A principios de mayo, ataques con drones causaron la destrucción de varias viviendas y obligaron a 600 personas a desplazarse de la ciudad de Nuevo Poblado el Caracol; y la semana anterior, otros pueblos cercanos a lo largo del río Atoyac también fueron agredidos del mismo modo.
Ciudad de México, 3 de junio (InSightCrime).- El aumento en los ataques con drones en ciertas zonas del estado de Guerrero, al suroeste de México, atribuidos a una alianza entre dos grandes grupos criminales, ha causado el desplazamiento de cientos de personas.
Diversos ataques con drones causaron la destrucción de varias viviendas y obligaron al desplazamiento de unas 600 personas de la ciudad de Nuevo Poblado el Caracol a principios de mayo, como se lee un comunicado de prensa del Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello (CDVVMB). La semana anterior, otros pueblos cercanos a lo largo del río Atoyac también habían sido atacados con drones, según informó el periódico El Sur de Guerrero.
Los residentes que se congregaron en la estación de policía de Nuevo Balsas, a unos 30 kilómetros de Nuevo Poblado el Caracol, atribuyeron el ataque a la Familia Michoacana, grupo criminal establecido en el vecino estado de Michoacán.
Los pueblos ubicados sobre el río Atoyac son valiosos para los grupos criminales que se dedican al narcotráfico, como le dijo un portavoz del CDVVMB a InSight Crime. El río Atoyac atraviesa Guerrero hasta el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, que controla la Familia Michoacana.
En esta área se cultiva mariguana y amapola, planta utilizada para elaborar heroína, y recientemente se han visto intentos incipientes de plantaciones de hoja coca. Los grupos criminales han intentado con frecuencia reubicar pueblos enteros asentados a lo largo de las rutas del narcotráfico, con el fin de eliminar testigos y obstáculos, según explicó el portavoz de la organización.
Esta última serie de ataques de la Familia Michoacana tiene como objetivo obligar a los habitantes a abandonar los municipios donde los grupos de autodefensa liderados por la comunidad han tratado de oponer resistencia a la expansión del grupo, agregó.
El aumento de los ataques con drones por parte de la Familia Michoacana ha coincidido con su alianza con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), un grupo criminal de mayor tamaño que fue pionero en el uso de ataques con drones en el país.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
La rápida adaptación de los ataques con drones por parte de la Familia Michoacana tras su alianza con el CJNG muestra cómo podría ser cada vez más fácil para los grupos criminales llevar a cabo este tipo de desplazamientos masivos en el futuro.
El uso de drones es una táctica “que le fue adoptada al CJNG, el cual le proporciona [a la Familia Michoacana] drones cada vez más sofisticados y silenciosos para llevar a cabo ataques explosivos”, le dijo a InSight Crime el periodista investigativo Carlos Arrieta, radicado en Michoacán.
Las autoridades de un pueblo cerca de Nuevo Balsas afirman que derribaron un dron y que poseen imágenes de video de otros ataques. El dron supuestamente estaba equipado con una cámara térmica que puede detectar seres humanos y fue modificado para liberar explosivos de forma remota, lo que demuestra la creciente sofisticación de los dispositivos.
Para el CJNG, armar y entrenar a la Familia Michoacana en tácticas de drones les permite asegurar el control sobre un territorio que ha sido disputado en el pasado y que es esencial para el tráfico de drogas y la extorsión a las empresas locales, siempre y cuando su alianza permanezca intacta, como afirma Arrieta. Sin embargo, las recientes confrontaciones entre los grupos en Michoacán demuestran la fragilidad de estos pactos criminales.