Para Chiapas, Oaxaca y Guerrero, el subíndice de Educación no es su único problema. El rezago también está presente en otros aspectos, como Salud, Ingresos y hasta mortalidad infantil, donde aparecen constantemente en los últimos lugares a nivel nacional.
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– Los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas registran para 2020 los mayores rezagos en cuestión educativa de México, de acuerdo con un informe realizado a nivel municipal publicado esta semana, aunque en general se reconocen avances lentos y menores. Estas tres entidades son también las que registran los peores subíndices de salud, mortalidad infantil, ingresos y desarrollo humano.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó el miércoles su Informe de Desarrollo Humano Municipal 2010-2020: una década de transformaciones locales en México, donde analizó, entre otras variables, el rezago en educación, salud, ingresos, índice de desarrollo humano y mortalidad infantil.
En prácticamente todas las mediciones, los municipios de estas tres entidades del país se colocan como las de más bajo promedio.
EDUCACIÓN: «PASO LENTO» EN AVANCES
El informe precisa que el subíndice de Educación promedio en todos los municipios del país fue de 0.66, es decir, un 1.5 por ciento más alto que en 2015 y un 8.1 por ciento más que en 2010.
Pero los detalles son más duros, ya que, a pesar de los avances en cuestión por ejemplo de años de escolaridad, el promedio nacional es de 9.23 años en mayores de 25 años, lo cual «se encuentra todavía lejos del estándar de referencia internacional, que toma como valor máximo 18 años de escolaridad, equivalentes a completar seis años de educación superior».
«Lo anterior representa un gran reto educativo en los municipios, puesto que más del 90 por ciento de los municipios mexicanos se encuentran aún en niveles medios y bajos» en educación, mientras que «únicamente nueve municipios se encuentran en un nivel muy alto, es decir, con un valor mayor a 0.8 en el subíndice, que tiene el 1 como valor más alto.
Por ejemplo, el valor más bajo en educación se dio en el municipio de San Martín Peras, en Oaxaca, con un subíndice de 0.304 y 8.5 años esperados de escolaridad. Comparado con el valor máximo, registrado en la Alcaldía Benito Juárez, de la Ciudad de México, la diferencia es de casi siete años, pues registra un subíndice de 0.89 y 15.3 años esperados de escolaridad.
Las cifras se sostienen debido a que los años promedio de escolaridad pasaron de 8.64 en 2015 a 9.23 años en 2020. Este es medido por la escolaridad alcanzada por personas de 25 años y más. pero se registró una caída de 0.3 años en el indicador de años esperados de escolaridad, que pasaron de 13.1 a 12.8 años, los cuales son medidos por la matriculación en personas menores de 25 años.
«La disminución en las tasas de matriculación encontrada en los datos del Censo 2020 se vio potenciada en los meses posteriores al periodo de levantamiento del Censo, que se dio durante y a lo largo de las semanas subsecuentes a la declaración de la pandemia de la COVID-19 por la OMS y el decreto de suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos en México», reconoce el informe.
«Aunado a lo anterior, otros factores han incidido de forma negativa en el nivel de matriculación, como la duración de los cierres temporales y el cambio de modalidad a educación a distancia en planteles educativos de todos los niveles, como medidas para frenar los contagios de la COVID-19», completó.
En el promedio por estado de la república del subíndice de Educación para 2020, aparecen precisamente Guerrero, Oaxaca y Chiapas, todos ellos por debajo del subíndice de 0.6, siendo el más bajo Chiapas.
A pesar de los rezagos generales de esas entidades en la década analizada, Guerrero fue uno de los que más creció en el subíndice de Educación –el quinto a nivel nacional– y también Oaxaca –el noveno en esa lista–, que se se ubicaron en el top-10. Chiapas se ubicó en el sitio 13 de 32 entidades. Sin embargo, aunque hay avances, en la imagen completa siguen estando por detrás del resto.
A nivel nacional, «los cambios en este subíndice han sido positivos en todos los estados, aunque el ritmo de los avances es lento», detalla el informe. «Salvo cuatro estados, los avances entre 2010 y 2020 fueron mayores al cinco por ciento. Sin embargo, entre 2015 y 2020, los avances fueron más lentos», pues el 83.8 por ciento de los municipios logró aumentar, mientras que en 394 municipios se presentó una disminución.
El informe lanzó una advertencia a los estados de Baja California, Sonora y Ciudad de México, los cuales presentaron una disminución en el subíndice de educación en los últimos cinco años (2015-2020). A pesar de la caída, la capital mexicana tiene aún las mejores cifras en promedio que el resto del país.
«Como se mencionó antes, pese a que las tasas de matriculación en educación superior han crecido a lo largo de la década, México sigue teniendo un largo camino que recorrer en estos niveles educativos para alcanzar a sus contrapartes en términos del subíndice de educación», concluye el informe.
Además, el documento advierte que, en términos geográficos, «la heterogeneidad del desarrollo en educación persiste». Se refiere a que los municipios que engloban a las ciudades capitales de los estados «registran mayores niveles en el subíndice de educación, dejando sentada la polarización educativa que existe entre los municipios del país». «Los cambios en este subíndice en la última década han sido positivos en todos los estados del país; sin embargo, el ritmo de los avances es lento», insistió también en este caso el informe.
«Con excepción de los resultados en el interior de las alcaldías de la Ciudad de México, se observa un rango bastante amplio entre los municipios con valores máximos y mínimos en cada entidad. Los puntos al centro de las líneas por entidad muestran promedios, ajustados por el tamaño de los municipios, según los cuales la Ciudad de México, Sinaloa y Aguascalientes tienen los valores más altos entre los estados mexicanos, mientras que Guerrero, Oaxaca y Chiapas, los valores más bajos», finaliza.
A pesar de ello, los 10 municipios con el mayor rezago educativo en el lustro 2015-2020 estuvieron ubicados en municipios de otras entidades: Chihuahua (Batopilas de Manuel Gómez Morín, Carichí y Bocoyna); Sonora (San Felipe de Jesús, Rosario y Arizpe); Jalisco (Mezquitic); Michoacán (Tarímbaro) y Campeche (Hopelchén).
LAS ENTIDADES REZAGADAS
Para Chiapas, Oaxaca y Guerrero, el subíndice de Educación no es su único problema. El rezago también está presente en otros aspectos. El Índice de Desarrollo Humano (IDH), que se usa para identificar el avance de las personas en relación con las capacidades básicas a las que tienen acceso en términos de salud, educación o ingreso, de acuerdo con el PNUD, también los coloca por debajo de todos.
A nivel general, Guerrero, Oaxaca y Chiapas (de mayor a menor) se ubican en los últimos tres lugares del IDH Municipal promedio por entidad federativa para 2020. Lo mismo ocurre –en el mismo orden– cuando se analiza el Subíndice de Ingresos municipal promedio por entidad federativa para ese año.
Es el mismo caso para el Subíndice de Salud municipal promedio por entidad federativa para 2020. En el apartado de mortalidad infantil, dice el reporte, «Chiapas, Oaxaca y Guerrero tienen las mayores prevalencias». «Cabe señalar que estas no son estas las únicas entidades con municipios con alta mortalidad infantil, ya que Puebla, Veracruz, Yucatán y Sonora cuentan también con municipios con rezagos importantes en esta materia», agrega.
Y es el informe concluyó que «los municipios con menor IDH dependen casi exclusivamente de las transferencias federales». «Esta dependencia empieza a disminuir lentamente en los niveles medios de desarrollo, y disminuye más en los niveles altos y muy altos (…) Esto evidencia la capacidad recaudatoria y el acceso a mecanismos de financiamiento de los municipios con mayor nivel de desarrollo, así como la falta de acceso a estas opciones en los municipios más rezagados».
Otra de las conclusiones del informe es clara: incluso cuando hubo buenas noticias, no se trata de algo generalizado en los estados y mucho menos en los municipios: «Por un lado, aun cuando el promedio en los subíndices de salud y educación aumentaron, estos avances no fueron consistentes en todos los estados. Más aún, las gráficas agregadas por entidad muestran que en todas las dimensiones existen brechas importantes en su interior, con valores máximos y mínimos que distan significativamente en los estados».
«La desigualdad en los municipios presenta diferentes aristas desde una perspectiva territorial y demográfica. No solo hay diferencias entre los ámbitos municipales, sino que la cercanía con las zonas urbanas mostró, en general, contribución al desarrollo de los municipios menos poblados a su alrededor (municipios pequeños en zonas metropolitanas)», añadió el informe.