Placeada: Historia íntima de una ex-sicaria es el más reciente documental de la reconocida documentalista Alejandra Sánchez, ganadora del premio Ariel, en el que explora en los orígenes de la violencia, en aquellos motivos que orillas a una mujer a ser parte de grupo criminal.
Ciudad de México, 19 de junio (SinEmbargo).- «Hace unos años creía que estando en un cartel hacías familia, y no, de mí se sirvieron. No les importaba y yo con el afán de caer bien a alguien hacía las cosas. Me esforzaba en hacerlas bien».
Gabriela, de 43 años de edad, recuerda el sueño que una vez tuvo junto a su mejor amiga: Tener una casa en la playa y compartirla con ella. Alejarse de todo el dolor y violencia que las rodeaba en casa y empezar juntas una nueva vida. Aún eran adolescentes pero tenían claro qué era lo que querían, no pensaban en novios, ni nada de eso, sólo en ser libres.
El narcotráfico se convirtió en el camino que eligieron para conseguir sus metas. Ambas se involucraron en una organización criminal en la que fueron escalando y que se les escapó de las manos teniendo graves consecuencias, una de las ellas, los 20 años que Gabriela tuvo que pasar en prisión y que hoy relata para Placeada: Historia íntima de una ex-sicaria, un documental de Alejandra Sánchez.
La documentalista chihuahuense reconocida por las películas como Bajo Juárez: La ciudad devorando a sus hijas (2006), Desdentado desde entonces (2005) y Ni una más (2001), entre otros, donde además de abordar la violencia contra mujer también retrata temas como la pederastia clerical, se vio nuevamente tentada por la investigación y así ahondar sobre temas de violencia, un tema que describe tener «contra las cuerdas a todos los mexicanos y mexicanas desde hace varias décadas».
Buscaba la forma de contarlo y dio con la historia de Gabriela:
«Me gusta mucho el cine de personajes y empecé a imaginar un personaje mujer, adolescente, y me fui en búsqueda de este personaje en mi tierra, Chihuahua. Me fui a un Centro de Readaptación Social para adolescentes infractoras y ahí me tardé un año entre la burocracia y el desdén de los directivos, pero me encontré una buena persona que era la custodia con la que a veces yo hablaba y le contaba del cine que he hecho, era custodia del Femenil de Adultas, y me contó sobre una mujer que estaban liberando, que fue jefa de sicarios. ‘Yo te la presentó’, me dijo, entonces así yo di con Gabriela López», cuenta la cineasta en entrevista con SinEmbargo.
Alejandra Sánchez quería saber más sobre las historias de mujeres que desde muy jóvenes se enfrascan en el mundo del narcotráfico, conocer sus contextos y esas razones que las orillaron a ser parte de algo tan peligrosos incluso para ellas mismas.
«Yo me preguntaba cuáles eran las condiciones para que una mujer joven se involucrara con el crimen organizado. Entonces empecé a trazar un personaje que más que de denuncia o señalamiento, en términos periodísticos, fuera un personaje que nos contara cómo fue su familia, cómo era su padre, cómo era su madre, entender un poco cuáles condiciones se dan para tomar la decisión porque yo no creo que nadie tome la decisión de enrolarse al crimen. Esto sucedió en los 90, pero actualmente hay muchos niños y niñas que son reclutados por estas mafias, y descubrir qué hay detrás de esta historia a mí me resultaba fascinante».
La lista de las grandes figuras del narcotráfico está liderada de hombres, son pocas las mujeres de las que se sabe han comandando a estos grupos. Sus nombres son alabados dentro de la narcocultura en México y en el mundo.
Sin embargo, a diferencia de los hombres, las mujeres se enfrentan a muchos más riesgos dentro de estas organizaciones criminales y terminan desempeñando roles diferentes a ellos. Su cuerpo se vuelve en una herramienta con la que pueden pasar desapercibidas por la concepción que ña sociedad tiene con la mujer al dibujarlas comúnmente como víctimas.
Sánchez reflexiona sobre esta perspectiva de género dentro de estas bandas criminales poniéndonos en pantalla a Gabriela y su historia.
«Yo creo que mucho tiene que ver que el personaje sea mujer. ¿Qué quiere decir esto? Pues que rompes con un paradigma en la representación del colectivo. Las mujeres estamos para dar vida en términos de representación, no para jalar gatillos, y creo que esto causa mucha inquietud, mucha incomodidad, luego ya Gabriela te cuenta como tiene ella que enfrentarse a todo el poder masculino en el narco», reconoce.
Gabriela toma decisiones para avanzar dentro de su cartel, y esto los líderes lo notan, cuenta, pero cada esfuerzo contrae una nueva lucha donde constantemente tiene que validarse y darse a respetar para que nadie por encima de ella.
La idea de llevar una «vida normal», cada vez está lejos. No está en sus planes. Ni es lo que desea.
«El machismo se presenta en muchos sectores, en un espacio como el crimen organizado, recrudece. Rompe con esta imagen de la mujer del narco que son seres en general muy utilizadas o cosificadas, no vistas como sujetos, sino como objeto, y Gabriela compite con todo ello, rompe por su fuerza, por su historia con el padre, por una serie de condicionamientos que lejos de justificar los crímenes que cometió, mucho tiene que ver con que hay detrás de esas historias, que fue un poco la propuesta que tuyo le propuse para poder hacer este documental».
Placeada: Historia íntima de una ex-sicaria abre una conversación a través de la historia de Gabriela en el que indaga en los posibles orígenes de la violencia que arrecia por el narco. Nos ofrece una perspectiva diferente desde dentro, desde uno de los autores de esta violencia para comprender el gram monstruo que sigue arrastrando vidas.
El documental no ofrece datos duros, es un más bien un compendio de anécdotas en el que se ocultaron nombres para poder contar la vida de esta mujer.
«En el último corte de la película estuvo el abogado David Peña, Gabriela y yo para poder definir algo que no nos pusiera poner en riesgo a ninguno de los que estuvimos involucrados. Yo me iba a encargar de tener mucho cuidado en su dignidad, es decir, yo no me voy a convertir en su abogada defensora, tampoco en su fiscal. Yo simplemente voy tratar de contar una historia compleja para podernos acercar a este tipo de personajes desde otro sitio, desde un sitio donde puede resultar muy incómodo como espectador comprender que ellos son más parecidos a nosotros de lo que nosotros creemos o de lo que aceptamos».
Historia íntima de una ex-sicaria está cargada de claroscuros como es la vida. Sin tomar posición alguna, su objetivo es un contemplación de las diferentes caras que emergen de la violencia y partir de ser humano, una amiga, una madre…
«Para mí era un reto absoluto y total poder hablar de ella tratando de entender la complejidad humana. Nosotros como sociedad nos hemos dedicado también a matar pero siempre hacemos una especie de frontera entre los buenos y los malos. Nunca podemos asumirnos que podemos ser esa masa compleja que podemos poner incluso como individuos cosas muy miserables y lados muy generosos».
«El reto de contar esa historia fue ese, entender a una mujer que como personaje de Dostoyevski pendula entre la víctima y el victimario todo el tiempo. No es justificable los crímenes que cometió, pero sí es necesario observar en qué condiciones se dan y México da todas las condiciones para que hoy en día muchos niños y niñas tengan el mismo destino que Gabriela lamentablemente».
El documental que formó parte de la selección de la edición 2022 del Festival Internacional de Cine de Morelia, llegará a alas salas de la Cineteca Nacional de la Ciudad de México este 23 de junio.