La edición número cuatro del Pachuca Rock Fest se llevó a cabo con éxito con una programación de bandas que en su mayoría nacieron en los noventas y se hicieron presentes con sus clásicos y nuevas canciones para encender a todo el púbico hidalguense.
Pachuca, Hidalgo, 29 de abril (SinEmbargo).- La nostalgia marcó la edición número cuatro del Pachuca Rock Fest, que trajo un line-up liderado en su mayoría por bandas nacidas en los 90 y que se han mantenido dentro de la escena.
Los Bunkers, agrupación chilena con más de dos décadas de trayectoria, disfrutó de su regreso a los escenarios con una segunda presentación en México después de su larga pausa. A través de canciones llenas de sentimiento como «Ven aquí» o «No hay nuevo bajo el sol» evocaron a la nostalgia, sentimiento que aseguran a marcado su trayectoria e identidad.
«Somos bastante nostálgicos en cuanto a nuestros gustos, la música y todo eso, pero también a la hora de estar recordando. El estar compartiendo ahora con muchos colegas con los cuáles compartíamos esos años. Muchos de los que estuvieron hoy en el cartel estábamos acostumbrados a verlos en esas fechas, y supongo que responde a que la música ha cambiado tanto que ese bastión, ese estilo de hacer canciones y de hacer música es algo que la gente trata de atesorar y pueda visitar estos festivales para que ese formato, y esa forma de hacer música no mueran», dijo Francisco Durán en respuesta para SinEmbargo.
Después de diez años de nos presentarse en la ciudad de Pachuca, los integrantes de la banda destacan el cálido encuentro que siempre han tenido con el público mexicano, una experiencia que califican como inigualable.
«Nuestra relación con el público mexicano es muy especial porque no sólo tocamos un montón de veces acá durante años, vivimos aquí, sino que también hicimos vida, grabamos unos discos que son importantes para nosotros. Tenemos una relación de amistad con muchas personas en todas partes del México, lo sentimos como una segunda casa. Tenemos una conexión más que especial para público mexicano que además es uno de los más prendidos. Nos ha tocado experimentar, como muy participativos, muy físicos. Incluso esa manera de reaccionar del público mexicano, también influyó en hacer carrera ese último trama que tuvimos», abunda Francisco, compositor, guitarrista, bajista, tecladista y vocalista de la banda.
El Pachuca Rock Fest tuvo gran concurrencia en una nueva que abrió paso a Larva, que fue la primera banda en salir al escenario con su potente metal dando la bienvenida a los primeros visitantes que llegaron desde las 13:00 horas del sábado para verlos exclusivamente a ellos.
Elli Noise, liderada por Mariana Priego, dio muestra que las bandas a pesar de los años pueden ir remando junto a la marea, reinventarse y viajar entre clásicos que acompañaron la adolescencia de varias generaciones y sus nuevas canciones con el reciente estreno de su álbum «Elli Noise acústico».
La cantante que se ha hecho de un espacio dentro de la escena de rock punk en México destacó el papel de la mujer dentro de ella y pidió «abrazar y respetar la música que hace una mujer».
Recordó que aún escucha expresiones que causan sorpresa por el buen trabajo de mujeres músicas, y refirió que esto ya no debe tomarse así. «Hay baterías, vocalistas y guitarristas increíbles, ¿por qué debemos sorprendernos de que lo hagan demasiado bien?».
Una de las exponentes con propuestas nuevas fue Michelle Maciel, oriunda del estado de Sonora que prendió al público con un estilo que va desde lo urbano hasta el corrido tumbado. En presencia de medios comunicación apuntó que aunque hace poco los mexicanos «quisimos ser más puertorriqueños con el reggaetón», ella asegura siempre haber defendido «su jerga», el decir «morra, vato» para sus canciones, el regional mexicano con el que se ha identificado más que con otros géneros.
Odisseo fue una de las bandas más coreadas por el público que ya los esperaba para cantar a ellos canciones como «La tregua» o «Los imanes».
«Pachuca es una ciudad que nos cuesta más trabajo porque no hay medios donde tocar y estar en festivales así, nos da la oportunidad de estar con el público. […] El show gustó, la gente lo gustó. Venimos con el mismo ánimo, las mismas ganas y el show con el que nos hemos presentado en los demás festivales grandes», apuntaron en du encuentro con medios.
Ximena Sariñana hizo una oda a la nostalgia que enmarcó el concierto al cantar los éxitos del su último disco en el que hace un viaje al pasado, a la época de su adolescencia para encontrarse con sus sentires y las influencias musicales que la marcaron para la creación de “Amor Adolescente”, pero también recordó antiguos éxitos como «Mediocre» y «Vidas paralelas».
Javier Blake y Camilo Séptimo tampoco dejaron decepcionados a sus fans que impacientes gritaban sus nombres para que salieran al escenario.
Cayendo la noche, fue DLD la banda que conectó más con el público. Su sencillez y amor por hacer música se notó en el escenario. Entre un recorrido por sus grandes éxitos se dieron espacio para cantar las canciones que se desprenden de su nuevo álbum «Ocho».
«Es nuestro más reciente material. Es como una catarsis, un suspiro. Qué bueno que este estilo de festivales se vuelvan a hacer populares para tener más espacios. Pachuca siempre fue de las ciudades que nos abrió la puerta», destacó Francisco Familiar en su encuentro con la prensa.
«‘Ocho’ es la conclusión de 20 años de estar ejercitando ese músculo y tratar de conectar con el público», agregó.
Finalmente Molotov fue la banda en cerrar esta fiesta que va tomando fuerza en su convocatoria.