El chef Walter D’Amico comparte en cada creación su amor por la cocina. «Es fundamental que la gente se vaya feliz de aquí», compartió.
Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo).- Llegar a un restaurante en el que la comida tiene sabor a hogar y el chef demuestra su amor por la cocina en cada platillo es de las experiencias más bellas y eso precisamente es lo que ocurre en Casa D’Amico. El chef Walter D’Amico conquista paladares con sus creaciones y hace que cada momento en su restaurante se sienta como una visita a alguien de la familia.
En Casa D’Amico se puede disfrutar de un menú de comida italiana en el que la pasta juega un papel muy importante, cabe destacar que la pasta que se consume en el restaurante se elabora de manera tradicional, el chef Walter compartió que no hay secretos en la pasta pero no hay nada como prepararla desde cero en casa y con cariño. Los ingredientes básicos son harina, sal, agua y huevo; a veces y dependiendo de lo que se busque lograr, se pueden agregar otros ingredientes como el betabel que sirve en especial para darle color a la pasta.
El chef Walter, que llegó a México en los años 70, compartió que cuando vivía en Roma a veces no había más que harina, sal y agua para preparar la pasta, su madre hacía «magia» y creaba comida deliciosa. Una anécdota que el chef cuenta con mucho cariño es aquella que ocurrió cuando era pequeño, tenía 8 años y un compañero de escuela compartió que ese fía había comido carne, él no sabía que era eso así que al llegar a casa le pidió a su mamá que le preparará carne, se encontraban en la Campagna romana, es decir, a las afueras de la ciudad y en posguerra por lo que comer carne no era algo que sucediera; su madre tomo lechuga y la fileteó, agregó hongos, leche de una cabra y claras de huevo, lo que resultó en un omelet que le sirvió como si fuera carne, el chef comió todo y le sabía delicioso.
Un par de años después, en una celebración familiar en una trattoria le sirvieron carne y él de inmediato notó que esa ni era la carne que él conocía, el mesero le dijo que sí era carne y fue ahí cuando vio a su madre y notó que ella hizo un gesto dando a entender que había descubierto que ella en realidad no le había servido carne, Walter se levantó y con lagrimas en sus ojos le dijo: «eres la mejor mamá del mundo, te amo, hiciste magia y de grande también quiero hacer magia».
¿Qué comer en Casa D’Amico? Una gran opción son los Ravioles Sergio Sarmiento, ya que están rellenos de pollo, queso pecorino, bañados en una salsa cremosa de queso pecorino, higo y jitomate deshidratado, una autentica delicia; otra opción es la pasta José Manuel que lleva un cremoso de pomodoro con queso de cabra y se aromatiza con albahaca y la pasta Roma es un fetuccini con champiñones y pollo a la plancha. De postre no hay nada más espectacular que Bombeta que se sirve un plato con los colores de la bandera italiana y se disfruta en un solo bocado.
Casa D’Amico está en una antigua y bella casona de los años 40 que se encuentra en Av. Homero 433, Polanco, Miguel Hidalgo, 11560 Ciudad de México.