La congregación jesuita en la Sierra Tarahumara expresó su decepción con que la violencia siga ocurriendo pues, aseguró, no buscan que la muerte de José Noriel Portillo sea interpretado como un "ajuste de cuentas".
Ciudad de México, 23 de marzo (SinEmbargo).- La Diócesis de Tarahumara expresó que la muerte de José Noriel Portillo, "El Chueco", — presunto responsable del asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un turista cuyo cuerpo fue encontrado en la dependencia de Choix, Chihuahua— no es la solución para dar fin con la violencia que sacude al país.
"Con la muerte de una persona [José Noriel Portillo], desgraciadamente no se frena el dolor por tantas víctimas de la violencia y la situación tan difícil y preocupante que estamos viviendo", expresó la Diócesis a través de un comunicado.
El boletín, firmado por el Obispo de Tarahumara Juan Manuel González Sandoval, precisa que lo que, a pesar del reconocimiento a las autoridades mexicanas por el esfuerzo que han hecho por hacer justicia por sus compañeros sacerdotes, precisaron que no es lo que esperaban y menos querían.
"¡Esto no es lo que nosotros esperábamos y menos queríamos! Que todo pareciera como un 'ajuste de cuentas' o pensar 'que una persona estaba estorbando para otros intereses y por eso había que eliminarlo'", expresó.
Señaló además que el desastre vivido en el país no es producto de una persona, sino de un sistema, una estructura de extorsión, soborno, cobro de piso, levantamientos, venta clandestina de alcohol, tala ilegal y otros delitos más.
Esa estructura que refiere, debe de ser cambiado a través de un compromiso con las responsabilidades de cada uno, prosigue el comunicado, destacando el fortalecimiento de valores familiares y comunitarios como los principales puntos de inflexión para el cambio.
"Nos seguimos uniendo al dolor de tantas familias por la desaparición y muerte de sus seres queridos y nos comprometemos a seguir trabajando por la reestructuración de la familia y del tejido social, sobre todo para que se recuperen aquellos valores, humanos-cristianos, que se han perdido y todo aquello en materia de prevención, que sea en bien de nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que, en un futuro no muy lejano, se pueda construir la sociedad que queremos alcanzar", añadió.
Esta mañana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que el cuerpo hallado el miércoles es el de José Noriel Portillo, “El Chueco”, presunto responsable del asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un turista en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, luego de que la prueba de ADN y una de sus hermanas lo reconocieron.
“Se confirmó que sí es José Noriel Portillo la persona que encontraron muerta en Choix, se confirma por los estudios, me acaban de pasar la información”, dijo el mandatario en su conferencia matutina este jueves.
Unos minutos antes, el vocero de la Presidencia, se acercó al Presidente a hacerle un comentario en plena conferencia de prensa.
El Fiscal de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, informó en conferencia de prensa del miércoles pasado que el personal de la dependencia de Choix estaba por aterrizar para proceder a la identificación de “El Chueco”, ya que se requieren pruebas científicas que puedan aportar a las referencias obtenidas por Diana Carolina Portilla, hermana del líder criminal que fue encontrado 24 horas después de que haber muerto.
Junto al cadáver, que “tiene un balazo en la cabeza”, hallaron 16 cartuchos percutidos, pero será hasta tener las pruebas de ADN que se confirme su identidad y “no deje lugar a dudas”.
Un hombre que fue encontrado asesinado en la zona de Choix se presume que podría ser José Noriel Portillo, “El Chueco”, a quien atribuyen la responsabilidad del asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un turista en la comunidad de Cerocahui, en junio del año pasado.
De acuerdo con fuentes del Gobierno estatal, la Fiscalía se encuentra realizando las pruebas de rigor al cuerpo hallado en Choix para definir si se trata de José Noriel Portillo, “El Chueco”.
El cuerpo de José Noriel se localizó el día sábado 18 en la región de Choix, al llegar las autoridades se percataron que este traía una pechera y que presentaba heridas provocadas por disparos de arma de fuego.
EL ASESINATO DE LOS SACERDOTES JESUITAS
Los sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, de 79 y 80 años, respectivamente, fueron asesinados por Portillo Gil, el lunes 20 de junio de 2022, cuando los religiosos intentaron proteger al guía turístico Pedro Palma Gutiérrez, quien huía de un intento de secuestro por parte del presunto criminal.
Según los testimonios e investigaciones de las autoridades, el guía de turistas se refugió en la parroquia de San Francisco Javier, donde “El Chueco” ingresó violentamente, para después asesinar a los sacerdotes jesuitas y a Palma Gutiérrez.
Todo comenzó tras una serie de partidos de béisbol, los cuales fueron ganados por los Venados de Cerocahui contra los Cachorros de Urequi, equipo que supuestamente patrocinaba “El Chueco”, en las semifinales de la liga municipal de béisbol José Nuñez, “El Cheche”.
Según la Fiscalía estatal chihuahuense, molesto por las derrotas, Portillo Gil acudió al domicilio de dos jugadores del equipo rival, identificados como Paul Osvaldo y Armando Berrelleza Rábago. Al primero lo mató de un disparo de arma de fuego y al segundo lo privó de la libertad. Posteriormente prendió fuego a la vivienda de ambos hermanos.
Según explicó Roberto Javier Fierro Duarte -entonces titular de la FGE de Chihuahua-, durante una conferencia de prensa llevada a cabo el 22 de junio de 2022, después de asesinar a Paul Osvaldo y secuestrar a Armando, así como prenderle fuego al inmueble donde ambos jugadores se encontraban, unas horas después, “El Chueco” se trasladó al Hotel Misión Cerocahui, donde el guía de turistas fue sacado a la fuerza por el líder criminal, tras una discusión.
En un punto del trayecto Palma Gutiérrez logró escapar de sus captores y buscó refugio al interior de la parroquia de San Francisco Javier, donde los clérigos Javier Campos y Joaquín Mora intentaron ayudarlo. “El hombre anteriormente privado de la libertad se escapó y llegó policontundido [golpeado] al templo del pueblo, donde fue auxiliado por los religiosos”, detalló Fierro Duarte. Sin embargo, “El Chueco” los asesinó a los tres.
– Con información de Carlos Álvarez y Gerardo Ramírez, Noroeste