco legal homogéneo y consistente que garantice el bienestar de los animales de todo el país a través de la primera Ley General de Bienestar Animal.
Otro avance importante ha sido la iniciativa para reformar el artículo 4to de la Constitución para que todos los animales que cuenten con un sistema nervioso complejo sean reconocidos como seres sintientes y disponga que el Estado actúe para garantizar su bienestar.
Actualmente tenemos iniciativas vigentes en Puebla, Chiapas, Veracruz, las cuales están siendo de vital importancia para que México tenga la Ley General de Bienestar Animal, ya que con ellas estamos trazado la ruta legislativa para que también se incluya en la protección legal a los animales utilizados en la ganadería industrial.
Es fundamental reconocer el valor de este trabajo y apoyar los esfuerzos de Igualdad Animal y otras organizaciones que trabajan incansablemente en la promoción de políticas y leyes que garanticen el bienestar y la protección de los animales.
La protección animal no sólo es un imperativo ético, sino también una necesidad para construir una sociedad más justa y compasiva. El respeto y la consideración hacia los otros animales son un reflejo de nuestra humanidad y empatía. Transformemos nuestra indignación en una fuerza positiva que inspire, organicemos la rabia con integridad y honestidad. Ampliemos nuestro círculo de compasión y dejemos de causarle daño a los animales.
