Lyle fue declarado culpable de homicidio involuntario por la muerte de Juan Ricardo Hernández, de 63 años. Durante la audiencia, el actor se disculpó con la familia del hombre.
Por Gisela Salomon
MIAMI (AP) — El actor mexicano Pablo Lyle fue sentenciado el viernes en Miami a cinco años de prisión y ocho años de libertad condicional por homicidio involuntario tras una confrontación por un incidente vehicular ocurrido en 2019.
La condena tiene lugar casi cuatro años después de haber sido acusado por la muerte de Juan Ricardo Hernández, un hombre de 63 años al que golpeó en la vía pública. La jueza Marisa Tinkler Mendez dictó la sentencia al final de una audiencia de más de tres horas realizada en los tribunales estatales, dos meses después de haber rechazado un pedido de Lyle para un nuevo juicio y de ratificar el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado de seis miembros.
El actor de telenovelas de 36 años, quien apareció en la serie de Netflix “Yankee” y en la película “Mirreyes contra Godínez”, enfrentaba una condena máxima de 15 años en prisión. Sus abogados pedían que fuera reducida a un año.
Como parte de la sentencia, la jueza le condenó también a aprender a resolver conflictos, y a 500 horas de trabajo comunitario.
Vestido con uniforme de presidiario rojo, con esposas en sus muñecas, Lyle escuchó la sentencia sentado. Poco antes había expresado su arrepentimiento por su accionar.
“Lo siento mucho”, dijo en español dirigiéndose a la familia de Hernández. “Es la disculpa más sincera, con mi corazón”.
Luego de un juicio de poco más de una semana, Lyle fue declarado culpable en octubre de homicidio involuntario por la muerte de Hernández con el que tuvo un altercado por un incidente automovilístico en las cercanías del aeropuerto de Miami.
Hernández, quien era de origen cubano, recibió un puñetazo del actor y pocos días después falleció en un hospital por una lesión cerebral. El incidente quedó grabado en cámaras de seguridad.
La magistrada dijo que Lyle tomó una “mala decisión” como consecuencia de su ira y “tiene que hacerse responsable” por esas acciones.
“La evidencia muestra que la acción del señor Lyle fue un acto de violencia”, dijo la jueza Tinkler Mendez, tras explicar que la sentencia del actor había sido una de las decisiones más difíciles de su carrera judicial. “Nada va a aliviar el dolor de la familia” de Hernández, indicó.
La audiencia incluyó el testimonio de Lyle, su cuñado, su hermana y su esposa. También habló uno de los hijos de Hernández, su prometida y su madre, que tiene 92 años y vive en Cuba.
Los abogados de Lyle habían pedido que el juicio y el veredicto fueran anulados, bajo alegatos de que hubo inconsistencias y no se admitieron pruebas ni testigos que habrían demostrado que el actor actuó por temor a su vida y la de sus hijos.
Desde el principio del proceso judicial, la defensa señaló que Lyle actuó en defensa propia y volvió a repetirlo en la audiencia de la sentencia, a pesar de que ese alegato ya había sido descartado por el jurado que dictó el veredicto y por una corte de mayor jerarquía, que fue la que ordenó devolver el caso a juicio.
El actor permanece detenido desde que los seis miembros del jurado emitieron su veredicto el 4 de octubre, ya que la jueza le negó su pedido de continuar bajo el arresto domiciliario en el que estaba hasta ese momento.
El incidente vehicular ocurrió en marzo de 2019, cuando el cuñado de Lyle trasladaba al actor, su esposa y sus dos hijos al aeropuerto.
De acuerdo con los videos de seguridad, Hernández paró su vehículo en un semáforo en rojo, bajó y se acercó a la ventanilla del conductor del automóvil en el que iba el actor para reclamar que le habían cerrado el paso.
El cuñado de Lyle bajó del carro y discutió con Hernández, pero cuando vio que su vehículo se estaba moviendo regresó a su asiento. Entonces Lyle, que estaba en el lugar del copiloto, bajó, corrió hacia Hernández y lo golpeó en el rostro, según los videos.
El automóvil con el actor se retiró del lugar, y Hernández quedó tendido en el piso, solo. Horas después, el actor fue detenido en el aeropuerto de Miami, cuando estaba por abordar un avión rumbo a México.