El informe identificó una fuerte correlación entre las áreas geográficas del país con más desigualdad económica y educativa, así como mayor presencia de población de habla indígena, y vulnerabilidad para el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, enfermedad renal, entre otros.
Ciudad de México, 29 de enero (SinEmbargo).– Los estados que presentaron mayores condiciones de vulnerabilidad ante la presencia de enfermedades crónicas son Oaxaca, Chiapas y Guerrero, encontró un estudio del Poder del Consumidor que exhibe el impacto de la desigualdad económica, de género y educativa en el tratamiento de padecimientos como la diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, entre otros.
Estos estados, que tienen una alta población de habla indígena, fueron ubicados por la asociación civil entre los 10 estados con mayor número de muertes por diabetes mellitus, enfermedad renal y enfermedad cardiovascular. También son los mismos estados que presentan un porcentaje alto, a comparación de otras entidades, de población en niveles socioeconómicos bajos y muy bajos, así como con niveles bajos de educación.
"En estas entidades se conjuntan varios factores, como es un menor nivel socioeconómico y mayor población indígena, entonces vemos que el área geográfica que pertenece al sur del país tiene un foco en este tema de las desigualdades", expuso Paulina Magaña Carbajal, coordinadora de la campaña de Salud Alimentaria del Poder Del Consumidor. "
Los estados de Chiapas y Oaxaca son los de más alta población de habla indígena, de acuerdo con el Censo Poblacional 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), mientras que Guerrero ocupa el sexto lugar en hablantes de alguna lengua indígena.
"La diabetes ha tenido un aumento muy acelerado en otro tipo de poblaciones, como son las comunidades indígenas. En este sentido, del 2010 al 2020 hubo un aumento del 139 por ciento en las muertes por diabetes en este grupo", expuso la investigadora. "Por otro lado, también impacta en el tema de la cultura alimentaria. Sabemos que en México hay ciertos grupos que tienen ciertas tradiciones culinarias, alimentos originarios y recetas, que también están siendo desplazadas por estos productos ultraprocesados".
La detección y el tratamiento de las enfermedades crónicas se ha convertido en los últimos años en una preocupación, especialmente después de que durante la pandemia de COVID-19 se identificó que las comorbilidades incrementaban los riesgos de fallecer por coronavirus.
De acuerdo con el estudio del Poder del Consumidor, casi la mitad de la población adulta mexicana padece hipertensión, mientras que el 14 por ciento tiene diabetes, 15 por ciento enfermedad renal y 56 por ciento síndrome metabólico "que se refiere a un conjunto de factores de riesgo cardiometabólicos en los que se incluye la obesidad abdominal, glucosa, colesterol y triglicéridos elevados en sangre, así como presión arterial alta".
Tan sólo durante el 2019, se registraron 597 mil 648 muertes de mexicanas y mexicanos debido a enfermedades crónicas no transmisibles, siendo las principales causas las enfermedades isquémicas del corazón, la diabetes, la enfermedad renal y los infartos.
AUMENTA CONSUMO DE ULTRAPROCESADOS
Magaña Carbajal profundizó que el consumo de alimentos ultraprocesados está relacionado con cierto grado de inseguridad alimentaria preexistente en las familias, lo cual limita el acceso a alimentos saludables que permitan una dieta adecuada.
El mismo estudio retoma la cifra de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) realizada por el Inegi en el 2018, en la cual registró que el 55 por ciento de la población mexicana tiene algún tipo de inseguridad alimentaria, mientras que quienes tenían menor nivel educativo y menor índice de bienestar tenían más probabilidades de tener una inseguridad alimentaria severa.
Igualmente, disputa que distintos estudios han mostrado que una dieta alta en productos procesados o ultraprocesados, bebidas azucaradas y la baja ingesta de fibra está relacionada en mayor medida con niveles socioeconómicos medios-altos y las zonas urbana, pues el Poder del Consumidor identificó que "se ha involucrado a los más desfavorecidos en la transición nutricional que ha tenido como consecuencia cambios alimentarios y la presencia de diferentes padecimientos crónicos".
La coordinadora de la campaña de Salud Alimentaria remarcó que hay un desplazamiento de manera generalizada de la compra de alimentos saludables por consumir lo ultraprocesado, por ejemplo en la región sur del país se ha incrementado el consumo de bebidas endulzadas y calorías consumidas, esto último entre los años 1984 y 2016.
"Sabemos que hay ciertas estrategias de las industrias que son muy específicas a estos grupos vulnerables; por ejemplo, es el caso del consumo de las bebidas azucaradas en Chiapas, en donde el fenómeno se ha vinculado a cómo las industrias están manejando sus estrategias para llegar a este tipo de población", detalló. "Entonces no sólo es la disponibilidad y el desplazamiento de los alimentos naturales, sino como [las personas] están siendo atacadas por estas estrategias tanto publicitarias como de venta".
MUJERES PADECEN MÁS DIABETES Y ENFERMEDAD RENAL
La prevalencia de diabetes y de enfermedad renal es mayor en las mujeres, quienes registraron una incidencia del 53 y 20.8 por ciento, respectivamente; en comparación con el 47 por ciento y 8.5 por ciento de hombres, señaló el Poder del Consumidor.
Las principales dificultades para que las mujeres con diabetes son un deterioro de vida saludable y un déficit de autocuidado por tener labores de cuidados hacia los demás, lo cual incrementa su vulnerabilidad para controlar el padecimiento y prevenir mayores complicaciones.
En cambio, los hombres tenían mayores índices de hipertensión al registrar 55 por ciento, frente al 45 por ciento de mujeres, y son ellos quienes desconocían en mayor proporción que tenían esta enfermedad. Esto, explica el estudio, podría deberse a que las mujeres utilizan más los servicios de salud.
Con respecto a esto último, el informe expuso que el 54 por ciento de la población mexicana no tiene ningún tipo de derechohabiencia, sino que se atienden con profesionales del sector privado ya sea en hospitales de paga o en consultas de farmacias. El uso de servicios de farmacia, apunta, se ha relacionado con un menor control glucémico en personas con diabetes. A su vez, identificó que el 33 por ciento de las personas que fallecieron por diabetes durante el 2020, es decir 127 mil 316 personas, no contaban con ningún servicio de salud.
"Todo este 54 por ciento de las personas que no cuentan con estos servicios de salud pueden correr el riesgo de no ser atendidos o gastar mucho por la atención médica. Este porcentaje significa que la mitad de la población está desprotegida en temas de servicios", recalcó Magaña Carbajal.