Ante la falta de acción rápida, de información o de interés de las autoridades, los familiares de personas que desaparecen por distintas razones han recurrido en las últimas semanas al cierre de calles, avenidas, carreteras para poner en el centro la ausencia de sus seres queridos y así forzar a las autoridades a responder ante sus casos.
Ciudad de México, 11 de febrero (SinEmbargo).– Son personas desesperadas: madres, padres, hermanos y hermanas, hijos, sobrinos, tíos. Vecinos, amigos, compañeros, colegas y conocidos. Protestan y cierran calles y avenidas más o menos grandes, incluso autopistas. Exigen la actuación de quienes los gobiernan: son personas que han encontrado en este tipo de bloqueos y cierres una manera de presionar a las autoridades a buscar a sus desaparecidos o desaparecidas.
Ha ocurrido sobre todo en los últimos meses: un niño, o adolescente, o una joven, desaparecen en Ciudad de México o en el Estado de México. Ante la lentitud de la búsqueda, salen a las calles a protestar. Cierran carreteras, avenidas principales, con pancartas con el nombre de su familiar. Con hashtags. Con fotos y con las alertas ámber o de desaparición emitidas.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió apenas este mes, cuando Ángela Olguín, una adolescente, fue reportada como desaparecida por su madre, que entró a los baños del paradero de Indios Verdes, en el norte de la CdMx, y cuando salió ya no vio a su hija.
Familiares y amigos protestaron en la zona y también cerraron la carretera México-Pachuca, que conecta Indios Verdes con el Estado de México y es una de las principales arterias de la Zona Metropolitana. El caso alcanzó una gran cobertura mediática y la joven apareció tres días después. La Fiscalía capitalina afirma que no fue privada de su libertad y que fue "voluntaria" su partida de donde supuestamente desapareció.
El mismo fin de semana de la aparición de Ángela, Karla Itzayana Guadalupe Morales fue localizada con vida 20 días después de que fuera vista por última vez en la colonia Ajusco de la Alcaldía Coyoacán y a dos días de que su familia bloqueara la autopista México–Pachuca para acelerar su búsqueda, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ–CdMx).
“Localizaron sana y salva a una joven mujer reportada como ausente desde el pasado 5 de enero, por lo que hubo bloqueos en la autopista México-Pachuca”, explicó el vocero de la dependencia, Ulises Lara.
Otro caso reciente fue el del niño Dilan Soto, que se extravió en la Alcaldía Venustiano Carranza. Sus familiares y conocidos bloquearon la Calzada México.Tacuba y extendieron su protesta hasta la conexión con Circuito Interior el jueves, un día después de que fuera reportado. La policía lo encontró caminando en la misma demarcación el día de la manifestación.
Un caso similar ocurrió en días pasados en Ecatepec, municipio mexiquense colindante con la capital. El niño Juan Carlos Ramos salió de su casa para hacer un trabajo escolar con un compañero el miércoles, pero nunca volvió a casa. Los padres denunciaron su desaparición y realizaron un corte en la Avenida Central.
El bloqueo, realizado a la altura del Metro Ecatepec, fue replicado por sus vecinos y familiares en otra avenida importante de la zona, la R-1, unas horas más tarde. El jueves, elementos de las células de búsqueda de Ecatepec lo encontraron en la casa de una tía y más tarde fue entregado a sus padres sano y salvo.
En otros estados, como Jalisco, Guerrero y Colima, este tipo de protestas y bloqueos se ha replicado, como una forma de presionar a las autoridades a avanzar en la investigación de cada caso.
"ES POR URGENCIA, POR NECESIDAD"
Las protestas pasaron a ser manifestaciones frente a fiscalías y edificios gubernamentales para ser llevadas –literalmente– a las calles y avenidas, e incluso carreteras.
Esta forma de presión a las autoridades genera dos situaciones: un bloqueo que podría llamar la atención de los medios, y por lo tanto dar a conocer un caso particular, y la necesidad precisamente de las autoridades de responder al llamado de justicia.
"No es una estrategia, es por urgencia, es por necesidad, uno no está pensando en qué va a pasar, uno lo que va a hacer es quejarse y decirle a las autoridades que hagan algo porque uno siente desesperación", aseguró a SinEmbargo una compañera de una joven desaparecida en el Estado de México que prefiere identificarse como "Sally".
"Yo lo hice por un familiar mío que no aparecía y ves que no hacen nada y lo único que se nos ocurre es bloquear la avenida, a ver si así aunque sea te dicen si ya están buscándolo. Y pues en mi caso, lo encontramos vivo, y sí nos ayudaron, fue la policía que lo encuentra, pero fue hasta que haces algo así, que te dicen algo, de otra manera es como si fuera un favor, así nos pasó, no sé a otros", añade.
Sin embargo, rechazó que se trate de una "estrategia" o de un "plan". "Uno de verdad que en esos momentos de que no sabes nada, que ves que no te ayudan, que no mueven la pata ni para decirte ‘sí, no, esto, lo otro’, uno entra en crisis, uno quiere gritar a todo el mundo si han visto a tal persona, que pongan las fotos, todo eso", aseguró "Sally".
Otras personas que han recurrido a este tipo de protestas prefieren no hablar. Algunos justifican su cautela a que sí encontraron a su familiar y prefieren no tocar el tema. Sin embargo, no se trata de un método infalible.
LOS CASOS PENDIENTES
En Jalisco, por ejemplo, Miguel Lozano, un ingeniero y pequeño empresario de Guadalajara que salió a una reunión de trabajo que al parecer se trató de un engaño para secuestrarlo a él y a dos de sus trabajadores.
La familia organizó a finales de enero una protesta para exigir a las autoridades que aceleraran las investigaciones, ya que, según sus denuncias ante la prensa local, avanzaban muy lentas o de plano estaban congeladas.
El cuerpo de Lozano, sin embargo, fue hallado una semana después de su desaparición. Pudo ser identificado con pruebas genéticas debido "al estado en que se encontraba", explicó la Fiscalía de Jalisco.
Además, hay casos pendientes. El 12 de enero, familiares de dos hermanos menores de edad, Selena y Angelo de la Rosa –de 12 y 14 años, respectivamente– cerraron durante un par de horas la carretera federal que va de Cuautla a Cuernavaca en ambos carriles para exigir la aparición de los niños, que habían salido a pasear chivos y nunca volvieron.
Los menores siguen sin aparecer y apenas el lunes volvieron a manifestarse, en esta ocasión en la Plaza de Armas de Cuernavaca, donde exigieron a las autoridades del estado de Morelos un informe sobre cómo va la investigación luego de casi un mes de que los hermanos desaparecieron. La familia aseguró que no habían recibido todavía información por parte de la Fiscalía estatal.
El viernes 3 de febrero, en pleno fin de semana de "puente", debido al siguiente lunes de asueto, los familiares de Carolina Islas, una joven de 29 años que desapareció en el centro de la Ciudad de México, cerraron durante ocho horas la avenida Viaducto-Tlalpan, una de las principales en el sur de la capital y que da acceso a la carretera México-Cuernavaca.
Al lugar llegó incluso el Secretario de Gobierno, Martí Batres, para solicitar la apertura de la vialidad, en la que acordaron habilitar un carril para agilizar la circulación. Por su parte, la madre y hermano de Carolina se dirigieron a la Fiscalía General de Justicia de la CdMx (FGJ-CdMx), donde fueron recibidos por la Fiscal Ernestina Godoy esa misma tarde.
Carolina, que aún no ha sido hallada, fue vista por última vez junto con su novio el 27 de enero, cuando salieron supuestamente a un bar en el Centro Histórico.