Amores Incompletos es un viaje introspectivo que lleva a José a enfrentarse con la verdad, pero sobre todo a él mismo, a la par que vive el duelo por una dolorosa pérdida en su vida. Un filme que viaja entre el drama y la comedia, y que ya está disponible en salas de cine.
Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo).- La ausencia inspiró al cineasta Gilberto González Penilla a escribir Amores Incompletos, su más reciente cinta en la vuelve a explorar a la familia, pero ahora a partir de la muerte de uno de sus integrantes.
El filme, que estrenó este jueves en salas de cines, sigue los pasos de José, interpretado por el actor Alejandro Camacho, un hombre de 65 años de edad que un día se encuentra solo y decide emprender un viaje en la búsqueda de respuestas.
«Tenía muchas ganas de contar una historia en la cual exista esta búsqueda de respuestas a partir de la ausencia, y ¿a qué me refiero con esto? Pues es la historia de José, un hombre de 65 años al que fallece su esposa, a los días se entera que ella tuvo tres amantes y decide recorrer toda La Baja para conocer a cada uno de ellos», cuenta el director Gilberto González en entrevista con SinEmbargo.
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«Para mí era importante hablar de cómo una persona mayor puede abordar la ausencia y un engaño que hace esta persona, y quise basarlo en un personaje maduro porque creo que es más difícil sacarlo de su cotidianidad, creo que una persona mayor tiene ya una estructura más establecida, la propia monotonía, les cuesta más como salirse que cuando se está joven, cuando se es joven es más fácil adaptarse a los cambios, que una persona mayor».
El director de Los Hámsters (2014) y el documental Conversaciones de un matrimonio (2014), explica que la idea de escribir esta historia que pasa a ratos entre el drama y la comedia, era poner a este personaje malhumorado en situaciones vulnerables para pegarle en sus prejuicios y entonces lograr hacer este viaje tanto «externo físicamente, como interno».
Gilberto González apela por una historia que con menos frecuencia se presenta dentro del cine mexicano actual, que es la de hombre de la tercera edad que no permite que su vida termine con la partida de su esposa.
«En realidad el cine que se hace son historias más jóvenes en Mexico, generalmente son comedias, y creo que dejan de lado la edad adulta, que es una edad que pocas veces es retratada. La construcción del personaje estuvo muy padre porque literal Alejandro Camacho lo que hizo fue apropiarse de José, él dejó de ser Alejandro Camacho y se convirtió en este hombre gruñón, enojón, simpático, vulnerable, y eso fue gracias a su sensibilidad».
José no tiene certezas, y es impulsado por los celos y la traición a un viaje que no hubiera hecho en ninguna otra circunstancia, sale de zona de confort para entonces enfrentarse a la verdad y de alguna manera así mismo, a la par que sobrelleva su duelo.
«La película toca varios temas, uno de ellos es el duelo, la familia, la vida en pareja, y justamente cómo esa persona enfrenta el duelo. Para mí era importante que este personaje lo afrontara de una manera introspectiva, que el se diera cuenta que con esa ausencia de sus esposa, él vea todo lo que dejó hacer y que se de cuenta que en realidad no hay que culpar al otro de las cosas que dejamos de hacer. La ausencia de ella es más bien una presencia constante porque a través de los agentes, a través del viaje, y a través de José podemos ir descubriendo quién era Elena».
Amores Incompletos es un viaje introspectivo que lleva a la transformación del personaje. Las inseguridades y vulnerabilidades de José se ven trastocadas para que entonces mutar.
Sin embargo, a aunque la premisa pudiera hacer caer que lo se verá en pantalla es un gran drama, lo cierto es que se no apega del todo a este género: «Es una comedia muy ligera, y creo que eso hace que la gente se identifique muy bien con la historia que está viendo».
El filme cuenta también con la actuación de Patricia Bernal (Elena), Silverio Palacios (Rodrigo), Manuel Landeta (Luigi Kapala), Johanna Murillo (Lupe), Hoze Melendez (Daniel), Edwarda Gurrola (Sonia) y Alejandra Gulmant (Valentina).
Además, como escenario de este viaje tiene a toda la Península de Baja California, de donde es oriundo el director y que describe como lugar con un constante cambio de vegetación y con una luz como la ninguno otro.
«Hay una gran variedad y es muy rico. Creo que acompaña muy bien a la historia porque cuando vemos estos paisaje, vemos empequeñecido a José. Como lo vemos chiquito en su auto, lo va empequeñeciendo el ambiente, y aparte pues está esta voz de Elena que va describiéndo los lugares por los cuales ella pasó, en lo que tuvo ciertas reflexiones».
El filme, que es dedicado a su madre, quien aún en vida tuvo la oportunidad de verla en pantalla grandes, está disponible en salas del circuito comercial de cines.
«Invito a la gente que vea esta historia, es una película en la cual van a disfrutar, van a reír, se van a conmover y van a ver otro tipo de comedia a la que estamos acostumbrados y de la cual generalmente nos muestra el cine mexicano. Van a ver a grandes actores interpretando a personajes muy peculiares y van a ver a Alejandro Camacho como nunca antes lo han visto haciendo este papel».