Veracruz cuenta con hermosos sitios y sin duda la zona arqueológica de El Tajín es uno de los más representativos, un lugar lleno de historia que maravilla a todos sus visitantes.
Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo).- Este mes se realiza la Cumbre Tajín, un festival cultural que lleva a sus visitantes a conocer y aprender acerca de los saberes de los Totonacas, a disfrutar de comida rica y a bailar y cantar con los conciertos que se tienen preparados. Con esto en mente, compartimos cinco datos de la zona arqueológica de El Tajín, un lugar muy especial que sigue maravillando a los especialistas.
¿Qué significa Tajín? Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la palabra «Tajín» es “el gran humo” o “el trueno”, esto en totonaca. El INAH indica que se le conoce como kawi’aksahila s’chik taji’n, es decir, «la casa de los truenos». Además, la zona arqueológica de El Tajín fue nombrada Patrimonio Mundial en 1992.
El Tajín fue una ciudad que floreció en el periodo Epiclásico, es decir, del 800 al año 1100 d.C., en ese tiempo, de acuerdo con el INAH, construyeron más de cinco edificios emblemáticos que se encuentran en armonía con el cerro del oriente. En el edificio de los Nichos se registra un evento solar en del ciclo llamado cuartos de año que consiste en que el sol desciende desde el edificio q ilumina todo y el resto del lugar está en oscuridad, esto ocurre del 17 al 25 de marzo.
La arquitectura de sus construcciones hace referencia a la dualidad. El INAH ejemplifica este detalle con la construcción del talud-tablero con un nicho central y una cornisa, esta se puede ver de frente o de cabeza y al final tendrá siempre los mismos planos: el Nicho o la representación del caracol en el centro.
«Al parecer, los antiguos habitantes de El Tajín quisieron dejar un mensaje dentro de las imágenes espejo: el movimiento como representación de armonía y equilibrio, principalmente entre el hombre y la naturaleza», se lee en la información del INAH.
En El Tajín los grandes espacios abiertos se delimitan por templos y desniveles. Los nichos, relieves y la pintura mural son característicos. La construcción que más llama la atención es la Pirámide de los Nichos, en esta, cada tablero de la fachada está decorado con nichos que forman un total de 365, un dato especial para la cosmovisión Mesoamericana.
En la zona arqueológica El Tajín hay 21 canchas de juegos de pelota de dos tipos: el de competencia y el ritual. El ritual se usaba para pedir equilibrio y sustento para el hombre, en este se hacía la petición y se entregaba una ofrenda que consistía en regar a los 4 vientos sangre, lo más valioso que posee el hombre, aunque esto sólo se hacía en cambios de era o fechas que resultaran demasiado importantes.
Destaca que las dos deidades principales de El Tajín eran Quetzalcóatl, dios del sol y Tláloc, dios de la lluvia, ambos representan la dualidad y el equilibrio del universo y la Tierra.