Más de 10 años han pasado desde que Diablo III salió al mercado y un par de años menos desde que su expansión “Reaper of Souls” salió para dejar en reposo a la franquicia hasta este momento, siendo que para esta nueva entrega su historia se desarrolla 30 años después de los acontecimientos de Diablo III.
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).- Estamos a sólo un par de meses para tener la versión completa del juego cuyo antecesor cambió para siempre, la manera en que vemos y jugamos la franquicia. Diablo III representa un antes y un después a nivel de jugabilidad, historia, gráfico y por supuesto de disponibilidad, ya que fue la primera entrega de la saga que llegaba a consolas como Nintendo Switch, PlayStation 3/4 y Xbox 360/One. Si bien, para esta cuarta entrega la versión de Nintendo Switch aún no ha sido confirmada, si llegará a PlayStation 4/5 y Xbox One/Series.
Más de 10 años han pasado desde que Diablo III salió al mercado y un par de años menos desde que su expansión “Reaper of Souls” salió para dejar en reposo a la franquicia hasta este momento, siendo que para esta nueva entrega su historia se desarrolla 30 años después de los acontecimientos de Diablo III , de lo poco que sabemos, tras la destrucción de la piedra del alma negra, la caída de Malthael, el Ángel de la muertes, miles han muerto por el conflicto que continúa entre los altos cielos y los infiernos ardientes, mientras un nombre conocido y olvidado ha comenzado a resurgir en las tierras de Santuario (el lugar donde se desarrolla la saga); “Lilith”, la hija de Mephisto, que, por lo que hemos visto, utiliza el odio que existe en las personas para comenzar su reinado de terror.
Dentro de la beta nos presentan una pequeña introducción a la historia del juego de una manera espectacular, con nuestro personaje mencionando un párrafo que hace referencia a los acontecimientos que han sucedido y cómo el santuario nunca fue creado para la humanidad, sino que era un refugio para el conflicto entre los altos cielos y los infiernos ardientes, el cual ha evolucionado a ser un nuevo campo de batalla del conflicto eterno. Poco tiempo después llegamos a una aldea cuyos habitantes nos piden ayuda para eliminar el mal dentro de una zona cercana que ha estado amenazándolos, una vez cumplido esto descubriremos que los ciudadanos nos capturarán para ofrecernos como sacrificio, siendo este el momento en que conoceremos a “Lilith” , la mente detrás del odio de los miembros de la aldea y donde da comienzo al primer acto del juego. Sin adentrarnos más que en los detalles iniciales de la historia, estás pequeñas cinemáticas introductorias nos dicen mucho y a la vez muy poco, ya que estamos seguros que es un pequeño pedazo dentro de todo el desarrollo que nos espera a nivel historia cuando el juego completo esté disponible.
En esta ocasión, tenemos cinco clases: el bárbaro, el druida, el pícaro, el hechicero y el nigromante, cada uno con habilidades muy diferentes entre sí y que dependerá totalmente del gusto de cada jugador hacer una elección, algunos son de combate cuerpo a cuerpo, otros de combate a distancia y otros de uso de magia. Una de las nuevas características para esta entrega recae en el apartado de personalización de personaje el cual no estaba disponible en Diablo III, por lo que es una gran adición para esta entrega, además, los detalles que podemos cambiar y personalizar de nuestro personaje son bastantes y se agradece.
En la parte de jugabilidad, tenemos cambios importantes a nivel general, el primero recae en al exploración que podemos hacer dentro del mapa y la gran libertad que tenemos para explorar siendo un camino por recorrer mucho más amplio y sin un camino lineal marcado desde el inicio del juego. El segundo cambio importante que tendremos en Diablo IV es el árbol de habilidades el cual no sólo ha sido retrabajado en su totalidad para las clases que ya conocíamos, sino que el progreso que logremos dentro del juego nos llevará algo de tiempo entre las habilidades activas que tenemos, los puntos pasivos, los efectos adicionales y el tipo de clase que decidamos crear, prometiendo que cada jugador pueda tener un árbol de habilidades muy diferente al nuestro a pesar de tener la misma clase. Adicional a esto, el inventario cambia, el uso de nuestras habilidades y la “mana” general que tenemos para realizarlos ha cambiado, los objetos, el sistema de intercambio de objetos ya que no habrá casa de subastas y muchas más sorpresas que nos esperan en el juego completo.
La beta de Diablo IV nos confirma que la espera tras tantos años ha valido cada minuto que ha pasado y si en apenas un acto nos ha dado tantas cosas nuevas en cambios, exploración y progresión, lo que nos espera en el juego completo es mucho mayor que esto.