El día de hoy, miles de simpatizantes del expresidente brasileño tomaron por asalto el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial del país sudamericano.
Madrid/Los Ángeles, 8 de enero (Europa Press/AP).- El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha negado su responsabilidad en el asalto a las instituciones en Brasilia por parte de sus simpatizantes.
Bolsonaro, más de siete horas después del ataque a los edificios públicos, ha asegurado que durante su mandato «siempre» ha cumplido con la Constitución, «respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y la sagrada libertad».
«Además, repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual Jefe del Ejecutivo de Brasil (Luiz Inácio Lula da Silva)», ha escrito el exmandatario en una serie de mensajes publicados en su perfil de la red social Twitter.
Asimismo, Bolsonaro ha comparado los hechos acontecidos este domingo, que ha calificado de «depredaciones e invasiones» con las manifestaciones convocadas por la izquierda, asegurando que «escapan a la regla», ya que «las manifestaciones pacíficas, en forma de Ley, son parte de la democracia».
– Manifestações pacíficas, na forma da lei, fazem parte da democracia. Contudo, depredações e invasões de prédios públicos como ocorridos no dia de hoje, assim como os praticados pela esquerda em 2013 e 2017, fogem à regra.
— Jair M. Bolsonaro 2️⃣2️⃣ (@jairbolsonaro) January 9, 2023
Miles de partidarios del expresidente brasileño que se niegan a aceptar su derrota electoral tomaron por asalto el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial el domingo, apenas una semana después de que el Presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el cargo.
Los manifestantes sortearon las barricadas de seguridad, treparon a los techos, rompieron ventanas e invadieron los tres recintos, los cuales se conectan por la gran Plaza de los Tres Poderes en la capital Brasilia. Algunos de ellos pidieron la intervención militar para reinstaurar a Bolsonaro en el poder o para destronar a Lula.
Pasaron horas antes de que se restableciera el control de los edificios, y cientos de personas fueron detenidas.
– No mais, repudio as acusações, sem provas, a mim atribuídas por parte do atual chefe do executivo do Brasil.
— Jair M. Bolsonaro 2️⃣2️⃣ (@jairbolsonaro) January 9, 2023
En una conferencia de prensa desde el estado de Sao Paulo, Lula acusó a Bolsonaro de alentar el levantamiento de quienes calificó de “fanáticos fascistas”, y leyó un decreto recién firmado para que el Gobierno federal asuma el control de la seguridad en el Distrito Federal.
“No hay precedente para lo que hicieron, y estas personas deben ser castigadas”, manifestó Lula.
Imágenes del canal de televisión Globo News mostraban a los manifestantes vistiendo los colores verde y amarillo de la bandera nacional, que también han llegado a simbolizar el movimiento conservador de la nación y que fueron adoptados por los partidarios de Bolsonaro.
El expresidente se ha enfrentado repetidamente con los jueces del Supremo Tribunal Federal, y la sala donde sesionan fue destrozada por los alborotadores. Rociaron mangueras contra incendios dentro del edificio del Congreso y saquearon las oficinas del palacio presidencial. Había ventanas rotas en todos los edificios.
Bolsonaro, quien voló a Florida antes de la investidura de Lula, rechazó la acusación del Presidente a última hora del domingo. Escribió en Twitter que las protestas pacíficas forman parte de la democracia, pero que el vandalismo y la invasión de edificios públicos son “excepciones a la regla”.
La policía lanzó gases lacrimógenos para tratar de recuperar el control de los inmuebles. La televisión mostró imágenes por la tarde de las fuerzas de seguridad sacando a algunos manifestantes del palacio presidencial con las manos atadas por la espalda. Para la noche ya se había restablecido el control de los edificios. El Ministro de Justicia Flavio Dino informó en conferencia de prensa que aproximadamente 200 personas habían sido arrestadas, y que los agentes del orden público estaban arrojando más gases lacrimógenos para expulsar a los manifestantes que quedaban en el área.
Pero con el daño ya hecho, muchos en Brasil se preguntaban cómo la policía había ignorado abundantes advertencias, si no estaba preparada o si era de alguna manera cómplice.
Lula dijo en su conferencia de prensa que hubo «incompetencia o mala fe» por parte de la policía, y que habían sido igualmente complacientes cuando los partidarios de Bolsonaro se amotinaron en la capital hace semanas. Prometió que esos agentes serían castigados y expulsados del cuerpo.
Los incidentes recordaron lo ocurrido el 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, un asalto perpetrado por partidarios del entonces Presidente Donald Trump. Diversos analistas políticos alertaron durante meses que lo mismo podría suceder en Brasil, dado que Bolsonaro ha sembrado dudas sobre la fiabilidad del sistema de votación electrónica de la nación, sin ninguna prueba. Los resultados fueron reconocidos por políticos de todo el espectro, así como por decenas de gobiernos extranjeros.
-Con información de Diane Jeantet y David Biller