Federico pertenecía a una comunidad indígena y llevaba cuatro años en búsqueda de su hijo Fredy Aparicio, quien desapareció cuando tenía 16 años, en Guerrero.
Ciudad de México, 29 de enero (SinEmbargo).– A dos años y cinco meses, el asesinato del buscador guerrerense Federico Aparicio Calixto, uno de los fundadores del Colectivo “Luciérnaga” de familiares de personas desaparecidas en la Montaña, sigue impune, sin líneas claras de investigación y las autoridades aún no suman testimonios de las últimas personas que tuvieron contacto con él, quien encabezaba la búsqueda de Fredy, su hijo.
Isidoro Vicario, abogado de Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, denunció que desde que la investigación por homicidio la atrajo el Ministerio Público de Tlapa, Guerrero, el caso no ha avanzado porque testigos que podrían ayudar a esclarecer lo que pasó no han sido localizados para brindar su declaración.
Federico Aparicio fue hallado sin vida el 25 de agosto de 2020 en el municipio de Metlatónoc con una herida de arma de fuego, salió de su casa cuatro días antes rumbo a Cuautipan, en Atlamajalcingo del Monte, para curar a unas personas, pues se dedicaba a rezar y aplicar medicina tradicional para aliviar a los enfermos. Aunque le dijo a sus hijos que al terminar iría a San Miguel Amoltepec, su pueblo natal, para visitar a unos familiares, no llegó a su destino.
El asesinato de Federico, resaltó Isidoro Vicario, dejó un vacío importante tanto para su familia como para quienes conformaron el colectivo Luciérnaga desde 202o, que también perdió al menos a uno de sus integrantes por la COVID-19.
"Federico era campesino, sabía andar bien en el campo, en el monte y estaba muy activo en las búsquedas, la poca información sobre la desaparición de su hijo la encontró él, no la fiscalía", expuso.
El defensor llamó a las autoridades a investigar el contexto de violencia y amenazas que enfrentó el buscador Federico antes de ser asesinado, pues cuando él y su familia retomaron la búsqueda del estudiante Fredy, en 2020, observó personas y vehículos desconocidos afuera de su domicilio y recibieron amenazas que los obligaron a dejar su casa por un tiempo.
Aunque en ese año, y ante sus exigencias, autoridades les brindaron protección que consistió en hacer visitas a su domicilio, Federico y su familia no se sentían seguros, destacó el abogado que acompaña el caso.
"Don Federico era un hombre pacífico que no le hacía daño a nadie lo único que anhelaba era encontrar a su hijo, pero no pudo lograrlo porque le quitaron la vida de manera cobarde", señaló el Centro de la Montaña Tlachinollan en 2020, una exigencia que mantienen hasta ahora.
LA BÚSQUEDA DE FREDY
Fredy Aparicio García, de 16 años de edad, recibió la llamada de uno de sus vecinos y salió de su casa en Tlapa, Guerrero. A sus familiares les dijo que iría a ponerle crédito a su celular, pero desde el 3 de enero de 2016 no saben nada de él. La búsqueda del joven, como la de muchas otras personas desaparecidas en la ciudad guerrerense, estuvo frenada durante años por las amenazas de autoridades y grupos del crimen organizado.
Tuvieron que pasar casi tres años para que la búsqueda del estudiante de secundaria continuara. En enero de 2020 un familiar contó a SinEmbargo, a condición de anonimato por temor a represalias, que cuando acudió al Ministerio Público para denunciar fue intimidado y seguido hasta su casa, incluso tuvo que cambiar de domicilio varias veces porque amenazaron con atentar contra su vida y la de sus conocidos.
Ante la incertidumbre, Federico, los tíos, hermanos y amigos del joven comenzaron a buscarlo, pero fueron intimidados para desistir.
“Empezamos a buscar de arriba para abajo, cuando esa gente –como se refiere el familiar a las personas supuestamente relacionadas con el crimen organizado– supo que lo estábamos haciendo nos persiguieron y preferimos hacernos a un lado”, contó.
Cuando se habían cumplido cuatro días de la desaparición, tres de sus familiares retomaron las búsquedas y descubrieron que la última persona con la que Fredy fue visto era un vecino de aproximadamente 20 años de edad. El señor Federico lo encaró y éste le contó que el día de la desaparición ambos acudieron a comprar tacos para cenar cuando personas los privaron de su libertad, pero a él lo asesinaron.
La familia de Fredy se sumó junto a otras a la Brigada de Búsqueda Luciérnaga organizada por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, que del 18 al 20 de diciembre de 2019 recorrió zonas de Tlapa para localizar posibles fosas clandestinas creadas por grupos de la delincuencia organizada.
Federico aseguró en ese entonces que fue gracias a la confianza que le dieron otros vecinos que pudo exigir públicamente la aparición de Fredy, pues se dio cuenta que como él, otras familias de Tlapa enfrentan las desapariciones de sus seres queridos con miedo.