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Policía brasileña recupera control de Congreso, sede presidencial y Tribunal Superior

08/01/2023 - 6:37 pm

El Presidente electo Lula da Silva ordenó a la seguridad de Brasilia intervenir para frenar a los «vándalos» y «fascistas» responsables del ataque a las instituciones.

Madrid, 8 de enero (EuropaPress).- Las fuerzas de seguridad brasileñas lograron recuperar el control del Congreso, del Palacio de Planalto -sede presidencial- y de la sede del Tribunal Supremo Federal, ocupados por manifestantes afines a Jair Bolsonaro que tomaron la sede del Congreso, el Palacio de Planalto y el Tribunal Supremo Federal en Brasilia, Brasil, y pretendían forzar un golpe de Estado.

Efectivos de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal consiguieron recuperar el control de la sede del TSF a media tarde y no fue hasta principios de la noche cuando retomaron el control del Congreso empleando medios antidisturbios y granadas aturdidoras, informó O Globo.

También desplazaron a los asaltantes del Palacio de Planalto, el palacio presidencial, aunque los manifestantes continúan concentrados en la conocida Explanada de los Ministerios que comunica todos estos edificios, ahora contenidos por un cordón de seguridad de los agentes.

Hasta ahora, las autoridades informaron que fueron detenidas 30 personas, aunque algunos medios mencionaron que los arrestados podrían superar el centenar.

Los detenidos se encuentran en dependencias de la Policía Civil del Distrito Federal, concretamente en el Departamento de Policía Especializada, donde se espera la llegada de más sospechosos.

La mayoría están siendo arrestadas por el Artículo 359-M del Código Penal, que prevé entre cuatro y 12 años de prisión por «tentativa de destitución de un gobierno legítimamente electo».

Los manifestantes estaban inicialmente concentrados ante la sede del Cuartel General del Ejército, muy cerca de las sedes de los tres poderes del Estado, cuando dirigieron hasta el Congreso e irrumpieron sus dependencias tras superar el cordón policial y arrancar las alambradas.

Más tarde se dirigieron a la sede presidencial y a la del Supremo, donde invadieron el plenario del tribunal. Incluso, se difundieron imágenes de los manifestantes provocando importantes destrozos dentro de los edificios.

Así se pudieron ver imágenes de personas manifestantes vestidos de verde y amarillo arrancando sillones del Congreso o rompiendo cristales y mesas de la sede del Tribunal Supremo Federal.

Precisamente en este último edificio habría sido arrancada la puerta del armario donde el Juez Alexandre de Moraes cuelga su toga en el plenario del tribunal. De Moraes ha sido uno de los jueces más críticos con Bolsonaro.

INTERVENCIÓN DE LAS AUTORIDADES DE BRASILIA

El Presidente Lula decretó en respuesta al asalto que el Gobierno federal asuma las competencias en materia de seguridad del Distrito Federal de Brasilia y cargó contra los «vándalos» y «fascistas» responsables del ataque.

«Nunca se ha hecho en la historia de este país», lamentó durante un discurso en el que recordó sus propias derrotas electorales y la posición histórica de la izquierda. La democracia, añadió, garantiza la libertad de expresión, «pero también exige el respeto de las instituciones».

«Todos los vándalos serán encontrados y castigados», dijo el mandatario, antes de leer de viva voz los detalles de un decreto que implica la intervención sobre las competencias que teóricamente le competen a Brasilia, cuya labor había sido puesta en duda por el oficialismo tras el caos vivido en las calles de la capital.

«Aprovecharon el silencio del domingo, cuando todavía estamos formando Gobierno, para hacer lo que hicieron», dijo Lula, quien prometió perseguir tanto a los participantes directos como quienes promovieron el «gesto antidemocrático» de las últimas horas. En este sentido, recordó que hay «varios discursos» de su predecesor, Jair Bolsonaro, en los que «alienta» la toma de los distintos poderes. «Esta también es su responsabilidad y la de los partidos que lo apoyaron», sentenció.

SILENCIO DE BOLSONARO

Mientras, el protagonista velado de este ataque, Bolsonaro, mantiene su silencio a pesar de que hasta poco antes del asalto eran frecuentes sus publicaciones en redes sociales defendiendo su gestión con datos económicos.

Sin embargo, el presidente del Partido Liberal de Bolsonaro, Valdemar Costa Neto, se distanció de la «vergüenza» del asalto y tachó la jornada de «día triste para Brasil».

Costa Neto publicó un vídeo en el que asegura que los responsables de este ataque a las instituciones «no representan» a Bolsonaro. «Todos los actos que hemos hecho después de las elecciones frente a los cuarteles han sido un ejemplo de educación, de confianza y de brasileñidad», apuntó el dirigente del PL.

«Había familias representando a Boslonaro, representando a la derecha. Ese acto de hoy en Brasilia es una vergüenza para todos nosotros y no representa a nuestro partido ni a Bolsonaro», ha argumentó.

Para Costa Neto, «la policía es la seguridad y estos sectores de la seguridad tienen que hacer su función». «No apoyamos estos actos. Sí apoyamos ‘Patria, familia y libertad’. Apoyamos los actos de bien. Ese acto de hoy en Brasilia ha sido una vergüenza para todos nosotros», insistió.

Costa Neto refirío así a las acampadas de simpatizantes de Bolsonaro frente a diferentes cuarteles de las Fuerzas Armadas brasileñas para exigir un golpe de Estado para «salvar Brasil» y deponer a Lula, vencedor de las elecciones de octubre de 2022.

Las fuerzas de seguridad no han disuelto estas concentraciones tampoco frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, punto de partida de la manifestación de este domingo. Las acampadas comenzaron tras confirmarse la derrota electoral de Jair Bolsonaro frente a Lula.

CONDENA INTERNACIONAL

El asalto a las sedes de los tres poderes brasileños ha sido condenado de inmediato a nivel internacional tanto por gobernantes afines a Lula como por dirigentes de la derecha.

El primero en pronunciarse en redes sociales fue el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, para pedir la aplicación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA). «Es hora urgente de reunión de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática», publicó Petro en su cuenta en Twitter.

«Toda mi solidaridad a [Luiz Inácio] Lula [Da Silva] y al pueblo del Brasil. El fascismo decide dar un golpe. Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia», expresó.

También reaccionaron el presidente de Chile, Gabriel Boric, o el de Argentina, Alberto Fernández, que han criticado el «impresentable» ataque de los bolsonaristas y la «inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil».

Por su parte, el jefe de Estado de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, se ha sumado a las críticas contra «las acciones de irrespeto y vandalismo» perpetradas contra «instituciones democráticas», ya que «atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana».

«Expreso mi respaldo y el de mi Gobierno al régimen de Lula, legalmente constituido», remarcó Lasso.

También condenó los hechos Estados Unidos a través del encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, Douglas Koneff: «La violencia no tiene cabida en ninguna democracia. Condenamos contundentemente los ataques a las instituciones de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Brasilia, que son también un ataque a la democracia. ¡No existe justificación para estos actos!», ha apuntado Koneff.

Desde el otro lado del Atlántico, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, se mostró «consternado» por «las acciones de violencia y la ocupación ilegal» de instituciones a manos de miles de «extremistas», mientras el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, manifestó su «absoluta condena» al asalto.

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