Sergio Faz establece un diálogo con el duelo, la memoria y la soledad en su novela Vendrá el olvido, un recorrido por el pasado y por las cicatrices de la vida familiar.
Ciudad de México, 1 de mayo (SinEmbargo).– El escritor Sergio Faz explora en su novela Vendrá el olvido (Gafas Moradas) el duelo en sus diferentes expresiones a partir del fallecimiento de la madre, la pérdida de salud y la ruptura de una relación, situaciones que afrontará Eleuterio el protagonista de una historia reconstruida a través de la memoria familiar.
Faz compartió en entrevista con SinEmbargo cómo el relato nació a partir de las notas que él iba tomando durante la terapia a la que fue por la muerte de su mamá. “Empecé con la idea ya que vi esta cantidad de apuntes y también porque la terapia iba descubriendo cosas nuevas de la historia de mi madre entonces dije ‘claro, esto da para ampliar, para hacer una novela’".
A lo largo de la novela, Eleuterio fija un diálogo con las pérdidas que lo llevan a recuperar ciertas postales del pasado, un diálogo que se extiende a sus hermanos y a los relatos olvidados que llegan a su memoria.
“Hay cosas que no recuerdas a veces, que se te borraron y alguien tiene que venir y recordarte y decir 'bueno, es que pasó esto también', 'es que esto tú no lo tenías presente' o 'es que esto sucedió antes de que tú nacieras' como le sucede a Eleuterio que le cuentan cómo fue el tiempo antes de que él naciera”, ahondó el autor.
Sergio Faz apuntó en ese sentido que como parte de esa reconstrucción del pasado hay aspectos que nos son ajenos como la propia vida de nuestros padres antes de tener hijos, instantes que suelen llegar a nuestras manos por medio del recuerdo fotográfico.
“Conocemos muy poco a nuestros padres, conocemos sólo el periodo que nos toca desde que nacemos nosotros hacia la muerte de ellos, o a veces hacia el tiempo en que nos vamos de la casa, pero no sabemos mucho de lo que hicieron antes, cómo eran antes, a dónde iban antes, qué les gustaba hacer antes de que naciéramos nosotros o que les gustaba hacer cuando eran muy jóvenes”, refirió.
Por ello, Faz destaca la importancia de la fotografía análoga en el tema de la memoria para comprender qué elementos tenemos nosotros para recordar y para irnos al pasado. Lo mismo sucede con el paso del tiempo en los escenarios de nuestra infancia y el autoexilio al que algunos recurren, como sucede con Eleuterio, para intentar sanar las heridas que infringe la familia.
“El enfrentamiento de Eleuterio es por el tema de la sexualidad, es que el homosexual tiene esa gran carga diría yo, ese gran peso, que nunca se siente suficiente para la madre, para el padre, nunca se ve suficiente para ellos, cree que lo que él hace no tiene importancia para los padres, porque los padres esperarían otra cosa y a veces nunca nos detenemos a preguntarle a los padres, qué esperabas tú de mí o qué esperaban ustedes de mí, simplemente asumimos que ellos querrían algo de nosotros y ahí vamos con esa carga, por la vida como como un Orestes que va a pedir perdón”, explicó.
—¿Piensas que detrás de esas heridas muchas veces hay una falta de comprensión mutua? —se le preguntó al autor.
—A veces las heridas también son un acto de amor que no supo encontrar el camino, que se fue por otro lado, aunque suene a un súper lugar común, como que lo hacen por nuestro propio bien y les duele más a ellos que a nosotros. A veces es eso, no saber encaminar el acto de amor y se va por otro lado, causa un dolor tremendo y causa una herida pero pues eso es lo que hay y al final también esas heridas son parte de lo que nos va formando como padres y como hijos.