Real Madrid conquista la Copa de Rey tras derrotar 2-1 al humilde Osasuna en la final

06/05/2023 - 4:04 pm

El conjunto merengue ganó por primera vez en nueve años la Copa del Rey y sueña con un doblete particular esta temporada, ya que se encuentra en semifinales de la Champions League; brillaron los brasileños Rodrygo y Vinicius.

MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) – El Real Madrid superó (2-1) este sábado al CA Osasuna para proclamarse campeón de Copa del Rey por vigésima vez, nueve años después de la última, en una final en La Cartuja protagonizada por los regates de Vinicius y los goles, doblete, de Rodrygo.

El equipo de Carlo Ancelotti reconquistó el torneo del nocaut, esquivo desde 2014, ante un Osasuna que tuvo su momento en Sevilla. El cuadro blanco se adelantó a los dos minutos de final y tuvo ocasiones claras para hacer el segundo antes del descanso.

Con todo, el equipo «rojillo», en la segunda final de su historia, aguantó de pie y mordió en el inicio del segundo tiempo. En el minuto 58, Lucas Torró firmó el 1-1, pero en una nueva carrera de Vinicius, Rodrygo firmó su doblete para hacer al Real Madrid campeón de Copa.

Pese a que los «rojillos» estuvieron apoyados por más de 22.000 gargantas mucho más sonoras y entregadas que las madridistas, el equipo de Pamplona no volverá con el trofeo a casa. Los de Jagoba Arrasate, que sufrieron el primer mazazo a los dos minutos, llegaron a empatar el encuentro con un tanto de Torró tras el descanso y rozaron la gesta, como ya sucedió en 2005.

Finalmente serán los blancos los que engorden su palmarés con su 20 Copa del Rey, la primera desde 2014, el único título que le «faltaba» a Ancelotti en su segunda etapa en el banquillo merengue.

Tras la tremenda pitada al himno nacional de toda la grada osasunista, el partido empezó «que ni pintado» para el Real Madrid. Ni un minuto tardó Vinicius en ser un puñal por la izquierda, pisando línea de fondo tras dos buenos regates para brindarle el gol a Rodrygo, que remató a placer dentro del área. Los blancos eran conscientes de que este gol tempranero podría permitirles navegar en una marea con más espacios en la que se siente muy cómodo.

Sin embargo, el tanto madridista no provocó más espacios, ya que los «rojillos» se serenaron tras comenzar muy desorientados. El paso atrás de los de Ancelotti dio alas por las bandas a Osasuna, muy incisivo por la izquierda de un Camavinga con menos clarividencia defensiva, gozando de hasta tres ocasiones con remates de cabeza que atrapó, sin demasiados problemas, Courtois.

Mientras, el Real Madrid solo se desperezaba con alguna arrancada de Vinicius, el más pasional y activo de los blancos, que sirvió un balón raso a Rodrygo. Este falló y el rechace lo cazó Benzema, pero su disparo lo paró Herrera. Los de Pamplona respondieron solo dos minutos más tarde, cuando Abde aprovechó un resbalón de Militao y se plantó solo ante Courtois, pero Carvajal sacó su vaselina ante el belga casi sobre la línea de gol.

En un duelo de igual a igual, el Real Madrid seguía insistiendo por la izquierda con un Vinicius ‘en su salsa’ que mandó una rosca por encima de una portería «rojilla» que antes había hecho temblar Alaba de falta. Mientras, Osasuna vivía de algún que otro error en la salida de los blancos, con menos acierto de lo habitual.

La primera mitad terminó con una tarjeta amarilla a Vinicius por protestar una acción, lo que hizo que la grada «rojilla» explotara a gritos de «tonto» hacia el brasileño. Este, que tuvo sus más y sus menos con Peña, respondió a los aficionados navarros señalándose el escudo de su equipo.

El Real Madrid jugaba con fuego por su corta renta y, en el inicio de la segunda mitad, Osasuna encontró su premio con un tremendo gol de Torró, que recogió un balón en la frontal y con un latigazo preciso y potente batió a Courtois. El empate desató la locura en la efervescente grada «rojilla», que veía como su equipo reiniciaba el partido y sacaba los colores a un conjunto blanco más desordenado.

El gol dejó tocado al Real Madrid, pero no noqueado, y volvió a tirar de su letal pegada para poner el 2-1 en la recta final. De nuevo fue Rodrygo quien se encontró un rechace casi en el área pequeña para picar lo suficiente el balón por encima de Herrera. Hubo dudas, ya que Camavinga podría haber rebasado la línea de fondo conduciendo el esférico, pero el gol subió al marcador. Éxtasis blanco para celebrar el segundo tanto en solo tres remates a puerta en lo que iba de partido.

Sin tiempo para mucho más, el Real Madrid se replegó y se centró en no sufrir fisuras que dieran vida a un Osasuna alicaído por el segundo tanto madridista. Ancelotti, que había dado entrada a Rüdiger antes del gol para colocar a Camavinga de pivote, también dio minutos a un Modric recuperado en tiempo récord y que, parece, podrá estar ante el Manchester City este martes.

Sin embargo, no surtieron efecto las sustituciones de Arrasate, que dio entrada a dos extremos frescos y un «Chimy» Ávila que no pudo ganar la batalla a Militao y Alaba. Ni a la desesperada logró empatar Osasuna, con una muy clara en el descuento, que dejó más descuidada la espalda y sufrió alguna que otra transición de Vinicius, sin que el marcador experimentara más cambios.

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