El escritor Dán Lee habló con SinEmbargo sobre Pregúntale al mar una historia de lucha libre y magia, con dos arquetipos de lo que implica ser un rudo y lo que representa ser un rudo.
Ciudad de México, 27 de mayo (SinEmbargo).– En una esquina, El Fantasma de la quebrada, ídolo de los acapulqueños. En la otra, El perro cavernario, arquetipo de los rudos más desalmados. El escenario, la Arena Coliseo de Acapulco. La historia, un duelo máscara contra cabellera entre estos dos titanes. Uno, enigmático, envuelto en el halo de lo fantástico. El otro, estrella temible del pancracio.
La historia la narra entre una y otra cuerda el escritor Dán Lee, en acompañamiento de ilustraciones de Edu Molina que dan vida a Pregúntale al Mar, de la colección Vientos del pueblo del Fondo de Cultura Económica. Un relato en el que se respira la agitación del cuadrilátero en voz de un narrador en primera persona que al mismo tiempo es un reportero de la afamada revista Máscara y Llaves, quien sigue una pista de quién pudiera ser El Fantasma de la quebrada para encontrarse con una verdad que tratará de comprender.
En entrevista con SinEmbargo, Dán Lee explicó cómo el Perro Cavernario está inspirado en dos de los luchadores rudos más importantes que ha habido en la baraja luchistíca: el Cavernario Galindo y el Perro Aguayo. “En el momento en que cité a un antagonista para la historia pensé 'cuál será el arquetipo del rudo' y estos dos me vinieron a la mente, y ahí está fusionado el Perro cavernario, un rudo de esa calidad en la historia que se pelea con la gente y quiere humillar al rival a como dé lugar”.
“Y del otro, el Fantasma de la Quebrada en realidad sólo tomé el nombre y las características de la máscara porque jamás lo vi luchar ni leí una reseña en la que apareciera su accionar. Tanto el físico como su conducta luchística la tomé del Lizmark, otro luchador clásico que era de Oaxaca y creció en Acapulco, y sí fue clavadista de la Quebrada, que para mí es el epítome de la valentía, no sólo era un luchador muy arriesgado y muy suicida como le llaman a los que hacen ese tipo de vuelos sino que, efectivamente, fue clavadista de la Quebrada, eso en mi imaginario lo vuelve una de las personas más valientes que yo haya visto en acción y de sus vuelos fue que tomé el tope fantasma, que es un elemento importantísimo para la historia que conté”, puntualizó con respecto al origen de su protagonista.
El autor reconoce que uno y otro no sólo son un rudo y un técnico sino que también representan los extremos del ring. Uno de alguna forma personifica al pueblo de Acapulco y el Perro Cavernario “a la iniciativa privada, a una empresa nacional, es un rudo estelar que aparece en la tele, que no es el luchador fifí porque su comportamiento no es así, pero sí tiene los apoyos, como que es más pudiente que el Fantasma de la Quebrada, y ese choque también se da aquí”.
“El Perro quiero humillar al Fantasma y por eso el Fantasma su reacción no es sólo personal sino que las decisiones que tiene que tomar están con base a que se demuestre que él puede y que no es un cobarde, que va a intentar defender su posición por lo que significa, por lo que representa también”, compartió.
Dán Lee expuso cómo en esta historia el Fantasma de la Quebrada tiene que tomar en cuenta una decisión muy importante y que a lo mejor va en contra de lo que cree, de sus principios, de lo que él quiere, su motivación original, pero se encuentra en una encrucijada en la que todos nos hemos visto muchas personas. “Ese tengo que ir a un camino y al otro, y en cualquiera de los dos que tome voy a quedar bien con una sección y voy a quedar mal en otra, cualquiera de los dos me va a dejar mal parado en algún aspecto de mi vida, entonces ni modo 'a tomar valor y lanzarme' como un clavadista o como un luchador que va a volar y es lo que tiene qué hacer”.
Por ello, describe que optó por un final que fuera acorde tanto con el nombre del personaje 'El Fantasma de la Quebrada' y este misticismo que de alguna forma está presente en este personaje etéreo, “Él va a tomar una decisión y esa decisión va a cambiar para siempre al personaje porque en un cuento así tiene que ser, en un cuento se tiene que, la decisión que se tomé o lo que le suceda, que ser de vida o muerte o parecer que es vida o muerte”.
“Entonces en este caso la decisión que toma el Fantasma de la Quebrada sí va a tener un impacto muy fuerte en cómo se resuelve la historia y sí, me parece que el final que se eligió para esta historia tiene mucho qué ver con el tratamiento que se le ha dado y con el nombre del Fantasma de la Quebrada”, puntualizó.