Las urnas cerrarían a las 16:00 hora local y se esperaba que dos horas después se dieran a conocer los resultados.
Por Débora Rey
ASUNCIÓN (AP).— Con una mezcla de hartazgo e incertidumbre por el resultado, los paraguayos elegían el domingo al próximo Presidente en una contienda entre el conservador Partido Colorado y una coalición de fuerzas políticas y sociales heterogéneas que se unieron para sacarlo del poder por segunda vez en 76 años.
Desde primera hora era llamativa la masiva concurrencia de ciudadanos en escuelas de todo el país sudamericano, que promedia 60 por ciento de participación en cada elección a pesar de que el voto es obligatorio. Están habilitadas 4.7 millones de personas para votar en una sola vuelta electoral al sucesor del Presidente Mario Abdo Benítez por el periodo 2023-2028.
El mandatario, que no tiene derecho a la reelección, fue uno de los primeros en sufragar.
“Que el gran ganador sea la nación paraguaya. Es muy importante la participación de todos, hoy es el día que tenemos que ser protagonistas de la construcción del futuro de la nación”, expresó Benítez.
Una coalición variopinta de fuerzas políticas y sociales opositoras buscaba destronar al partido que más tiempo llevaba en el poder en Sudamérica, en unas elecciones marcadas por denuncias de corrupción y la conveniencia de mantener o no la alianza con Taiwán.
El conservador Partido Colorado ha gobernado desde 1947, incluso como sostén político del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), con excepción de un breve periodo de tinte progresista liderado por el exobispo Fernando Lugo en 2008 y que terminó anticipadamente en 2012 con un juicio político.
Su candidato es Santiago Peña, un economista de 44 años que fue apadrinado por el expresidente y magnate Horacio Cartes (2013-2018), el hombre fuerte de la política paraguaya que recientemente fue declarado “persona significativamente corrupta” por Estados Unidos.
“Hoy definimos un modelo de país”, dijo Peña, exministro de Hacienda, en un mensaje leído en su comando de campaña antes de votar. “Elegimos un Paraguay que planee su futuro para dar el gran salto que necesitamos o un país que navegue en la improvisación”.
Como principal desafío a la hegemonía del Partido Colorado aparece la Concertación para un Nuevo Paraguay con el postulante Efraín Alegre, de 60 años y líder del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y acérrimo opositor a Cartes.
Alegre, que va por su tercer intento de llegar a la Presidencia, es respaldado por numerosas organizaciones políticas y sociales de centro-derecha a izquierda que buscan capitalizar el desencanto social por la corrupción endémica, pésimos servicios de salud y educación expuestos durante la pandemia de COVID-19 y la inseguridad ante el avance de la narco-criminalidad.
“Sabemos a quién estamos enfrentando. Vamos a vencer a un dinero abundante que viene del crimen organizado y de la ilegalidad”, expresó Alegre a periodistas en sus oficinas partidarias. “Nuestro adversario no es el Partido Colorado, sino el dinero sucio del crimen organizado”.
Además de Presidente y Vicepresidente, que asumirán el 15 de agosto, también están en juego 45 bancas del Senado y 80 en Diputados que conformarán el futuro Congreso y serán clave para garantizar la estabilidad o no del futuro Gobierno. Además, se eligen 17 gobernadores.
El Tribunal Superior de Justicia Electoral, a cargo de la votación, no informó todavía el porcentaje de personas que ya habían votado.
En la mayoría de los establecimientos educativos había largas filas de votantes desde muy temprano. A pesar de que el sistema es electrónico, se producían demoras por las dificultades de muchas personas, especialmente mayores, para operar las máquinas.
Al solicitar asistencia, se generaban discusiones entre apoderados partidarios y autoridades electorales porque no está permitido votar acompañado, salvo discapacidad física.
Medios locales también reportaron incidentes menores en algunas escuelas de Asunción entre partidarios de ambas fuerzas por la colocación de las urnas. Las escaramuzas no pasaron a mayores por la intervención de la policía.
“Generalmente, los paraguayos somos muy de quedarnos en nuestras casas y mirar en la tele. Pero sorpresivamente y a tan temprana hora hay mucha gente, evidentemente hay expectativa”, comentó Jorgelina Bogarín, de 55 años, después de votar en una escuela del centro de Asunción.
La mujer explicó que esta concurrencia masiva de votantes le llamó la atención “porque la continuidad está en el supuesto cambio como en el que ya estamos (por el gobierno colorado). Es lo mismo, el mismo modelo sea el color que sea. La misma estructura corrupta, son las mismas gentes”.
Su esposo José Bogarin, de 75 años, dijo que votó por el oficialismo porque “prefiero al que está en este momento a uno nuevo. Es el menos malo”.
La afluencia masiva de votantes contrasta con una campaña en general apática y descolorida, en la que no hubo grandes movilizaciones ni actos multitudinarios, lo que muchos analistas atribuyeron a las dificultades del oficialismo para financiar la campaña por las sanciones económicas contra Cartes, el actual presidente del partido Colorado. También fue marcado el desinterés de la mayoría de los ciudadanos por el proceso electoral, que se palpaba especialmente entre los jóvenes.
Según la acusación del Departamento de Estado de Estados Unidos, el exmandatario incurrió “en actos de corrupción antes, durante y después de su mandato”. También denunció que cobró sobornos de Hezbollah, considerada por Estados Unidos una organización terrorista. El empresario del tabaco, también propietario de bancos, medios de comunicación y gasolinerías, entre otros negocios, niega los cargos. El organismo congeló sus activos y le impidió operar en su sistema financiero.
Cartes, un empresario con variados negocios, desde tabaco hasta medios de comunicación, niega los cargos. El dirigente votó a media mañana y se produjeron incidentes entre su custodia y periodistas que quisieron entrevistarlo.
En la voz de la candidata opositora a la Vicepresidencia, Soledad Núñez, de 40 años, que viene de una organización no gubernamental y tuvo un breve paso por la gestión de Cartes como Secretaria de Vivienda, la oposición buscó captar el voto de los jóvenes de 18 a 30 años, un segmento donde se registran los mayores niveles de ausentismo.
Yo ya voté. Hoy los paraguayos elegimos qué tipo de país queremos. Tu voto es importante, salí a votar para estar mejor. pic.twitter.com/dvdvlcYQzc
— Santiago Peña (@SantiPenap) April 30, 2023
“La política no me interesa”, dijo a AP Ana Benítez, una estudiante de kinesiología de 18 años que votará por primera vez. “Pero apoyo un cambio. En mi casa son opositores al Gobierno”.
Paraguay ostenta una economía relativamente estable, pero con problemas estructurales que estuvieron fuera de discusión durante la campaña: informalidad laboral que afecta a siete de cada 10 trabajadores; pobreza de 24.7 por ciento, evasión fiscal y narcotráfico, entre otros.
En una campaña electoral discreta en propuestas, uno de los puntos de mayor controversia entre los candidatos ha sido la alianza con Taiwán, un tema en el que se entrelazan la geopolítica con los intereses de productores de soja y ganaderos paraguayos que anhelan venderle a China.
El opositor Alegre adelantó que en caso de ganar se revisará la relación con Taipéi.
Sé que las filas para votar son largas. Pero 30 minutos de espera supondrán un cambio para los próximos 5 años. ¡Aguanten, que el cambio ya llega! #PyVota2023 #EleccionesPy2023
— Efraín Alegre (@EfrainAlegre) April 30, 2023
Si esto sucediera, la isla autogobernada que China reclama como parte de su territorio perdería a otro socio en la región luego de que Honduras rompió relaciones diplomáticas con dicho país para reconocer a Beijing. A su vez, China ampliaría su influencia en Latinoamérica, algo que Estados Unidos considera de alto riesgo.
Por su parte, el oficialista Peña ratificó la alianza con Taiwán.