La prohibición de importar maíz blanco (de Sudáfrica, por ejemplo) se suma al decreto presidencial publicado a inicios de año que cerró la entrada al herbicida glifosato y al maíz amarillo transgénico para consumo humano que ha generado roces con EU y un posible panel.
Ciudad de México, 21 de junio (SinEmbargo).– El Gobierno federal establecerá aranceles a las importaciones de maíz blanco para buscar mejorar los precios de pequeños y medianos productores de Sinaloa, el granero del país. También se planea solicitar a las tortillerías no vender el producto hecho con maíz blanco transgénico, pero los representantes de la industria dijeron que es a los harineros como Maseca a los que se debe regular por importar maíz transgénico de Sudáfrica.
"Estoy por firmar en esta semana para que en las tortillerías sólo se use maíz blanco y no transgénico. Esto va a ir acompañado del establecimiento de aranceles [no a Estados Unidos,] para que no se importe maíz blanco y se compre a los productores nacionales el maíz blanco", afirmó el Presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a países proveedores con los que no tenemos tratados comerciales como Sudáfrica. Este país es el primer socio comercial de México entre los países de África y el 55° a nivel mundial. "No hay que tenerles miedo a las controversias".
En 2022, los graneros de Sinaloa vendieron a Maseca o a Cargill en unos 7 mil pesos la tonelada de maíz blanco. Pero, tras la guerra de Rusia en Ucrania que afectó el flujo de fertilizante, maíz y trigo, el precio internacional del grano en la Bolsa de Chicago se desplomó este año y con ello también las expectativas de ganancias de los productores sinaloenses al ahora vender a unos 5 mil pesos la tonelada, 2 mil pesos por tonelada menos, explicaron voces desde la producción y la economía local.
Gerardo López Cervantes, economista de la Universidad Autónoma de Sinaloa, dimensionó que los productores de maíz –unas 27 mil familias sinaloenses– podrían alcanzar una pérdida de 9 mil millones de pesos respecto al año pasado, lo que impactará al sector comercial local.
Ante ello, desde febrero los productores y el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, están construyendo un nuevo esquema que rompe con el de los últimos 20 años de "agricultura por contrato", que se basa en el costo de logística y el precio internacional. Ante ese bajo precio y el dólar abaratado en 17 pesos, Segalmex y el Gobierno estatal están comprando al precio justo 2 millones de toneladas aunque sólo a los pequeños y medianos productores de Sinaloa, lo que hizo a un lado a los grandes productores que manifestaron su molestia bloqueando el Aeropuerto de Culiacán.
"Se espera una producción de 6 millones de toneladas para esta cosecha. Se construyó un esquema de la compra de 2 millones de toneladas de maíz blanco de Sinaloa (1.5 millones Segalmex y el resto el gobierno local), entonces, el resto de la cosecha, unos 3.5 millones de toneladas, es lo que ha sido problemático. Los productores grandes que no entraron en el esquema presionaron", dijo en entrevista Francisco Meza López, productor de maíz de menos de 20 hectáreas y presidente de la Central Campesina Independiente (CCI) de Sinaloa.
El Presidente López Obrador ha dicho que las protestas de graneros en Sinaloa están impulsadas por las "asociaciones de grandes productores" que antes se quedaban con los subsidios y este nuevo esquema garantiza la compra, como antes, a 7 mil pesos la tonelada a los pequeños y medianos productores; una medida que ahora acompañará con aranceles a importaciones de maíz blanco. Pero, aclaró, a países con los que no haya tratados internacionales, lo que evitará más choques con EU vía el T-MEC por la prohibición del maíz amarillo genéticamente modificado.
El granero Francisco Meza López vio con buenos ojos esta medida para beneficiar a los productores nacionales de maíz blanco y que el mercado "reaccione" a la alza. "El Gobierno está protegiendo a la cosecha de los más chicos. El grande puede esperar a que el mercado reaccione porque tiene bodega", dijo. Pero Gerardo López Cervantes, economista de la Universidad Autónoma de Sinaloa, observó que la política va a destiempo del ciclo agrícola actual.
"No deja de ser una medida positiva y que genera expectativa de que el precio de la tonelada pueda mejorar (en el siguiente ciclo), pero es a destiempo porque la producción en Sinaloa está en su momento más intenso de trilla, lo que tiene saturadas las bodegas de acopio porque no se están comercializando de manera rápida hacia el interior del país", aseguró el economista sinaloense sobre la logística del nuevo esquema en construcción.
TORTILLAS SIN TRANSGÉNICOS
La prohibición sobre no vender tortillas hechas con maíz blanco transgénico se suma al decreto presidencial ajustado a inicios de año que prohibe la importación del herbicida glifosato y del maíz amarillo transgénico para consumo humano por sus afectaciones a la salud. El maíz amarillo para ganado –del que somos deficitarios– se sigue importando del Corn Belt estadounidense tras presiones del Gobierno de Joe Biden a través del T-MEC.
El kilo de la tortilla se está vendiendo en promedio durante este inicio de verano en 22 pesos, frente a los 20 pesos de 2022 y los 17 pesos de 2021, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM). Pero hay picos importantes como en Mexicali (30 pesos por kg), Mérida (27 pesos el kg), Colima (26 pesos) o Guadalajara (24 pesos). Tras un incremento por temas de gas e inflación, su precio se ha estabilizado desde finales de 2022.
"Maseca, Minsa y Cargill siguen dando muy cara la tonelada de harina de maíz a los industriales de la tortilla. La tortilla está a 26 pesos el kilo en Sinaloa y a nosotros (productores de maíz) nos lo quieren comprar a cinco pesos (para procesar en harina). ¿Por qué tanta ganancia? Es correcto acusar a Maseca y demás de querer ser los 'ganones', de quedarse con la utilidad de los productores arriesgando muy poco", afirmó Francisco Meza López, presidente de la Central Campesina Independiente (CCI) de Sinaloa.
Además, estas harineras y comercializadoras son las que importan el maíz transgénico, no los tortilleros, ha señalado el colectivo Sin Maíz No hay País y el Consejo Nacional de la Tortilla, que representa a casi la mitad de las 130 mil tortillerías en el país.
"La industria que producimos de ixamal no ocupa maíz transgénico, compramos el maíz en la zona de Sinaloa y El Bajío o molineros que venden ya la masa procesada. Las harineras sí importan maíz transgénico de Sudáfrica y otras partes, pero la industria tradicional de la masa y la tortilla no importamos", aclaró vía telefónica Homero López, del Consejo Nacional de la Tortilla.
"Si tienen que vigilar a un sector, sería al sector de las harinas porque son los únicos que importan maíz y también a las comercializadoras de maíz como Cargill, Gramosa y demás", reiteró.
El decreto de inicios de 2023 señala que será responsabilidad de quien utilice el maíz amarillo genéticamente modificado que éste no tenga como destino la cadena de la masa y la tortilla, sino el forraje para ganado y agroindustria.
Sin embargo, estudios de la UAM, Conacyt y la Asociación de Consumidores Orgánicos han encontrado glifosato y transgénicos en las tortillas, un alimento básico para los mexicanos.