La Sirenita, que llega a salas de cines este 25 de mayo, combina las tablas de teatro de Rob Marshall, inspirándose en la cinta de Disney de 1989, para ofrecer a la audiencia la nueva versión de la historia de una de las princesas más populares descentralizando su atención en el idilio entre Ariel con el Principe Eric para dar cabida a otros temas como la relación entre padres e hijos y el crecimiento personal.
Ciudad de México, 29 de mayo (SinEmbargo).- El director Rob Marshall vuelve a saltar del teatro al cine, nuevamente de la mano de Disney, ahora con el live action de La Sirenita, que llega a las salas este jueves en medio de polémicas por la elección de su protagonista Halle Bailey y por la creación más realista de sus personajes que son parte de la fauna marina.
No obstante, el remake de la historia de una de las princesas clásicas y favoritas de la llamada «Casa del ratón», atrapa la atención sobre todo por ser una versión actualizada del cuento con una trama que va más allá del romance de Ariel con el Príncipe Eric (interpretado por Jonah Hauer-King), por apostar a favor de la diversidad y por descaricaturizar a sus personajes, como lo señaló la actriz Melissa McCarthy:
«En lugar de estas caricaturas, les han dado humanidad», dijo la actriz al elenco de la cinta durante una conferencia de prensa en la que estuvo presente SinEmbargo. La actriz que da vida a la villana Úrsula, destacó que los personajes aluden a «personas reales y que a todos les gusta andar con los mismos problemas y los mismos problemas y preocupaciones. Y creo que ese es la gran diferencia, que ustedes trajeron su humanidad a la pantalla».
McCarthy describe la nueva versión de La Sirenita como un mundo que emerge de la magia del teatro gracias a la dirección de Rob Marshall que se ha encargado de llevar historias del escenario pantalla como El regreso de Mary Poppins (2018), Chicago (2002) o Annie (199).
«Creo que todos estamos de acuerdo que Rob configura este mundo que es como ‘¿por qué me enamoré de las obras de teatro?’. Se siente tan pequeño y, sin embargo, sabes que es algo enorme, pero parece que si todos hacemos nuestro mejor esfuerzo, tal vez podamos hacer un espectáculo. Y luego todo se vuelve tan personal y todos están haciendo lo mejor que pueden».
Esta misma intimidad de la que habla la actriz también fue percibida por Halle Bailey, que encontró en este proyecto una guía con la creció y se convirtió de alguna manera en un ejercicio de introspección.
«Le digo a la gente todo el tiempo que siento que Ariel realmente me ha ayudado a encontrarme a mí misma y que me gusta esta versión joven de mí, ya sabes, porque yo, bueno, ya han pasado cinco años de mi vida ahí», señaló la joven cantante ante medios.
«Desde los 18 hasta ahora los 23, esos son años muy intensos y transformadores a medida que te desarrollas como una mujer joven. Pero siento especialmente estos temas de la película y lo que tuvo que pasar con sus pasiones y su impulso y hablando por sí misma, y aunque puede dar miedo, lo hizo. Siento que esas cosas realmente trato de adoptar y dárselas a Halle ahora. Entonces, ella me ha enseñado mucho, seguro», agregó.
Bailey compartió que volvía de un viaje en familia cuando recibió una llamada a su celular. Asegura que nunca contesta llamadas provenientes de números desconocidos, pero ante la insistencia de su hermano menor decidió tomarla, y fue cuando escuchó las palabras de Rob: «Hola. Estoy buscando a Ariel».
«Yo estaba como: ¡Oh, Dios mío!, y solo lloré durante todo el día», recuerda.
La Sirenita es fiel a gran parte de la versión ya contada por Disney, pero la atención principal ya no reside sólo en el amor de Ariel con el Principe, pues el filme abre cabida a temas de gran importancia como la libertad de elegir quien ser en la vida, la relación entre padres e hijos y una reflexión sobre el primer amor de una forma más sana.
En esta nueva versión Ariel no se pone en último lugar, ni lo da todo por un amor que no parece correspondido, por el contrario, la relación amorosa ahora es explorada desde la amistad.
«Los romances de Disney siempre están, ya sabes, llenos de esa atracción instintiva el uno por el otro. Todos queremos ver eso», reconoce Jonah Hauer-King, sin embargo, destaca que esta historia ahora pone la amistad como la semilla de todo entre dos personas afines.
«Gran parte de eso provino de nosotros mismos fuera de la pantalla, fue ver a Ariel y Eric como dos personas que eran espíritus afines que se sentían un poco inquietos, que se sentían como estaban detrás de las cuatro paredes de sus respectivos castillos, y miraban mucho hacia afuera y no hacia adentro. Y creo que lo bueno de eso era que significaba que sus la relación se siente realmente ganada. Ambos sintieron que se estaban enseñando cosas unos a otros. Estaban emocionados y fascinados por el mundo del otro, aunque en realidad no lo supieron hasta el final».
«Creo que es un muy buen mensaje de lo que significa estar enamorado y lo que significa estar en una relación, está ligado en última instancia a la amistad. Eso es lo fundamental de esto. Y es por eso que dura, y eso es lo que lo hace especial. Entonces, fue muy divertido explorarlo y fue fácil porque, ya sabes, ella es un alboroto, así que nos llevamos bien», agrega.
Javier Bardem, que se sumerge en este filme en el papel del «Rey Tritón», reflexiona también sobre su papel, y apunta que éste a diferencia de la primer versión se aleja a ser sólo un obstáculo entre Ariel y su deseo por salir del mar, sino ahora se comprende mejor su personaje y de dónde emerge esa autoridad que ejerce.
«Se trata de un hombre que está profundamente enamorado como padre de su hija, y está confundido y su miedo e inseguridad con ese amor. Pero él le está impidiendo que sea libre. Así que ese tipo de relación es lo que tengo que crear, y ese es el papel que tengo que jugar en la historia, para que la historia tenga sentido».
El actor español, que visitó junto a Halle Bailey México para la promoción de la cinta, señala que su personaje da pie a «uno de los temas hermosos de la historia», que es como los padres terminan aprendiendo más de los hijos.
«Es una lección muy importante de lo que significa el amor. Creían que lo sabían, pero no, no tenían ni idea de lo que es el amor verdadero hasta que ven partir a sus propios hijos», destaca.
