Las autoridades de EU acusan a los «Los Chapitos», de liderar del tráfico de fentanilo en el Cártel de Sinaloa; también sancionaron a dos compañías chinas por enviar precursores de esta droga.
Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).– El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló este viernes las acusaciones contra 28 personas, físicas y morales, incluidos cuatro «Chapitos», que son los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán y líderes del Cártel de Sinaloa, así como empresas de China, por la fabricación, producción, traslado y venta de fentanilo, que ha provocado una epidemia de sobredosis y muertes en aquel país.
«Desde al menos 2014, el Cártel de Sinaloa ha llevado a cabo una operación global para la fabricación y distribución de fentanilo, enviando cantidades masivas de fentanilo –una droga que ha matado a un número sin precedentes– hacia los Estados Unidos», acusó el Fiscal General de aquel país, Merrick Garland.
Específicamente, las autoridades de Estados Unidos acusan a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López, «El Ratón», y Joaquín Guzmán López, conocidos como «Los Chapitos», de liderar el tráfico de fentanilo en el Cártel de Sinaloa.
Se trata, en palabras de los oficiales estadounidenses, de un «imperio» que, a la par que enviaba cantidades impresionantes de fentanilo a Estados Unidos, a través de una compleja operación que iniciaba con la llegada de precursores de la droga desde China y culminaba con el lavado de dinero de la venta del fentanilo, asesinaba, torturaba y causaba terror entre sus enemigos y con quienes disputaba el tráfico de fentanilo, incluidos casos donde «Los Chapitos» alimentaban a tigres con los cuerpos de sus rivales.
«Junto a sus coconspiradores, supuestamente controlaban operaciones extensas, internacionales y multifacéticas para realizar el comercio de fentanilo, que estaba diseñado para enviar cantidades impresionantes de fentanilo. En palabras de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, para ‘inundar con fentanilo a Estados Unidos para abastecer a los drogadictos que están en las calles’», señala un comunicado del DOJ, por sus siglas en inglés.
Las acusaciones fueron radicadas en el Distrito Sur de Nueva York, en el Distrito Norte de Illinois y en el Distrito de Columbia. Se trata, en palabras de Garland, de la organización «más grande, violenta y más prolífica» en el tráfico de fentanilo. El Cártel de Sinaloa es potenciado por los precursores químicos venidos de china y por compañías farmacéuticas.
El Departamento de Estado de EU ofrece hasta 10 millones de dólares por información que permita la captura o el procesamiento de «Los Chapitos», y hasta cinco millones de dólares para quienes den información sobre otro de los hermanos, Joaquín Guzmán López.
U.S. Attorney announces charges against leadership of the Sinaloa Cartel and 25 other defendants in massive fentanyl importation and trafficking conspiracieshttps://t.co/AsvjUE5jjQ
— US Attorney SDNY (@SDNYnews) April 14, 2023
Anne Milgram, la titular de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA), señaló en rueda de prensa que en el último año y medio, la dependencia se infiltró en el Cártel de Sinaloa y en la estructura de «Los Chapitos», de las cuales obtuvo «un acceso sin precedentes a los más altos niveles de la organización» y siguieron sus operaciones «alrededor del mundo».
Las autoridades estadounidenses destacaron la importancia del fentanilo: la sobredosis por esta droga es ahora mismo la principal causa de muerte de estadounidenses de entre 18 y 49 años. Entre 2019 y 2021, según sus propias cifras, las sobredosis incrementaron aproximadamente un 94 por ciento, con un promedio estimado de 196 muertes de estadounidenses diarias por fentanilo.
El DOJ argumenta que, tras la detención de «El Chapo» Guzmán, los «Chapitos» tomaron su rol de liderazgo junto a Ismael «El Mayo» Zambada y Dámaso López, «El Licenciado», y a partir de 2017 amasaron un mayor control del Cártel de Sinaloa al enfrentarse violentamente contra éste último, ejerciendo violencia contra su familia, sus aliados y convirtiéndose así en «los principales líderes y traficantes dentro del cártel».
«Las acusaciones que se dan a conocer hoy demuestran que el Cártel de Sinaloa ha estado involucrado en actividades de tráfico de drogas hacia Estados Unidos y violencia al menos durante una década y media, o más. Se alega que ‘Los Chapitos’ han transportado repetida y consistentemente cantidades letales de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo», señala el comunicado del DOJ.
La acusación asegura que «Los Chapitos» presuntamente «utilizaron aviones de carga, aeronaves privadas, submarinos y otras embarcaciones sumergibles y semisumergibles, portacontenedores, embarcaciones de suministro, lanchas rápidas, embarcaciones pesqueras, autobuses, vagones de ferrocarril, remolques de tractores, automóviles y embarcaciones interestatales y comerciales privadas y comerciales» para enviar la droga y luego comercializarla. «Supuestamente mantuvieron una red de correos, túneles y escondites en todo México y los Estados Unidos para promover sus actividades de narcotráfico. ‘Los Chapitos’ supuestamente usaron estas redes para importar las drogas a los Estados Unidos», aseguran las autoridades.
Los autos de acusación también imputan a ciudadanos chinos y guatemaltecos acusados de suministrar los precursores químicos necesarios para fabricar fentanilo. Otros acusados en los casos incluyen a los acusados de dirigir laboratorios de fabricación de drogas y proporcionar seguridad y armas para el narcotráfico, dijeron los fiscales.
Ocho de los acusados en el caso del viernes fueron arrestados y permanecen bajo custodia de autoridades policiales fuera de Estados Unidos. El gobierno estadounidense ofrece recompensas por otros de los acusados en el caso.
Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del “Chapo” Guzmán, fue detenido en enero en Culiacán, la capital de Sinaloa. «El Ratón” no era de los hijos más conocidos del “Chapo” hasta una operación fallida para capturarlo tres años atrás. Esta vez, México sacó con éxito a Guzmán de Culiacán.
Según rumores, Zambada sufría problemas de salud y se había aislado en las montañas, lo que llevó a los hijos a tratar de asumir un papel más fuerte para mantener unido al cártel.
La DEA indicó que investigó el caso en 10 países: Australia, Austria, China, Colombia, Costa Rica, Grecia, Guatemala, México, Panamá y Estados Unidos. “La muerte y la destrucción son cruciales para toda su operación”, aseveró Milgram sobre el cártel.
LOS DETALLES DE LAS ACUSACIONES
El Distrito Sur de Nueva York señala que, como una parte «crítica» de la empresa de tráfico del fentanilo, el Cártel de Sinaloa depende y comanda a cientos de violentos «sicarios» armados fuertemente para proteger sus operaciones «en cada paso» y así «intimidar a otros que intenten engañar o hacer trampa, competir o interferir».
«[Utilizan] secuestros, torturas y asesinatos a través de ametralladoras y otras armas», detalla la acusación. «Supuestamente, los sicarios de ‘Los Chapitos’ operaban bajo la dirección de Óscar Noé Medina González, ‘El Panu’; Néstor Isidro Pérez Salas, ‘El Nini’; y Jorge Humberto Figueroa Benítez, ‘El 27’, para secuestrar, torturar y matar a quienes se opusieran» al grupo.
Para producir el fentanilo, el cártel usa precursores químicos venidos «principalmente de China», indica el Gobierno de EU. Presuntamente «Los Chapitos» dependen de intermediarios como Ana Gabriela Rubio Zea, «Gaby», quien adquiere precursores químicos de fentanilo a través de empresas químicas chinas y los propietarios y operadores de esas empresas químicas chinas, incluidos Kun Jiang Yonghao, «Tim»; Yaqin Wu, «Lily»; y Huatato Yao, “Yao”.
El Cártel de Sinaloa también emplea a químicos especializados, o «cocineros», que son expertos en sintetizar el fentanilo que viene de los precursores de China. «En un solo día, un cocinero del cártel puede fabricar más de 100 mil píldoras utilizando máquinas prensadoras de píldoras. En algunos casos, los traficantes de ‘Los Chapitos’ han medido la pureza de su fentanilo probándolo en otros», señala la acusación.
Dos de los acusados, en o alrededor de 2022, «experimentaron con una mujer inyectándole dosis repetidas de fentanilo hasta que murió».
El Gobierno estadounidense asegura que el tráfico de fentanilo –tanto en pastillas como en polvo terminado– es una de las actividades más lucrativas de la organización. La mayoría de las veces, indica la acusación, el fentanilo es enviado a través de puertos de entrada entre EU y México escondido en compartimentos de automóviles, disfrazado como bienes en tráileres y camiones o escondidos en el equipaje de los aviones, así como a través de contenedores que supuestamente llevan otros productos. En algunos casos, usan «mulas», es decir, a personas a las que les introducen la droga para pasarla al otro lado.
Una vez que el fentanilo está en EU, el Cártel de Sinaloa tiene locaciones destinadas a mantener almacenada la mercancía, para que su red de distribución en aquel país pueda vender el producto. Tan solo en 2022 , la DEA incautó más de 57 millones de pastillas de fentanilo y más de 13 mil libras de polvo de fentanilo, lo equivalente a unos 410 millones de dosis potencialmente mortales.
Otro de los ejes de la investigación y posterior acusación es que, supuestamente, el cártel depende de una «cada vez más sofisticada» forma de lavar el dinero que les deja la venta de fentanilo en EU. «Por ejemplo, en el curso de dos años, un solo traficante del cártel en EU asistió en el lavado de más de 24 millones de dólares en venta de narcóticos que pertenecían a Ovidio Guzmán, al proporcionar a los lavadores del cártel aproximadamente 15 millones y mandando xerca de nueve millones en efectivo a México en compartimentos secretos de carros», dice el DOJ.
Otros supuestos lavadores de dinero, incluidos Mario Alberto Jiménez Castro, «El Kastor», y Sergio Duarte Frías, «usaron billeteras de criptomonedas para lavar cientos de miles de dólares de ganancias» de la venta de fentanilo para el Cártel de Sinaloa.
¿QUIÉNES SON LOS ACUSADOS Y QUÉ PENA TENDRÍAN?
Ovidio Guzmán López, «El Ratón», enfrenta cadena perpetua, en el proceso United States v. Ovidio Guzman Lopez, 23 Cr. 42.
En el proceso United States v. Ivan Archivaldo Guzman Salazar, et al., 23 Cr. 180, estos son los señalados y sus posibles penas: Ivan Archivaldo Guzmán Salazar, enfrenta cadena perpetua; Jesús Alfredo Guzmán Salazar, “Alfredo”, enfrenta cadena perpetua; Oscar Noe Medina González, “Panu”, enfrenta cadena perpetua; Néstor Isidro Pérez Salas, “Nini”, enfrenta cadena perpetua; Jorge Humberto Figueroa Benítez, “27”, enfrenta cadena perpetua.
Además, también apuntan contra: Liborio Nuñez Aguirre, “Karateca”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Noel Pérez López, “Tío”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Samuel León Alvarado, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Luis Javier Benitez Espinoza, “El Fourteen”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Alan Gabriel Nuñez Herrera, vida en prisión; mínimo obligatorio de 10 años de prisión; Juan Pablo Lozano, “Camaron”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión.
Otros acusados incluyen a: Carlos Limón, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Jesús Tirado Andrade, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Carlos Omar Félix Gutiérrez, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Silvano Francisco Mariano, “Rayo”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Julio Marín González, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Mario Alberto Jiménez Castro, “Kastor”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión.
Por último, también acusan a: Sergio Duarte Frías, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Ana Gabriela Rubio; Zea, “Gaby”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 10 años de prisión; Kun Jiang, vida en prisión; mínimo obligatorio de 10 años de prisión; Yonghao Wu, “Tim”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 10 años de prisión; Yaqin Wu, “Lily”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 10 años de prisión; Huatao Yao, “Yao”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 10 años de prisión.
En el caso United States v. Leobardo Garcia Corrales, et al., S2 23 Cr. 136, señalan a: Leobardo García Corrales, “Leo”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Martín García Corrales, “Tano” o “Cachuchas”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Humberto Beltrán Cuen, “Don Chino”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión; Anastacio Soto Vega, “Tachin”, vida en prisión; mínimo obligatorio de 40 años de prisión.