Para analistas, abogados, expertos en seguridad y exmandos policiales es necesario que la FGR abra las investigaciones para los colaboradores del exsecretario de seguridad de Genaro García Luna que aún siguen libres o en instituciones de seguridad.
Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).- La élite policial de Genaro García Luna que lo acompañó durante su paso por las instituciones de seguridad en los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) también debe de ser investigada y procesada a partir de la decisión que tomó un jurado al encontrar al exsecretario de Seguridad Pública culpable de haber recibido sobornos del narco, coincidieron quienes en su momento le advirtieron al expresidente Felipe Calderón sobre los nexos de su mano derecha en materia de seguridad con el crimen organizado.
El pasado martes 21 de febrero, el jurado de la Corte Este de Brooklyn encontró a Genaro García Luna culpable de los cinco cargos en su contra, entre los cuales está el de dirigir una organización criminal durante un largo periodo. Una vez que se dio a conocer el veredicto se confirmó lo que en México se había denunciado por años: que Genaro García Luna colaboró con los cárteles de la droga mientras era el Secretario de Seguridad Pública del Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
No obstante, los exmandos policiacos, analistas, políticos y hasta militares que denunciaron por años sus vínculos ahora han exigido que se investigue también a los colaboradores del llamado «súper policía” que lo acompañaron desde que fue director de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI), en el Gobierno de Vicente Fox, hasta su salto a la Secretaría de Seguridad Pública de Felipe Calderón.
“Lo que esperamos ahorita es que la investigación se abra, porque no pudo Genaro García Luna hacerlo solo, se tiene que abrir hacia abajo, hacia los lados y hacia arriba […] (Los demás implicados en el caso de Genaro García Luna) tienen que ser investigados y castigados. Y si no pueden mandarlos a los Estados Unidos, que lo hagan aquí en México”, dijo en entrevista con SinEmbargo el abogado José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Javier Herrera Valles, excoordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva, quien fue uno de los funcionarios que alertó a Calderón de los vínculos de su máximo jefe policial, destacó que el fallo contra García Luna envía un fuerte mensaje para las autoridades mexicanas, ya que es urgente que investiguen a sus socios.
“No nada más era Genaro García Luna, tenía muchísimos socios aquí en México, ya conocemos sus nombres: principalmente Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, también mencionados ahí en el juicio de Estados Unidos, pero definitivamente habría de mencionar a Facundo Rosas, Mara Espinoza de Benito, Víctor Gerardo Garay Cadena, Francisco Javier García Palacios, Benito Roa Lara, Patricio Patiño, etcétera”, señaló.
El exmando policial recordó que hay al menos tres carpetas de investigación en las que él declaró como testigo y dio testimonio, por lo que dijo que tiene esperanza que el fallo contra García Luna sea un parteaguas para que México ponga atención, que la FGR investigue y actúe en consecuencia.
“Hay tres órdenes de aprehensión aquí en México contra Genaro García Luna, que de poco van a servir contra él, pero para todo su clan, es decir, todos sus socios, sí hay elementos en donde pueden robustecer [la investigación] y actuar en consecuencia”, destacó.
Herrera Valles también puso énfasis en que el extitular de la Secretaría de Seguridad Pública tiene muchos socios que aún siguen en instituciones policiacas, de seguridad pública tanto en la Fiscalía General de la República (FGR), Guardia Nacional y en las secretarías en los estados.
“Esa gente, que está disfrutando su fortuna, tiene que ser llevada a los banquillos de los acusados”, destacó.
LA ÉLITE DE GARCÍA LUNA
Luis Cárdenas Palomino, Ramón Eduardo Pequeño García, Francisco Javier Garza Palacios, Facundo Rosas Rosas, Vidal Diazleal Ochoa, Víctor Garay Cadena, Luis Manuel Becerril Mina, Armando Espinoza de Benito, Mario Velarde Martínez, Francisco Navarro Espinosa y María Cervantes Guerrero son los nombres de esa élite que ha sido señalada de colaborar con García Luna.
Al concluir el sexenio de Felipe Calderón, varios elementos del grupo de García Luna siguieron sus carreras en el ámbito de la seguridad pública. Algunos continuaron en dependencias federales, como reconoció la actual administración al revelar en 2020 que al menos 18 elementos policiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Protección Civil (SSPC) eran cercanos al Jefe Policial del último sexenio panista, mismos que fueron cesados por este vínculo.
Pero otros más se dispersaron a lo largo del país y ocuparon altos cargos como titulares de secretarías estatales o desempeñándose como jefes policiacos o asesores.
De acuerdo con lo que se reveló durante el juicio contra García Luna, eran al menos 15 “jefes” los que conformaban este grupo de élite, una especie de “mini-cártel”, como dijeron los fiscales de Estados Unidos, que en el desarrollo del juicio unieron, ante el Juez Brian Cogan y el jurado, cada uno de los cabos este presunto grupo criminal con sede en México.
“El cártel [creció] y los egos también”, expresó la Fiscal Saritha Komatireddy, el 15 de febrero pasado, al exponer cómo García Luna y los 15 miembros de su grupo fueron, de algún modo, parte de los cárteles al apoyar más a Ismael “El Mayo” Zambada y a Joaquín “El Chapo” Guzmán y menos a Arturo Beltrán Leyva, quien se sintió traicionado.
La información de los fiscales estadounidenses incluso fue retomada al día siguiente, 16 de febrero, por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su conferencia matutina mostró un organigrama titulado “El Cártel de Genaro García Luna”, en el que se detalló cómo estuvo conformada la operación de su presunta red criminal en México.
En el nivel más alto del organigrama se colocó al Secretario de Seguridad Pública federal en el Gobierno de Calderón Hinojosa. Después aparecen los nombres de Luis Cárdenas Palomino y Ramón Eduardo Pequeño, otros exfuncionarios cercanos que han sido mencionados en el juicio por haber recibido sobornos.
Más abajo aparecieron los nombres de Armando Espinosa de Benito, Facundo Rosas, Edgar Millán, Iván Reyes, Víctor Garay Cadena, Édgar Bayardo y Francisco J. Gómez Meza. Y al final, se ubica Norberto Vigueras, Fidel, Jorge, Guillermo Báez, Eloy y Víctor Hugo García.
La operación de este grupo de los súper policías de García Luna fue exhibida desde la primera semana del juicio con el testimonio de Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, quien describió y dio detalles de las reuniones de los Beltrán Leyva con altos funcionarios de la Policía Federal para dar millonarios sobornos a cambio de protección en el marco de la lucha contra el crimen organizado.
El 23 de enero, “El Grande” expuso que las reuniones donde se pagaba a las autoridades se hacían en plena capital mexicana y no sólo acudía García Luna, sino también su mano derecha, Luis Cárdenas Palomino, quien junto con otro colaborador de García Luna, Ramón Pequeño, fueron acusados en Estados Unidos de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa.
En esas reuniones asistían también líderes del cártel, incluidos Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, quien en el pasado ya ha acusado a altos funcionarios de recibir sobornos de parte de los grupos criminales. “Ponían la maleta, la abrían, enseñaban [el dinero] y la cerraban”, dijo sobre cómo se entregaban los dólares en fajos de 100 cada mes, en una casa de seguridad, la mayoría de las veces frente al centro comercial Perisur, en la Ciudad de México, cerca del lujoso barrio Jardines de la Montaña.
La foto de Luis Cárdenas Palomino fue agregada apenas debajo de García Luna. Él fue director general de Investigación Policial, una posición clave en el Gobierno.
“Luis iba a la casa”, dijo Villarreal Barragán, en referencia a Cárdenas Palomino y a la casa de seguridad donde se reunía Arturo Beltrán Leyva con líderes policiacos federales para pagarles su soborno mensual y afinar acciones posteriores.
A la pizarra se fueron sumando otras fotos de personajes con posiciones clave en la AFI —en el Gobierno de Fox— que eran importantes para asegurar la operación del Cártel de Sinaloa, dijo “El Grande”. Llegó el rostro de Iván Reyes Arzate, conocido como “La Reina”, quien se declaró culpable en los cargos en su contra por narcotráfico en Estados Unidos. Logró ser comandante de la Unidad de Investigación Sensible (“SIU”) de la Policía Federal mexicana, desde donde compartió información “sensible” con el narco.
También se integró la imagen de Ramón Pequeño García, quien fue jefe de Inteligencia la Policía federal mexicana, y el rostro de Víctor Gerardo Garay Cadena, exjefe de la Policía Federal. Otros agregados fueron Édgar Bayardo del Villar y Francisco Javier Gómez Meza, éste último desplegaba en la AFI a los comandantes por cada región.
¿QUÉ PASÓ CON LOS «SECUACES»?
Genaro García Luna empezó a conformar a su equipo de colaboradores desde que estuvo en el hoy extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), donde trabajó entre los años 1989 y 1998. Ahí empezó como investigador de la Subdirección de Asuntos Extranjeros y escaló hasta ser Subdirector de la Dirección de Protección, bajo las órdenes del Almirante Wilfrido Robledo Madrid, a quien señalan como el padrino y protector de García Luna.
Una vez que el «súper policía» de Calderón terminó su cargo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, varios integrantes de su círculo continuaron en el Gobierno federal durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero al concluir también fueron investigados y ahora se encuentran prófugos de la justicia, como Tomás Zerón de Lucio, que se fue a la PGR y ahora huye tras ser acusado dentro del caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Luis Cárdenas Palomino —mano derecha de García Luna que está preso en el Altiplano por tortura— así como Ramón Eduardo Pequeño García, exjefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal (PF), son los subalternos que más se les ha relacionado con García Luna y también están acusados en Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos dice que tanto Pequeño García como Cárdenas Palomino “aceptaron millones en sobornos para proteger al Cártel de Sinaloa”.
Otros integrantes de la “camada de García Luna” se fueron a las entidades federativas a desempeñar cargos en secretarías o direcciones de seguridad pública. A la fecha, varios colaboradores ya han sido detenidos tanto por autoridades estadounidenses como mexicanas, mientras que otros fueron asesinados y unos más viven con señalamientos por diversas irregularidades en sus funciones públicas.
Los casos más recientes de dos elementos policiales del grupo de García Luna que probaron suerte en los estados y que enfrentaron a la justicia son Facundo Rosas Rosas, exsecretario de Seguridad Pública de Puebla, y el ahora fallecido Porfirio Javier Sánchez Mendoza, en su momento Secretario de Seguridad Pública de Aguascalientes.
Porfirio Javier Sánchez Mendoza ingresó en 2018 al equipo del Gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, quien lo nombró Secretario de Seguridad Pública. Sin embargo, fue arrestado en 2022, después fue liberado y regresó a la Secretaría de Seguridad, pero el pasado 17 noviembre falleció en la caída de un helicóptero.
Facundo Rosas Rosas, exsecretario de Seguridad Pública Estatal de Puebla en tiempos de Rafael Moreno Valle y excomisionado de la Policía Federal, fue detenido el 27 de enero de 2022 por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CdMx) por atropellar a una mujer, quien perdió la vida; sin embargo, cuando se encontraba bajo arresto por el homicidio, elementos de la FGR le ejecutaron una orden de aprehensión por su presunta participación en el operativo “Rápido y Furioso”.
El exsecretario de Seguridad de Puebla estuvo en prisión solo unos meses, pero fue liberado en julio del año pasado tras alcanzar un acuerdo económico con la familia de la mujer a quien atropelló. También ganó un amparo que revocó el auto de formal prisión por su presunta responsabilidad en el denominado operativo «Rápido y Furioso», cuando fungía como Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial en el Gobierno federal.
Luis Cárdenas Palomino, considerado la mano derecha de García Luna cuando estuvo a cargo de la AFI, fue detenido en julio de 2021 en un fraccionamiento de Naucalpan en el Estado de México. Otro de los llamados “súper policías” fue aprehendido por la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Marina acusado de tortura en contra de Sergio Cortés Vallarta, Eduardo Estrada Granados, Ricardo Estrada Granados y Mario Vallarta Cisneros, hermano de Israel Vallarta Cisneros, a quienes se acusa de ser parte de una supuesta banda criminal de secuestradores, “Los Zodiaco”.
Actualmente se encuentra preso en el penal federal de El Altiplano, en el Estado de México. Sin embargo, no solo está acusado en México. El 30 de julio de 2020, autoridades federales de Estados Unidos que llevan la causa contra el exsecretario García Luna lo acusaron formalmente a él y a Ramón Eduardo Pequeño.
El pasado 9 de febrero, Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) señaló que el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito —cuyo presidente es Jorge Antonio Cruz Ramos y cuenta con los magistrados María Elena Rosas López y Pablo Domínguez Peregrina— emitió una resolución, que no se puede apelar, con la cual tendrán que descongelarse los bienes del “súper policía” del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Gómez destacó que, aunque Cardenas Palomino seguirá preso por los procesos que se le siguen, tendrá acceso a su dinero, presuntamente corrupto.
Ramón Eduardo Pequeño García, quien fue el titular de la División Antidrogas en el periodo de García Luna, al igual que Cárdenas Palomino, fue acusado en Estados Unidos de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa. De acuerdo a los fiscales estadounidenses ambos “permitieron al Cártel de Sinaloa operar con impunidad en México” durante años. Además, también cuenta con una orden de captura emitida por jueces mexicanos por el delito de tortura.
Pequeño García estaba al mando del monitoreo de las cámaras de seguridad de los Centros Penitenciarios de Máxima Seguridad a Plataforma México, cuando Joaquín “El Chapo” Guzmán se fugó del penal del Altiplano I, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México. En julio de 2015, fue cesado de su cargo por instrucción del entonces Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Actualmente se encuentra prófugo de la justicia de Estados Unidos.
Vidal Díazleal Ochoa se encuentra sujeto a un proceso penal por delitos relacionados con el ejercicio indebido del servicio público, pues es acusado, —junto con Judith Aracely Gómez Molano, exoficial mayor de la extinta Procuraduría General de la República (PGR)— por uso indebido y desvío de recursos en la gestión de Jesús Murillo Karam.
Diazleal Ochoa fue el coordinador de la Policía Federal en Chihuahua de 2008 a 2010 y fue en 2011 titular de la Policía Federal Ministerial, de la extinta AFI que dirigía Genaro García Luna.
Maribel Cervantes Guerrero, exsecretaria de Seguridad Pública del Estado de México, promovió a inicios de enero de 2022 un amparo para conocer si la Fiscalía General de la República ha solicitado alguna orden de aprehensión en su contra, a raíz de la investigación por el operativo “Rápido y Furioso”.
Cervantes Guerrero también fue parte de la Secretaría de Seguridad Pública Federal en tiempos de García Luna. Fue designada por Felipe Calderón como Comisionada General de la Policía Federal, en febrero de 2012, en sustitución de Facundo Rosas Rosas.
Víctor Garay Cadena fue quien relevó en el cargo a Édgar Millán como comisionado de la Policía Federal. Él estuvo a cargo del Operativo contra Mauricio Harold Poveda, “El Conejo”, en una casa de colombianos presuntamente ligados a los hermanos Beltrán Leyva.
Fue detenido en 2008 por sus presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa, luego de declaraciones de un testigo protegido, “El Tigre”, un ex colaborador del equipo de García Luna. Garay Cadena fue exonerado en 2013 y pidió su reinstalación a la Policía Federal, pero le fue denegada.
Luis Manuel Becerril Mina fue director de Intervención y de Apoyo Logístico de la Dirección de Operaciones Especiales de la AFI. Posteriormente encabezó la dirección general de la Policía Ministerial del estado de México, en 2008.
En 2010, cuando era director de Seguridad Pública de Bahía de Banderas, en Nayarit, fue detenido por elementos de la entonces PGR, después que Sergio Villarreal, alias “El Grande”, segundo al mando en el cártel de los Beltrán Leyva, dijo que Becerril Mina era cómplice de esa organización delictiva.
“El Grande” también acusó en sus declaraciones que Luis Cárdenas Palomino y Armando Espinosa de Benito estaban presuntamente ligados al grupo criminal, según consignaron medios de comunicación en su momento.
Otros de los integrantes que han sido identificados como parte del círculo cercano a Genaro García Luna fueron asesinados durante la misma guerra contra el crimen organizado.
Édgar Millán Gómez era comisionado de la Policía Federal, tercero al mando en jerarquía de la Secretaría de Seguridad Pública en los tiempos de García Luna.
El también director de Despliegue Regional Policial de la Policía Federal Preventiva (PFP) en México fue asesinado a balazos la madrugada del 8 de mayo de 2008 en el barrio de Tepito, en la Ciudad de México.
Roberto Velásco Bravo fue director del Crimen Organizado de la Dirección General de Análisis Táctico de la AFI. También ha sido señalado por presuntos vínculos con la delincuencia organizada. Lo asesinaron el 1 de mayo de 2008 en la entonces Delegación Miguel Hidalgo, de la Ciudad de México.
Según declaraciones de Jesús Reinaldo Zambada García, alias “El Rey” y hermano del capo Ismael “El Mayo” Zambada, Velasco trabajaba para los Beltrán Leyva.
Aristeo Gómez Martínez fue director de la Jefatura del Estado Mayor de la Policía Federal Preventiva. Investigaciones periodísticas lo acusaban de tener nexos con el narco. A Gómez lo mataron a inicios de mayo de 2008, en calles de la colonia Terreros, en la entonces Delegación de Coyoacán, en la capital del país.
Édgar Enrique Bayardo del Villar, alias “El Jugos”, fue Subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada en el estado de Tlaxcala y posteriormente se le nombró inspector de Operaciones de la Policía Federal Preventiva.
Era ahijado del “Rey” Zambada. Fue arrestado por presuntos nexos con el crimen organizado, pero se volvió testigo protegido y pretendía declarar contra Víctor Garay Cadena, otro allegado a García Luna. Fue asesinado el 1 de diciembre de 2009 en la Ciudad de México.
Igor Labastida Calderón, entonces comandante de la Policía Federal Preventiva, fue investigado en 2004 por su posible vinculación con el Cártel de Sinaloa, pero no le comprobaron su culpabilidad.