México

Las infancias explotadas

En México 3.2 millones de menores de edad trabajan, sobre todo en poblaciones rurales

11/06/2023 - 6:00 pm

Casi un tercio de estos menores, es decir 644 mil 658 niños, no asisten a la escuela, según un análisis del BID del Senado, y la mayor parte —siete de cada 10— de quienes no acuden realizan alguna actividad peligrosa mientras trabajan.

Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).– El trabajo infantil en México persiste y terminar con sus «peores formas» para el año 2025 resultará inalcanzable, aún antes de evaluar las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en el país, concluyó un estudio realizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.

El análisis de la población infantil que labora en el país indica que se registraron 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes que en situación de trabajo infantil, con cifras hasta 2019, antes del coronavirus. Se trata del 11.5 por ciento de la población total de menores de edad de cinco 17 años en el país.

«El trabajo infantil en el mundo y en México se mantiene como un reto importante. La meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de terminar con las peores formas de éste para el año 2025 resulta inalcanzable, más aún con las repercusiones socioeconómicas de la pandemia de COVID-19», señala «¿Quiénes son los niños y las niñas que trabajan?», de Concepción Torres Ramírez.

El mapa del trabajo infantil en México. Foto: BID

Del total de niños que trabajan, poco más de dos millones realizaba alguna ocupación no permitida (ONP) ya fuera por no contar con la edad legal para trabajar, por realizar actividades peligrosas, o bien labores peligrosas más tareas domésticas en condiciones no adecuadas. También se encontraron 1.2 millones de chicos que realizaban quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas.

La única buena noticia de las cifras es que, de 2017 a 2019, las cifras de trabajo infantil disminuyeron 4.4 puntos porcentuales, pero los organismos como las Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), considera que «los efectossocioeconómicos de la pandemia de COVID-19 hacen prever una mayor incidencia del trabajo infantil, especialmente en los países de ingreso medio y bajo».

EL PERFIL DE LOS MENORES QUE TRABAJAN

El análisis del BID señala que el mayor porcentaje de los dos millones de niños de entre cinco y 17 años que tienen un trabajo no permitido son varones (70.89 por ciento) y la proporción de hombres en el grupo de edad de 15 a 17 años es 72.91 por ciento.

Casi un tercio de estos menores, es decir 644 mil 658 niños, no asisten a la escuela, detalla, y la mayor parte de quienes no acuden realizan alguna actividad peligrosa (69.17 por ciento). Casi 74 mil menores de 15 años, es decir, que tienen la edad reglamentaria para la educación primaria y la secundaria, «no asisten a la escuela por trabajar».

«Algunas formas de trabajo infantil resultan formativas al introducir a niños y niñas en actividades laborales –como la participación en el negocio familiar, por ejemplo–, la escuela o los obliga a abandonarla, o incluso ponen en riesgo su salud o su desarrollo físico, mental, moral o social por las condiciones en que se realizan», explica Torres Ramírez.

Oaxaca, el Edomex y Puebla concentran la mayor cantidad de trabajo infantil. Foto: Alberto Roa, Cuartoscuro

«Esto último se conoce como trabajo infantil peligroso. Existe además la clasificación de las peores formas de trabajo infantil, que incluye la venta o trata, la explotación sexual y el trabajo forzoso», agregó.

A nivel mundial, «hasta 2016 se observan avances en la reducción del trabajo infantil, pero a partir de ese año y hasta el 2020 hay un estancamiento en porcentajes y un aumento en números absolutos de más de ocho millones de menores de edad que trabajan». «En el mismo periodo (2016-2020) se mantuvo el porcentaje de niños que realizan trabajos peligrosos, pero en números absolutos la cifra aumentó 6.5 millones», ahonda el análisis.

«En América Latina y el Caribe se ha observado una tendencia descendente. Así, en 2020 se estimó que había 160 millones de niños y niñas en situación de trabajo infantil, es decir, casi uno de cada 10 de niños en todo el mundo», parecido al porcentaje mexicano.

¿EN QUÉ TRABAJAN?

El análisis del BID indica que los 2.1 millones de menores que tienen trabajos no permitidos están sobre todo en el sector agropecuario, con un 27.40 por ciento; en servicios, un 23.45 por ciento; en comercio, un 21.4 por ciento; en la industria, con 12.28 por ciento, un un 4.9 por ciento en la construcción.

«Hay 225 mil 595 varones menores de 15 años que trabajan en labores relacionadas con la agricultura y 285 mil 796 más que en ese mismo sector desempeñan actividades consideradas peligrosas. La mayor participación de las niñas se ubica en el sector servicios, tanto de menores de 15 años como desarrollando actividades peligrosas», detalla.

Un 25.6 por ciento, la mayor parte de quienes trabajan sin tener la edad legal para hacerlo, laboran unas 14 horas a la semana. Un 5.8 por ciento lo hace entre 14 y 36 horas y un 9.17 por ciento trabaja más de 36 horas a la semana. De los que realizan actividades peligrosas, un 41 por ciento (unos 463 mil menores) trabajan más de 36 horas a la semana.

Así se divide el trabajo infantil por sexo y por horas laborales. Foto: BID

¿RECIBEN UN SALARIO?

De acuerdo con el BID, el 42.86 por ciento, es decir, menos de la mitad de niños que trabajan de forma no permitida, recibe un salario mínimo o menos; una cuarta parte (25.44 por ciento) no recibe pago y el 17.85 por ciento obtiene entre uno y dos salarios mínimos. Apenas el 2.44 por ciento de los menores que laboran recibe más de dos salarios mínimos.

«Existe una evidente desventaja entre sexos respecto al salario devengado: mientras que hay dos niños por cada niña que no recibe ingresos y hasta un salario mínimo, la proporción en 1-2 salarios mínimos es de 4 a 1 y en más de 2 salarios mínimos a proporción es de 12 a 1», explica el BID.

¿EN QUÉ ENTIDADES VIVEN?

El análisis del BID indica que Puebla tiene la mayor cantidad absoluta de niños con trabajos no permitidos, con 193 mil 543 niños, y el Estado de México, con 191 mil 385, le sigue en segundo sitio. Oaxaca, aunque tiene un porcentaje más alto, es tercero en números absolutos, con 153 mil 554 chicos.

Además de Oaxaca, Puebla y Estado de México, en cinco estados se registraron más de 100 mil menores en ocupación no permitida: Chiapas, con 178 mil 280; Veracruz, con 146 mil 785; Michoacán, con 127 mil 021); Jalisco, con 118 mil 453; y Guanajuato, con 117 mil 723.

«Los porcentajes más bajos se encuentran en Baja California Sur, con 3.13 por ciento del total –seis mil 017 casos– y Ciudad de México, con 3.14 por ciento», precisó Torres Ramírez.

El BID concluye que no se podrán eliminar los peores aspectos del trabajo infantil para 2025. Foto: Cuartoscuro

QUEHACERES DOMÉSTICOS EN CONDICIONES NO ADECUADAS

Estos trabajos son aquellos que se realizan «principalmente para el consumo familiar, sin remuneración y que, debido a las condiciones peligrosas o las jornadas prolongadas, ponen en riesgo la salud o integridad física de los niños», explica el BID.

Hay 256 mil 701 niños, niñas y adolescentes que realizan una ocupación no permitida y adicionalmente desempeñan estos quehaceres; a ellos se suman un millón 254 mil 981 casos donde los menores solo realizan tareas domésticas en condiciones no adecuadas para un total de un millón 511 mil 682.

El 50.62 por ciento de los menores que realizan quehaceres domésticos en estas condiciones tienen una carga laboral menos pesada que el resto: laboran 14 horas o menos a la semana; el 27 por ciento lo hace de 14 a 28 horas y el 22.48 por ciento, poco más de una quinta parte, dedica a este tipo de labores más de 28 horas. El 75 por ciento, asimismo, son niñas.

Las cifras en general se actualizarán con datos pandémicos este año, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publique los resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil con datos tomados de 2022. Los últimos disponibles, y en los que se basó el análisis del BID, llegan a 2019.

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