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Fabrizio Mejía Madrid

28/06/2023 - 12:05 am

Frente Amplio

«Luego sigue ‘Alito’ al que veo ya todo un candidato presidencial. No es broma. Es casi tan enfático como falso, casi tan afectado como redundante, casi tan firme como incoherente».

Supongamos que un turista llega a México sin saber ni siquiera quién es su Presidente. Quienes lo reciben para enseñarle el país son fachos y se lo llevan el lunes pasado a un acto de la oposición. En el escenario hay un sillerío delante de unas mamparas multicolores afiliadas a los telones geométricos que Carlos Mérida pintaba en los años cincuentas. El viajero pensará que todos los que están sentados ahí representan a millones de personas inconformes con una dictadura que ha destruído a México sin contención, y que se prepara para hacerse del poder a la mala. Pensaría este turista que estos señores de traje y señoras de vestido colorido son unos salvadores de su patria. Lo que el turista no sabe es que ahí sentados están “Alito” Moreno, Marko Cortés, Claudio X. González, y Vicente Fox, quienes hundieron al país en pasados sexenios y cuyos partidos, detentando el poder, sólo beneficiaron a una élite de empresarios especuladores y corruptos. Tampoco sabría nuestro incauto viajero que ellos representan a una minoría en el país, que en la encuesta en vivienda de María de las Heras que ha aparecido esa misma mañana, sólo 9 por ciento se identifican con el PAN, otro 9 por ciento con el PRI y un 2 por ciento con el PRD, es decir, que, en total, apenas suman 20 por ciento entre los tres. Tampoco sabría que, según esa misma encuesta, el Presidente López Obrador tiene 77 por ciento de aprobación. Si lo supiera, nuestro turista sabría que cada uno de los líderes de los partidos le habla a un dígito de la población y que el personaje al que llaman “dictador” es aprobado por casi 8 de cada 10 mexicanos.

Creería quizás que Ana Lucía Medina es un la dirigente de una organización de millones llamada “Marea Rosa” o “Sociedad Civil MX”, y no una Diputada de Acción Nacional conocida sólo en Michoacán. La escucharía con comedimiento decir que: “más de un millón de mexicanos nos hemos movilizado dos veces. Todavía retumba el grito: “El INE no se toca”. Ella levanta su mano para hacer que el público coree la consigna pero quizás fracasa porque todos están digiriendo el desayuno. Es temprano para la clase política. Ella llama a la 4T “la destrucción que ha dejado a su paso el populismo autoritario” pero tiene en su otra mano la solución: los partidos, que son el PRI y Acción Nacional, y la “sociedad civil” que es —vaya qué curioso— ella misma. A que se hayan juntado “Alito”, Marko y ella, le llaman “apertura” y la panista Ana Lucía Medina sostiene que ese acto, en sí mismo, es una “autocrítica” de los partidos. Aquí dejamos a nuestro absorto turista para soprendernos con ustedes de que esto sea una “autocrítica”, cuando tanto el Partido que gobernó ininterrumpidamente durante 70 años, y el otro, que duró sólo dos sexenios no han hecho ninguna “autocrítica” del dispendio y la corrupción, la represión militar a la oposición de izquierdas, el nulo crecimiento económico, el Fobaproa, los fraudes electorales reiterados, el empobrecimiento del 90 por ciento de los mexicanos, la violencia y la lucha contra el crimen organizado cuyos datos de muertos siguien reservados como seguridad nacional por el Instituto de la Transparencia. Ana Lucía dice que estar ahí reunidos después del desayuno es una “autocrítica” implícita. En su momento, “Alito” dirá que “se han cometido errores” pero que “ninguno de los indicadores del presente es mejor que los del pasado”. A vuelo de pájaro le propongo tres indicadores que son mejores ahora que cuando gobernó su partido: la creación de empleos, la inversión extranjera directa, y el valor del peso frente al dólar. Y miren que no le restregamos en la cara dura el 3.3 de crecimiento, contra el desplome de 6.4 de Zedillo en 1995 o el mediocre 2.1 de todo el sexenio de Peña Nieto.

Ahora volvamos a nuestro turista que escucha muy atento a Marko Cortés, de Acción Nacional, un dirigente que viene acompañado del lider del Cartel Inmobiliario, Jorge Romero Herrera, que además preside a los diputados de su partido, de Lilly Téllez que ha reivindicado el fascismo hispanista, católico, y anti-derechos, y de su líder en el Senado, Rementería, que trajo a Santiago Abascal del partido fascista Vox de España, firmó su carta de Madrid con todo y la Iberdrósfera, y hace poco pidió a la Suprema Corte que destituyera al Presidente López Obrador y lo encarcelara por “desacato”. Marko está anunciando que éste, “es un día histórico para la democracia mexicana. Es un momento histórico para Acción Nacional porque, después de caso 84 años de vida, por primera vez decidimos que la candidatura a la presdiencia de la república será decidida por todos los mexicanos, ya no sólo por la militancia de Acción Nacional”. A nuestro turista esto le parace muy bien porque no sabe que sólo van a poder votar por ese candidato los que se registren en una plataforma, con lo cual, no es una elección abierta y, sin duda, está en riesgo el secreto del voto. Pero nuestro viajero no sabe de estos detalles y se deja llevar por la oratoria refinada del lider Marcko cuando dice: “Nosotros no violamos la ley, el frente político viene en el artículo 41 de la Constitución”, y como Marko sabe que nuestro turista no va a ir a consultar la Constitución, pues lo dice, aunque no sea cierto. Luego, se le va a nuestro huésped el titubeo de Cortés sobre esta alianza cuando dice: “Un frente político podría eventualmente transitar a ser una coalición electoral. Por el momento, lo que haremos es que los partidos organizaremos un proceso para elegir al que será el responsable, a la persona encargada de construir el más amplio frente por México”. Aquí sí nuestro viajero, aunque no sepa nada sobre México, sabe que este orador ha entrado en una contradicción más que obvia: por un lado, se queja del “país de un solo hombre” y, por otro, le va a encargar a una sola persona la construcción de un Frente Amplio. Nuestro turista no es un ignorante y sabe que los frentes fueron una idea de los partidos de izquierda y de centro para frenar a los fascismos, allá en los años treinta, y que no los formó una sola persona, sino los partidos comunistas europeos.

Pero Cortés se envalentona y comienza a mentirle a nuestro incauto, cuando dice: “A diferencia de ya saben quienes, acá habrá contrastes de ideas; allá habrá dispendio de recursos públicos; a diferencia de ellos, estararemos con la sociedad y no encerrados en Palacio Nacional. Lopéz Obrador consultará sólo con su almohada”. Si nadie le explica al turista, no se entera que el partido del Presidente decidirá su candidatura a la Presidencia con encuestas abiertas y no sólo a quien se registre en una plataforma; que siempre está de gira por el país y jamás encerrado en Palacio Nacional; y que la almohada del dirigente no tiene un papel en la decisión mayoritaria. Aún así, insiste Marko Cortés: “Acá será una consulta abierta. Acá no habrá dedazo. Acá estará organizado por expertos electorales y supervisado por un observatorio ciudadano”. Sobre esto, habría que informarle al turista crédulo que no será una consulta abierta, que los “expertos” electorales son Leonardo Valdés Zurita, al que le pasó de noche en el IFE los sobornos de Odebrecht para la campaña del PRI de Peña Nieto en 2012 y que se negó al recuento de votos.

Distraigo a los escuchas para anunciarles que hay otra licenciada que habló en el acto del pacto de los tres partidos a nombre de la sociedad civil. Su nombre es Paulina Amozuturrutia y, sin miedo al acaparamiento dice: “Desde mi trinchera que son las tres organizaciones que presido”. Así, una vez más, el turista no deja de ver la contradicción entre la queja de que el Presidente sea tan presidencialista y estos líderes que acumulan sociedades civiles como si fuera confeti. Ella, habla a nombre de los niños, las mujeres, y los padres de familia, porque una de sus tres organizaciones, “Educación con rumbo”, es la que tiene detenidos con amparos los libros de texto de primaria que no consideran los prejuicios de las madres católicas como parte del contenido curricular. Ella, califica al presidente López Obrador de “sordo y polarizador” y a la sociedad civil, es decir a ella misma y quizás a su compañera Medina, como “activa, técnica, inteligente, participativa y, ella dice, sobre todo desinteresada”. Sin miedo a la revoltura conceptual, ella, Paulina dice: “Somos una sociedad que ha entendido que el servicio público no es exclusivo del Estado. Hoy vemos en la sociedad civil verdaderos servidores públicos de vocación, trabajando en tierra, marchando, entrando a los tribunales constitucionales, acudiendo a instancias internacionales para defender lo que hoy en México se está vulnerando”. Suponemos que es su lucha contra que se les enseñe a los niños que tienen órganos reproductivos, que las asambleas son métodos para tomar decisiones colectivas, y que hubo un señor llamado Carlos Marx. Paulina quiere sustituir a la SEP con su fundación tan “desinteresada” que mantiene amparos para que los niños no tengan libros gratuitos con los que cursar su educación pública. Luego, con su otra cachucha, la del feminismo que es más bien emprendedurismo para amas de casa, asegura que se ha gastado más en estadios de beisbol que en la defensa de las mujeres. Pero no es tan “desinteresada” Paulina. Al final, cierra con su deseo de que la oposición tenga un gabinete “técnico con los mejores perfiles”. Pero, agrega: “La mayoría de ellos están detrás de mí”. Y vemos, entonces, las caras de “Alito”, Jorge Romero y su Cartel Inmobiliario, Lilly, con la secundaria terminada, y a Silvano Aureoles con sus faltantes en salud dedicados a financiar el portal de Loret de Mola.

Luego sigue “Alito” al que veo ya todo un candidato presidencial. No es broma. Es casi tan enfático como falso, casi tan afectado como redundante, casi tan firme como incoherente. A nuestro huésped especial se le agolpan las frases contudentes, qe¡ue de tan intensas sólo dejan una cauda de intensidad. Oye a “Alito” decir:

«Pueblos originarios, migrantes, comunidad LGBT, afromexicanos. El frente es la caja de resonancia de todas las voces. Morena es destrucción es una tragedia para los mexicanos, con arrojo y audacia para que nuestro esfuerzo tengamos los mejores resultados. Nosotros seremos sinónimo de construccion, marcara un antes y un después, una política cercana a los sociedades, recuperando el México libre democratico y social estamos marcando la diferencia aquí, no ha censura para los medios de comunicación, aquí no vamos a limitar a nadie en sus ideas, aquí no hay linea y menos imposición se trata de poner en el centro a la gente, a los ciudadanos, de dialogar, de construir, contrastar ideas, hacer a un lado la visión de una sola persona y dar paso al autoritarismo en nuestro país. Imaginar juntos el Mexico que anhelamos, y que las familias merecen que no exista lugar para una desigualdad y menos promovida desde el Gobierno que pone unos contra otros para afianzar su postura polítca, la pobreza mientras algunos cuantos acumulan toda la riqueza. Que podamos caminar por las calles con la certeza de que nuestra familias estén a savo. Que los delicuentes sean castigados. Que el Poder sirva al pueblo, no que se mantenga a expensas del pueblo. Hablo de constrir un pacto social con el ciudadano que pase por la unión de esfuerzos interesados en recuperar el rumbo de la nación. Para salvar a Mexico de no caer en este precipio a donde lo quieren llevar. Hay una linea que ningun Gobierno se debe atrever a cruzar. Un puebl puede a olvidar, pero nunca olvidarán lo que les hizo pasar. Los niños con cáncer: lo que les han hecho sentir y lo que las hecho pasar. Con un Gobierno criminal que no atendió la salud de los mexicanos. Nunca olvidarán que mientras las madres buscaban a sus familias, ellos abrazaban a los delincuentes, nunca olvidarán los deportistas, los academicos, los artistas, la humillación; la clase media siente en sus entrañas el desdén por sólo aspirar a trabajar. Morena no ha sacado a una sola familia de la pobreza a multiplicado la deuda con los pobres, les han arrebatado hasta la esperanza. El talento se desprecia, la ley se mancilla y el autoritarismo se impone. Creo en un México solidario que sabe crecerse. Continuidad es más pobreza, menos vacunas más líneas del metro caídas, que no haya medicinas ni empleos, pura muerte y destrucción. La continuidad nos obligará a recoger los escombros que era el México de todos los mexicanos. Enfrentaremos la fuerza del aparato del Estado. Vamos a ganar, los vamos detener y le vamos a dar rumbo y certeza al pueblo de México. El destruir los contrapesos y el discurso que confronta no son casualidad este Gobierno pretende aferrarse al poder, pretenden afianzar el respaldo social que la gente les está negando”. Y así siguió por otros diez minutos de una exaltación ensimismada en su propio brío después de que fue derrotado en la elección que cuenta con más votantes, el estado de México.

Ya, hacia el final, nuestro turista quizás no ubicó a Alejandra Morán, la última oradora. Ella dice llamarse “Chalecos México” o algo que es “Ola Blanca”, y que fueron los responsables de agredir al plantón pacífico que demanda el fin de la corrupción de los jueces frente a la Suprema Corte de Justicia y también de haber ofendido a las familias de los niños quemados en la Guardería ABC cuando desmontaron las cruces que le daban memoria al encubrimiento del Gobierno de Felipe Calderón. Ella, Alejandra, no sólo no niega lo que hicieron el 28 de mayo, sino que lo reivindica: “Tenemos voz propia y la hemos alzado para proteger a la suprema corte, como fue el 28 de mayo. Cada gota cuenta”.

Y así, mientras entonan su himno nacional, nuestro turista sale del acto. No entendió mucho, salvo las contradicciones entre lo unipersonal que confunde el Yo con el Nosotros. Entendió que lo que llaman “consulta abierta” no lo es, sino que será de quien se atreva a registarse bajo la vigilancia de los consejeros del IFE a los que les vendieron el padrón electoral en Mercado Libre. De lo demás quizás sea como lo vio: unos salvadores de México se han juntado para derrotar al tirano que los gobierna. Bien por ellos.

Fabrizio Mejía Madrid
Es escritor y periodista. Colabora en La Jornada y Aristégui Noticias. Ha publicado más de 20 libros entre los que se encuentran las novelas Disparos en la oscuridad, El rencor, Tequila DF, Un hombre de confianza, Esa luz que nos deslumbra, Vida digital, y Hombre al agua que recibió en 2004 el Premio Antonin Artaud.

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