Jaime García Chávez
29/05/2023 - 12:03 am
José Narro y sus aliados impresentables
La visita de Narro se da con vías a incidir en el proceso electivo de 2024, y aunque no se trata ni de un partido ni de una agrupación política reconocida conforme a la Ley, es más que obvio que juega un papel de plataforma para dar soporte a la alianza tripartita de PAN-PRI-PRD, ya que es impensable que puedan decantarse por alguna otra vertiente.
Es inevitable una cierta dosis de pragmatismo en el desempeño de los políticos, así sean los más cuadrados e inflexibles. Parece ser que esta vieja recomendación no figura en el diccionario de José Narro Robles, exrector de la UNAM y titular de la Secretaría de Salud durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
En su reciente visita al estado de Chihuahua, para la promoción de la organización Méxicolectivo, se dejó ver al lado de tres exgobernadores priístas del estado, como Fernando Baeza Meléndez, Patricio Martínez García y José Reyes Baeza, y por razones obvias, ahí no estuvo César Duarte, delincuente preso en el penal de Aquiles Serdán.
La visita de Narro se da con vías a incidir en el proceso electivo de 2024, y aunque no se trata ni de un partido ni de una agrupación política reconocida conforme a la Ley, es más que obvio que juega un papel de plataforma para dar soporte a la alianza tripartita de PAN-PRI-PRD, ya que es impensable que puedan decantarse por alguna otra vertiente.
El despliegue de Méxicolectivo por la República, exhibe la ausencia real de una figura política con liderazgo para abanderar la candidatura presidencial. A su modo, padece de la misma carencia de esa triple alianza, que se debate ante la posibilidad de que sea Santiago Creel o Lilly Téllez, que no calientan absolutamente a nadie, salvo a las élites partidarias de lo que es la partidocracia que sucumbió en 2018.
De tal forma que ahora el discurso –quién lo dijera– es buscar en la sociedad civil un plan conjunto amalgamado por ideas, no por personas; sociedad civil que ningunearon en un largo tiempo, e ideas que envilecieron como pocos en la vida nacional.
Narro vino a decir que se despreocupa de los personajes. Y cómo no, si carecen de los mismos. Y que hay que ir en contra del centralismo, con la novedad de que un país de 130 millones de habitantes, no se puede gobernar desde un solo centro. Es claro que el dardo de la crítica está dirigido contra López Obrador.
Pero ni por asomo hay una autocrítica que nos hable de los tiempos del obtuso centralismo que priistas y panistas practicaron a lo largo de varios decenios y se ha expresado en la Ley de Coordinación Fiscal imperante, todo un instrumento de colonialismo interno, apapachado por los viejos partidos.
Pero he empezado estas notas recordando lo que el pragmatismo aconseja, si se quiere actuar con pericia y eficacia. Porque si Narro vino acá acompañándose de Fernando Baeza, que nos trae el recuerdo del fraude de 1986; o del corrupto político Patricio Martínez García, con el que creció el feminicidio y la agresión a los derechos humanos durante todo un sexenio, poco logrará de que su mensaje llegue a la sociedad civil que estos negaron sistemáticamente, y cuyo recuerdo está más que fresco en la sociedad chihuahuense.
En todo caso, Narro vino como vendedor u oferente de ideas, pero creo que ha llegado demasiado tarde, porque por el lado de la triple alianza ya brincó Santiago Creel, quien muy claramente dijo: “quiero, puedo y debo”. Así las cosas, la mercancía que se expende ni hay quién la compre, ni tiene buenos vendedores.
25 mayo 2023
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