La Suprema Corte de Justicia eligió ayer a la Ministra Norma Lucía Piña como presidenta del alto tribunal por los cuatro próximos años, con lo que Piña se convirtió en la primera mujer en tener este cargo desde el que también será responsable de todo el Poder Judicial de la Federación.
Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).– La Ministra Norma Lucía Piña Hernández presidió este martes su primera sesión de Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), luego de ser electa ayer por seis votos.
En la sesión pública, que duró poco más de media hora, se revisó una acción del Partido del Trabajo (PT) contra una reforma a la Ley de Medios de Impugnación en Materia Político-Electoral de Coahuila y que fue declarada infundada.
La Ministra Piña dejó para el jueves la discusión de otro proyecto sobre la reforma electoral de septiembre pasado en Coahuila.
La Suprema Corte de Justicia eligió ayer a la Ministra Norma Lucía Piña como presidenta del alto tribunal por los cuatro próximos años, con lo que Piña se convirtió en la primera mujer en tener este cargo desde el que también será responsable de todo el Poder Judicial de la Federación.
La Ministra, con 34 años de experiencia en la judicatura, era miembro de la Corte desde 2015 y su nombramiento ha sido celebrado tanto por integrantes del actual ejecutivo como por miembros de la oposición.
«Ni victoriosa ni triunfante, hoy me dirijo a ustedes, honrada, comprometida, responsabilizada, obligada jurídicamente y moralmente a representarlos», declaró al asumir el cargo, una elección que, según sus palabras, es fruto de la importantísima determinación «de romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal» para las mujeres.
«Sí podemos», enfatizó tras resaltar que se sentía muy fuerte y acuerpada por todas aquellas mujeres que han luchado por realizar cambios en la cultura patriarcal imperante.
La votación tuvo lugar en medio de las constantes arremetidas del Jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, contra el Poder Judicial y la polémica en torno a una de las juezas, que también aspiraba a la presidencia, señalada de plagiar su tesis de licenciatura.
Piña sustituirá a Arturo Zaldívar, a cargo de la presidencia desde 2019 y considerado un Juez progresista pero demasiado cercano al Presidente.
En contraste, todos los aspirantes a suceder a Zaldívar apostaron en su candidaturas públicas por reforzar la independencia del alto tribunal y lograr una mayor democratización en su toma de decisiones interna.
«La independencia judicial es indispensable para resolver conflictos entre los poderes públicos», afirmaba Piña en su postulación. «Mi propuesta central estriba en trabajar para la consolidación de mayorías, cediendo en la imposición de mi visión personal».
«Es tiempo de los derechos humanos y es tiempo de las mujeres», escribió en Twitter la senadora Olga Sánchez Cordero, ex secretaria de Gobernación con López Obrador y ex magistrada del alto tribunal, al felicitar a Piña y destacar su trayectoria.
La votación tuvo lugar después de que la única aspirante a la presidencia que llegó al alto tribunal propuesta por esta administración, Yasmín Esquivel, fuera objeto de una intensa polémica al haber sido señalada de copiar su tesis de licenciatura.
Esquivel ha insistido en que la plagiada fue ella, que se manipularon los archivos de la institución donde estudió y que todo fue una artimaña para desacreditarla ante su aspiración de presidir el alto tribunal.
En el pleno de la Corte, antes de la votación para renovar la presidencia, Esquivel tomó la palabra para denunciar que con las acusaciones en su contra se quiso influir en esa decisión y debilitar al tribunal por razones económicas o políticas. Asimismo, insistió en que la tesis era de su autoría como había confirmado una autoridad que no mencionó.
La Universidad Nacional Autónoma de México, sin embargo, dijo que era evidente que hubo un plagio en alguna de las dos tesis publicadas en los años 80, eran necesarias más investigaciones para saber quién copió a quién.
Entre los votos más destacados durante el mandato de Zaldívar resalta la decisión de la Corte Suprema de dejar de considerar el aborto un delito, considerar inconstitucionales ciertas revisiones migratorias y su pronunciamiento a favor de regular el consumo de marihuana.
Frente a estas decisiones, celebradas por grupos defensores de los derechos humanos, hubo otras muy criticadas que se alinearon con las propuestas oficialistas como el aval de la Corte a la permanencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad o a la ley eléctrica, cuestionada en tribunales menores por limitar la libre competencia.