Una de las principales denuncias en la Marcha por la Dignidad, que han destacado las activistas, es que llegan a otro 10 de Mayo y «el Estado sigue sin estar a la altura de las víctimas”.
Ciudad de México, 10 de mayo (SinEmbargo).- Bajo la consigna «No conocemos fronteras para buscarles» y «Hasta encontrarles», nuevamente madres que buscan a sus hijos e hijas tomaron las calles de la Ciudad de México en la XII Marcha de la Dignidad de Madres Buscando, para exigir la localización inmediata y eficiente de personas desaparecidas así como atender la crisis en materia forense.
En el parque Monumento a la Madre, ubicado en Paseo de la Reforma, las mamás comenzaron a concentrarse a partir de las nueve de la mañana para partir, en punto de las 10 de la mañana rumbo al Ángel de la Independencia. «¿Por qué los buscamos? ¡porque los amamos!. ¿Hasta cuándo? ¡Hasta encontrarles!».
Las mamás acusaron que el Estado mexicano sigue siendo responsable por las más de 112 mil desapariciones que han tenido lugar en medio siglo de México y que solo ha simulado atender la tragedia y la crisis de desaparición en el país.
«Este 2023 no es un año más. Es otro año de buscar. Otro año de andar, de vivir la tragedia de las desapariciones en México. Lo que inició con al menos mil personas desaparecidas en los años 70 hoy se convierte en una crisis, en una tragedia humanitaria que parece no tener fin, pues las desapariciones se siguen cometiendo día a día», señaló Guadalupe Fernández, de FUNDEL, al leer el posicionamiento.
La marcha llegó alrededor de las 11 de la mañana al Ángel de la Independencia, donde emitieron su posicionamiento denunciando que México vive hoy “un crimen de Estado”, pues los gobiernos han incumplido en sus obligaciones de búsqueda e investigación, y la insuficiente investigación a toda desaparición es una grave ofensa para nuestro pueblo.
Las madres buscadoras condenaron los actos de omisión de las autoridades, las cuales se vuelven perpetradoras con todo el andamiaje institucional al servicio de los pactos de impunidad.
«Todas las personas servidoras públicas no hacen su trabajo con responsabilidad, son parte de los circuitos de impunidad y exigimos castigo para ellos y ellas. Hoy exigimos y seguiremos exigiendo sin descanso Verdad, Justicia y castigo a los culpables.»
Blanca Gómez, de El Salvador, destacó a su vez que a la tragedia hay que sumar las miles de desapariciones de personas migrantes que sufren múltiples agresiones durante su tránsito por este país.
«Queremos exigir justicia para que también busquen a nuestros desaparecidos. Hasta hoy no se cuentan con registros confiables ni cifras oficiales de cuántas personas migrantes están desaparecidas, a pesar de ser uno de los grupos vulnerables que más riesgos corre frente a los grupos delictivos y frente a las autoridades corruptas y omisas. Toda desaparición es una grave ofensa para nuestros pueblos, sin importar el país de origen», dijo la madre migrante.
Detallaron que la Comisión Nacional de Búsqueda, a pesar de haber sido creada hace cinco años, apenas dio a conocer su programa, el cual llevará nueve años en implementarse. «¿Es esta la gran promesa de la 4T cuando dijo que atendería la problemática? Gobiernos van, gobiernos vienen; campañas mediáticas van y vienen, y se invierten millones de pesos para simular respuestas y mendigan recursos para las búsquedas que como familiares y con apoyo ciudadano realizamos ante la ausencia de un estado de derecho», agrega el posicionamiento de las madres.
La inseguridad, asesinatos y amenazas contra las madres fueron otro de los reclamos externados en la marcha y mitin. «No sentimos inseguridad porque no hay un Estado democrático que respete los derechos humanos. Nos han encapsulado en fosas vivientes, no nos envían a vivir en campos de exterminio, en fosas clandestinas, en panteones municipales. Es un estado fallido», abundó Lupita Fernández.
Las madres reiteraron que, a pesar de que «las mantienen lentamente», no han dejado de exigir y buscar justicia.
«La ONU mirando, la impunidad sigue avanzando», gritaron las madres en la marcha, en la que precisamente hay observadores de la ONU.
«PARA MÍ NO ES EL DÍA DE LAS MADRES»
Previo a la marcha se hizo un acto de bendición a todas las mantas con las fotografías de personas desaparecidas; acto que fue encabezado por el Obispo de Coahuila, Raúl Vera, reconocido por su defensa de los derechos humanos.
La marcha fue replicada en diferentes ciudades —y a diversas horas— de varios estados de la república como Coahuila, Oaxaca, Chiapas, Sonora, Sinaloa, entre otras.
“Esta marcha significa para nosotros esperanza de encontrarles. Le pedimos al Presidente que se toque el corazón para ayudarnos a todas las madres en busca de nuestros hijos a encontrarles», dijo Santa San Miguel Tovar, de Piedras Negras, Coahuila, quien busca a sus dos nietos desde hace cuatro años.
Rosa María Barrera Hernández de Monclova, también en Coahuila, busca a su hijo Nelson Iván Castro Barrera y expuso que por ello acudió a está marcha: «Es algo que no puedo explicar, para mí no es Día de las Madres porque es mi único hijo y está desaparecido desde el 30 de julio de 2011. Llevo casi doce años buscando».
«Mi mensaje es el mismo de todas: que se haga justicia y nos ayuden realmente a encontrarles, la esperanza no ha muerto porque queremos encontrarles».
Una de las principales denuncias en la Marcha por la Dignidad, que han destacado las activistas, es que llegan a otro 10 de Mayo y «el Estado sigue sin estar a la altura de las víctimas. Ahí está, como ejemplo, todas las madres que han sido asesinadas en los últimos años durante sus labores de búsqueda”, destacó Grace Fernández y Yolanda del Moran.
Este año, en la marcha y acto político que busca exigir la búsqueda inmediata, en vida y profesional de las personas desaparecidas, se suma el dolor, la exigencia de justicia para las madres que han sido asesinadas.
«Es un año que pesa mucho porque ha habido muchos decesos de compañeras, compañeros, padres, madres, hermanos, esposas de personas desaparecidas que han fallecido lamentablemente y que no tuvieron respuesta de dónde está su familiar o quién le hizo esto», dijo Grace Fernández, del colectivo BÚSCAME.
En México al menos nueve madres buscadoras han sido asesinadas en los últimos 13 años, de un total de 18 buscadores, entre padres, hermanos y familiares. El caso más reciente fue el de Teresa Magueyal, quién buscaba a su hijo Luis en el estado de Guanajuato. Tres años después de empezar la búsqueda, fue asesinada en el municipio de San Miguel Octopan, al noreste de Celaya.
Fernández también destacó que a pesar de que existen herramientas e instituciones para tratar de lidiar con la crisis forense y las desapariciones, el número de personas desaparecidas sigue siendo alarmante. «Tenemos más de 112 mil personas desaparecidas, lo cual es exageradamente grave, tomando en cuenta que en México no hay un conflicto armado o algo que lo pueda hasta cierto punto justificar o hacer entendible», señaló Fernández.
Y apuntó: «Es un 10 de mayo que todavía duele más porque vemos que las desapariciones no paran».
José Luis Castillo, el padre que por años ha marchado con la manta de su hija Esmeralda en su pecho fue enviado por las madres de Ciudad Juárez, ya que muchas de ellas no pudieron viajar a la capital.
«Castillo, me dijeron las madres, diles que nosotras quisiéramos estar allá, pero por cuestiones económicas no podremos», narró el hombre que también exigió búsqueda para todas y todos.
Lágrimas, abrazos y palabras de apoyo destacan en esta marcha. Además está la falta de interés y responsabilidad del Estado que preocupa a los colectivos: «Tenemos un Presidente que incluso ha continuado con la militarización y que defiende al Ejército y a la Guardia Nacional con capa y espada, y que no le dan resultado», dijo Fernández. «Nos preocupa que no le ponga ni le ha puesto la responsabilidad que le corresponde».
A pesar de las dificultades y peligros a los que se enfrentan los colectivos en su labor de búsqueda de desaparecidos, las madres que los integran se consideran una familia unida por el dolor y la comprensión mutua.
«En los colectivos decimos que somos una familia, porque con el dolor te hermanas», dijo Fernández. «Somos quienes mejor nos entendemos, nosotros no nos juzgamos porque vivimos exactamente lo mismo».
No obstante, Grace Fernández enfatizó que a pesar de que las familias salen a buscar, es importante que se continúe con la exigencia al Estado para hallar a las personas desaparecidas y brinde justicia a las víctimas y sus familias. «Es nuestra responsabilidad moral seguir exigiendo, aunque no deberíamos tener que hacerlo […] ellas deberían, en el peor de los casos, estar en su casa esperando a que la autoridad les traiga a sus hijos, pero prefieren morir buscando a sus hijos».
Este día no es de fiesta, es de lucha y de protesta! ¡Hijo escucha: tu madre está en la lucha». ¿Dónde están, dónde están? ¿Nuestros hijos dónde están? . De este a este, cueste lo que cueste», gritan al unísono las madres.
Y añaden: ahora ahora se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables. Por qué vivos se los llevaron, vivos los queremos.
Las madres también piden a la sociedad solidaridad y empatía:
«Señor, señora: no sea indiferentes se llevan a nuestros hijos delante de la gente. Si la sociedad se uniera, mi hija como debería temblaría los poderosos desde el cielo hasta la tierra», cantan.